Tiempo actual… Reinaldo quien con pasos sigilosos, de la mansión se fue hasta el jardín para decirle todo lo que sabía a Charlott, se encontraba a escasos centímetros de ella, quien no notaba aún su presencia. Él con una mezcla de preocupación y curiosidad, observaba en silencio cómo la mujer, absorta en su propio mundo de dolor y venganza, permanecía inmóvil frente a la pantalla de su dispositivo. Mientras que los ojos de Charlotte, vidriosos y enrojecidos, estaban clavados en el video de Alexander el cual se reproducía incesantemente. Cada fotograma parecía grabar a fuego en su mente los detalles de la traición de Alexander, el hombre que una vez amó con fervor casi religioso. Su rostro, una máscara de emociones contenidas, reflejaba una batalla interna entre el dolor lacerante y la

