Miranda lo tenía todo fríamente calculado, aún no conseguía un apartamento y mientras se quedaba en un hotel; cargando todo a la tarjeta de Alexander; recordó que hoy tenía reunión con el subalterno de su esposo. Después de una mala noche, sin poder dormir como hubiera querido; se dispuso a vestirse con un pantalón de vestir n***o, recto y ancho con cinturón a juego, camiseta blanca básica y americana verde militar con unos zapatos de tacón color n***o acompañados de unos lentes oscuros. Sé dirigió al despacho en su Hyundai Tucson de alquiler color n***o; en eso la esperaba el magistrado suplente Alfred Whilliham; era un hombre que se estaba quedando visiblemente calvo pero en lo que le quedaba de cabello era color n***o, era regordete, casi de la misma altura que Alexander; se rumoraba q

