REIKA

UNO

Silencio.

Mis ojos estaban fijos en su alta y oscura sombra en la distancia. Hilos de cabello blanco plateado, caían sobre su pecho y se movían suavemente con el viento. Mi corazón latió con fuerza contra mi caja torácica. Me quedé inmóvil.

Uno de mis puños encontró su camino hacia mi pecho, y una sonrisa se extendió por mi rostro. Lo vi sacar las manos de sus bolsillos y el pálido tono blanco de su piel me tomó por sorpresa. Cerró los puños y se acercó un paso.

Me sentí emocionada. Un nuevo tipo de emoción. Era diferente. Nunca me había sentido así antes.

—¡Mate! ¡Ese es nuestro mate! —Jules, mi lobo, lo confirmó. No podía creer lo que veía, yo tampoco. Algunas personas esperaban toda la vida para encontrar a su pareja, para encontrar a esa persona especial que los amaría, sin importar qué. La persona a la que entregarían su corazón incondicionalmente.

Aquí estaba yo, mirando a el mío desde la distancia, en el mismo día que cumplí dieciocho.

—¡Reika, ven aquí, mujer! —Escuché la voz irritada de Arden llamar mi nombre. Lo miré y en cuestión de segundos perdí a mi pareja. Cuando mis ojos volvieron a la distancia, él se había ido.

—¿Dónde está?

—Yo... no sé...

No había tiempo para pensarlo. Mi cuerpo reaccionó. Me lancé a toda velocidad hacia el lugar donde mis ojos vieron su figura por última vez.

—¡Mate! —Jules gritó en su dirección. Solo me tomó unos segundos llegar allí. Podía olerlo, pero débilmente. Casi podía sentir el calor que dejó su cuerpo, el lugar exacto donde su mano rozó el árbol. Un toque de olor que se desvanecía. Mientras mi pecho subía y bajaba rápidamente, me apoyé en el árbol y retomé mi aliento, pasando mi mano suavemente sobre ese punto e inhalando profundamente.

—No puedo rastrearlo… tampoco puedo verlo. ¿A dónde se fue?

Estaba preocupado.

—¿Estás segura de que era un hombre? Apenas puedo olerlo.

—Espalda. Sus hombros eran tan anchos y era tan alto como papá.

—No le vimos la cara. ¿Cómo podemos encontrar a alguien que no sabemos cómo se ve y que no podemos oler a dónde fue?

—Pondremos nuestro corazón en ello. Haremos todo lo que podamos. Así es como. ¡Vino por nosotros, Jules! Debe haberlo sabido y vino por nosotros. No sé por qué no se quedó, por qué no me reclamó.

—Quizá no estaba listo.

—¡Reika! —Arden llamó una vez más, pero lo ignoramos. Mis ojos recorrieron desesperadamente a mi alrededor, buscando algo, una señal. Su olor ya se había desvanecido en el aire. Una suave brisa pasó a nuestro lado e inhalé profundamente una vez más, haciendo todo lo posible por captar su adictivo aroma, pero no pude.

—¿Por qué no puedo?

—Lo enmascaró. Lo que usa debe ser muy bueno. Es como si nunca hubiera estado aquí.

—Pero lo estaba. No estoy loca.

—¡Reika! ¿Qué diablos estás haciendo? —Arden se estaba poniendo impaciente.

«Maldito Arden».

De mis dos hermanos, Arden tenía la costumbre de ser un dolor de cabeza. Un dolor en el culo de todos.

—No hay nada que podamos hacer, Reika.

—Lo necesito. Realmente quiero tenerlo cerca. Necesito sentirlo.

—Yo también, pero no lo encontraremos aquí. Estoy seguro de que nos encontrará cuando esté listo. Él debe saber cómo hacerlo.

—No le digas a nadie. Papá y los chicos le harán la vida un infierno. Quizás por eso no se ha acercado. No quiero que King lo asuste.

—¡O Kendra!

La simple mención de eso me dio escalofríos. Kendra no bromeaba.

—Está bien. Vamos. Lo buscaré mientras nadie esté mirando.

—Reika, —gritó Arden. Se le había acabado la paciencia.

—Será mejor que nos vayamos antes de que él decida venir por nosotros y se entere.

Cabizbaja, caminé de regreso al auto.

Sin duda, éramos la familia más poderosa de este país. Mis padres eran la pareja más fuerte que se había visto en muchas décadas, tal vez incluso en un siglo. No lo culparía si se sintiera nervioso por entrar en nuestra casa. Mis padres eran tan dulces como solo ellos podían ser, pero no muchos lo sabían. Cada vez que aparecían en público, su comportamiento gritaba poder y sus rostros decían: “No jodan con nosotros”.

