En eso, vieron la última bóveda que literalmente estaba anclada al suelo y del tamaño de una casa de 2 habitaciones; pero no era nada fácil de abrir porque se había perdido el mecanismo de cierre en la explosión y se había activado el protocolo de protección; que sólo el dueño podía llegar abrirla, cosa que era imposible. Un escuadrón del ejército se dispuso a abrirla, pero tenían que esperar al secretario del estado; porque él quería estar presente para ver que valía tanto para resguardarlo con tecnología que ni Fort Knox tenía. En eso llega Clarence a la escena al ver la revolución que había en el lugar, no lo querían dejar pasar, pero hizo valer su posición como capitán de la marina, se acerca a sus padres y pregunta - ¿Se sabe algo de Alex y Miranda? - - No, hijo sólo que se han en

