*Todo está listo, jefe. Esperamos sus órdenes.* Kylian leyó el mensaje y sonrió. Sentía orgullo por lo rápido que trabajaba su gente. Tenía las horas contadas para hacer todo lo que debía. Disfrutaría ver arder a gente sin importancia y se encargaría del hombre en su sótano. —Zeus, vendrás conmigo, pero esta vez debes cuidar a Nicole mientras comemos. Serás mis ojos si yo me descuido —se agachó y le puso un corbatín verde—. Quiero que vea lo buen muchacho que eres. Zeus abrió su boca para jadear, simulando una sonrisa. Kylian lo abrazó y se sentó a su lado. —Tú debes oler y cuidar a las mujeres buenas e inocentes. Debes alejar a todas las que quieran herirme —su fiel compañero lo miraba como si entendiera—. Tú tienes mejores vistas que yo. Sálvame de todo lo que yo no veo, Zeus. Las