Admiraba lo que tenían mis padres, yo quería eso. Incluso cuando engañaba tanto, en lo más profundo de mí, realmente quería un vínculo como mis padres. No eran perfectos, pero estaban bastante cerca. Incluso cuando King, el lobo loco de papá, me daba asco a veces, sabía que lo que tenían era especial. La forma en que papá amaba a mamá, la manera en que nos amaba a nosotros. Yo quería eso. Quería una pareja que me quisiera tanto a mí como a nuestros cachorros.

Subiendo al carro, me senté en el asiento delantero junto a Emmett y cerré la puerta de golpe.

—¿Qué diablos estabas haciendo? —Arden se quejó mientras abría la puerta trasera y se sentaba adentro, pero lo ignoré. También cerró la puerta de golpe, y pasé una mano por mi frente con dureza antes de apoyar el codo sobre la ventana abierta. Sentí una mirada sobre mí y miré a mi izquierda, encontrando los amables ojos marrones de Emmett buscando los míos.

—¿Estás bien? —preguntó Emm dulcemente con una mano en el volante mientras encendía el auto. Él era inteligente. Emm siempre podía leer mis sentimientos.

—Uhm, estoy bien... —dije suavemente antes de apartar la mirada. No quería mentirle mientras lo miraba directamente a los ojos.

—Reik... —Emmett llamó una vez más, y reuní mis emociones antes de enfrentarlo de nuevo.

—Estoy bien, de verdad. —Sonreí, pero él no se lo tragó. Me asintió con la cabeza como diciendo, “sé que ocultas algo”, pero no dijo nada. Emm puso el coche en marcha y empezó a moverse. Arden asomó bruscamente la cabeza entre nosotros, interrumpiendo nuestra conversación sin palabras.

—¿Qué diablos estabas haciendo en el bosque?

—¡No es de tu maldita incumbencia! Eso es lo que hacía. No te preocupes, no es nada. —Le di una fuerte palmada en la frente que lo envió de regreso al asiento trasero.

—¡Ouch! ¡Mierda, maldita sea! ¡Eso duele! El tipo alto y oscuro seguro que me pareció ser algo. Nunca te había visto tan conmocionada. —Arden mencionó, y me moví en mi silla. Mis ojos se abrieron y volví a mirar su maldita cara sonriente.

«¡Joder, lo vio!».

—¡Maldito Arden! —Jules quería darle una paliza, como lo habíamos hecho en innumerables ocasiones cuando éramos más jóvenes.

—¿Por qué no dijiste nada?

—Un tipo raro, imposible de rastrear que sale de la puta nada, y corres directamente hacia él, ¿sin importarte una mierda? Maldita sea, Reika, pensé que eras más inteligente que eso. Si su trasero no hubiera desaparecido tan rápido, habría ido tras él y lo habría jodido, —respondió Arden.

—No es lo que piensas, —me disculpé.

—Será mejor que no sea así. Ese tipo no se veía amigable, —expresó Arden enojado. Siempre perdía los estribos demasiado rápido.

—¿Y tú qué sabes? —Me hundí en mi silla y me crucé de brazos. Arden no debería juzgar a las personas por sus apariencias.

—No pudimos ver su rostro, —Emmett se unió a la conversación. —Viene a decir que está tratando de ocultarlo. También ocultó su olor. Estoy de acuerdo con Arden en esto. No te acerques a él, no confíes en él, —dijo con los ojos fijos en la distancia.

—No te subas a esa polla, cabrón. Su culebra pálida está fuera de límites, —se rió Arden mientras movía su dedo índice cerca de mi cara, como diciendo “no, no, no”. Le dí una palmada en la mano y le lancé una mirada amenazadora antes de que mis ojos se posaran momentáneamente en Emmett.

—Ella sabe lo que está haciendo, no hará nada estúpido, ¿verdad Reika? —Emmett me preguntó en un tono serio mientras conducía y asentí.

—No haré nada estúpido, —murmuré entre dientes. Encontrar a la pareja de uno no era estúpido.

Estábamos en peligro. Sí, teníamos poder, pero eso solo atraía a los hambrientos de poder. Había gente alrededor de nosotros que haría cualquier cosa para subir la escalera de poder. Intentarían herirnos, manipularnos o controlarnos. Arden, Emmett y yo éramos la escalera más alta que había.

—Si lo veo de nuevo merodeando a tu alrededor, cazaré su trasero. Vas por él, buscando problemas y se lo voy a decir a King, —El puto de Arden me amenazó.

—Ir a buscarlo sería una estupidez. Ella sabe más que eso. ¿No es así? —Emmett dio una vuelta y entró en la autopista.

—Estoy tan jodida! Ambos están sospechando de mí. ¿Por qué pensé que podía ocultarles esto?

—Ya saben cómo estamos pensando. ¡A la mierda! Mejor que lo escuchen directamente de nuestra boca.

—Ellos no estarán de acuerdo. —Le dije a Jules, preocupada.

—Y nos va a importar un bledo.

—OK. Tienes razón.

Rompí el silencio. Mantuve la cabeza baja y mi voz aún más baja.

—Él es mi mate.

—Lo siento , ¿qué? —Arden acercó su gran rostro. ¿Podría simplemente usar el maldito cinturón de seguridad?

—Mi mate, —repetí, todavía en voz baja.

—¿Tu, qué, otra vez? No creo haber escuchado eso bien. —Arden siguió cuestionando y acercando su oído. Emmett redujo la velocidad, poniendo las señales del auto.

«¡Mierda!¡».

—¡Mi mate, mi maldito mate! —Le grité.

—¿Estás segura? —Emmett cuestionó, estacionando el auto a un costado de la carretera y mirándome a los ojos.

—Sí... eso creo. Fue tan rápido. —No podía estar imaginando esto. Sabía lo que había sentido.

—¿Cómo lo sabes? ¿Estás segura de que Jules no estaba confundido?

—¡Lo sé! Es tan fuerte, Arden. La conexión es fuerte.

—Entonces necesitas ser más fuerte, —dijo Emmett— Él podría ser tu compañero, pero siento que no podemos confiar en él.

—Él es mi compañero. Si no puedo confiar en él, ¿entonces en quién? —Respondí, enojándome. ¿Por qué tienen que asumir lo peor de las personas? No todos son malvados.

—En nosotros, idiota. Confía en nosotros, tus hermanos, tu familia. —Arden levantó la voz y señaló dramáticamente ambas manos hacia su pecho, como diciendo “yo”.

—Él también se convertirá en mi familia. —Yo estaba segura.

—¡Puede que no! Puede que rechace tu culo. —Arden utiliza una voz burlona muy molesta, y tuve suficiente de sus estupideces. Tiré dagas con los ojos, me desplacé en mi silla, y desabroché el cinturón de seguridad. Ese hijo de puta estaba a punto de comerse un sándwich de nudillos.

—No sabes qué podría suceder, Reik. Solo recuerda lo que le pasó a la abuela Sage. El abuelo Damon la jodió. Sí, lo lamentó más tarde, pero eso no borró los años de sufrimiento que ambos pasaron, que él todavía pasa cada vez que la ve. Pueden pasar cosas jodidas. Incluso con nuestros compañeros. —Emmett intervino. Pude ver en sus ojos que estaba tratando de medir sus palabras para no lastimarme. El rechazo por parte de nuestros mates nos dolería como un hijo de puta.

—¿Y qué? ¿Me estás diciendo que no lo busque, que finja nunca haberlo visto? ¿Qué carajo, Emmett? —No podía creerlo.

—No es eso, Reik, todo lo que decimos es… —Emmett comenzó y Arden lo interrumpió.

—¡No vayas a buscarlo! —Arden gritó— No sabemos nada sobre él. Mierda Reika, yo no confiaría en nadie si se trata de mi familia, incluso cuando los conozco desde hace años. ¿Recuerdas cuánto tiempo me tomó confiar en Noah?

—¡Tú no confías en Noah! —Emmett interrumpió. Noah era el novio de Emmet. Ellos ya han estado juntos por dos años.

—¡Exactamente! ¡No tengo ninguna puta confianza en Noah, y hemos conocido a ese hijo de perra desde la escuela primaria! No voy a confiar en nadie. No, si mi familia está en juego. —Arden enfatizó mirando a Emmett antes de devolverme la mirada— Estás actuando de forma irracional, Reika. Estás dejando que tus emociones se apoderen de ti. No puedes liderar con tus emociones, eso te joderá, junto con esta manada.

—¿Qué quieres que haga? ¿Que no tenga sentimientos? ¿Que no me importe nada y nadie como a tí? ¿Vivir mi vida con miedo de confiar y sentir? —Le grité mientras le daba una palmada en el brazo y lo empujaba.

—Un líder sin emociones no puede ser empático con su gente, —dijo Emmet con su habitual comportamiento tranquilo mientras negaba lentamente con la cabeza.

Miré entre ellos. Desde los ardientes ojos verde azulados de Arden hasta los tranquilos ojos marrones de Emmet. Nací para ser el punto medio.

—Equilibrio. Encontraré el equilibrio. Haré todo lo posible para calcular la situación, pero no ignoraré mis sentimientos. No le daré la espalda a mi compañero, solo porque aún no lo conozco.

—¿Puedes al menos prometer que no lo verás sola? Espera a que uno de nosotros esté cerca, en caso de que necesite ayuda. —preguntó Arden y me negué.

—Hay cosas que podría querer hacer con mi mate y créeme, no quiero que ninguno de sus traseros estén cerca. Sé que estás preocupado, pero necesitaré privacidad.

—Ella está en lo correcto. Intenta ponerte en su lugar. No es como si pudiéramos elegir cómo nos sentimos. —Emmett estuvo de acuerdo con un tono triste, y supe que algo andaba mal.

—Oh, yo no lo arriesgaría todo por un puto sentimiento. —Arden repitió su estupido pensamiento, girando su rostro fuera de mi vista.

—No lo sabrás hasta que lo sientas, idota, —gruñí y mis ojos viajaron de regreso a los de Emm, por alguna razón, su comportamiento había cambiado.

—No todo el mundo puede tener una relación perfecta como tú y Noah, —murmuró Arden entre dientes y se hundió en el asiento trasero. No me perdí la forma en que los latidos del corazón de Emmett cambiaron. Incluso cuando su rostro no revelaba nada, sabía que algo lo estaba afectando. Hubo un par de segundos de silencio antes de que Emm hablara.

—Noah y yo estamos teniendo problemas. Creo que podríamos romper pronto, —confesó Emmett. Podía escuchar el dolor en el tono de su voz. No dije nada, solo lo atraje hacia mí y le di un abrazo.

—¿Qué? ¡Te dije que no confiaras en Noah! —Arden gritó y saltó hacia adelante para meter la cara entre los asientos delanteros. Si pudiera, le habría dado una paliza. Diosa, lo amo, pero podría ser intenso.

—¡Para! —Murmuré. Arden tenía esa mirada traviesa en sus ojos que me dijo que estaba a punto de bromear en el peor momento posible. ¡Hijo de King!

—No, pero en serio, ¿se le aflojo el trasero demasiado para ti? —Arden se rió. Allí estaba. Le di un puñetazo sólido en el hombro.

—¡Estupido! —Grité.

—¿Qué? ¡Joder, Reik, eso duele!

—Sabes que Emm lo ama. Debe estar sufriendo.

—Ese mismo fue su primer error. Nunca te enamores. Si no te enamoras, entonces no tendrías que arrastrar tu trasero hacia fuera de esa situación de mierda, —dijo como si fuera tan fácil como suena, como si tuviera experiencia en hacer precisamente eso.

—Me encantaría estar ahí para ver tu estúpida cara en el momento en que te des cuenta de que te has enamorado de alguien. Aún mejor, cuando Kahuna te diga que encontró a tu pareja, —dije y los hombros de Arden se sacudieron con disgusto, como si eso fuera lo peor que le podría pasar.

—No, no pueden leer mi cara de póquer, —cantó Arden y se rió después. Él no sabía a lo que se enfrentaba. Estaba segura de que lo golpearía como un camión cuando menos lo esperara.

—Él ha estado enamorado antes, créeme. Apuesto a que ella no quería tener nada que ver con su trasero y ahora está amargado. ¿Me equivoco? —Emmett adivinó, y Arden hizo una mueca. ¿No que tenía cara de póquer?

Nos reímos de su expresión ridícula antes de que Emm acelerara el auto y nos llevará de regreso a la carretera. Encendí la música y Arden lanzó su cuerpo hacia adelante entre nosotros, cambió la estación a rock y subió el volumen antes de desplomarse de nuevo en su asiento.

Emmett y yo nos miramos y sonreímos. ¡Que se joda! Todos nos relajamos y cantamos con la música mientras nos dirigíamos a una nueva etapa de nuestras vidas.

Todo estaba a punto de cambiar para nosotros.

*•*OJO!*•*

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N/A: Este libro está completo y publicado en mi página de p*****n: https://www.patreon.com/Eliyang

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Este libro se actualizará todos los lunes a las 10:00 a. m. ET hasta el 26 de septiembre por Inkitt.

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