Prologo.

3084 Words
Ben Castairs Una simple pregunta era la única que había estado rondando mi mente en los últimos días: ¿Por qué decidí convertirme en detective de la unidad de inteligencia de la capital real? Lo que podía observar cada día, estaba en contra de mis ideales, de mi creencia en que los humanos podían ser buenos por naturaleza y constantemente buscaban el lado correcto de la historia. El ser humano, buscaba la luz y evitaba causar daño a los demás porque ese daño enferma el alma que en algunas culturas es posible verse a través de los espejos. Pero, eso no era lo que podía ver con este trabajo, los seres humanos podían hacer daños tan seguido e incluso algunos necesitaban  hacerlo tanto como necesitamos el oxigeno para respirar, era enfermizo. De vez en cuando me quedaba mirando el cielo estrellado mientras pensaba que quizás debí de quedarme en el pueblo más alejado de la cuidad porque aunque seria una vida simple ayudando en la granja familiar, todo lo que alguna vez creía no estaría cuesta abajo porque he perdido la filosofía de mi vida, perdí todo en lo que creía en menos de un año Sentía un vació en mi ser, uno que no lograba llenar con el café. El tiempo no perdona a nadie, con el pasar de los meses, me olvide como se sentía dormir corrido mis ocho horas seguidas sin despertar en medio de la noche por aquel evento que me había marcado la vida cuando cumplí quince años, aun no era capaz de aceptarlo, de dejarlo pasar y esa incapacidad causaba frustración. Aunque hubieran pasado siente  años no sabia como dejarlo atrás. Después de pasar horas mirando el techo vació, oscuro que no dejaba nada a la vista deje salir de mis labios un leve gruñido de frustración antes de usar los codos para incorporarme a la cama, me senté en ella con las manos en las sabanas blancas sintiendo su tacto. Lleve ambas manos a mi rostro con frustración al sentirme inútil. Ni dormir bien era capaz, pase una mano por el desordenado cabello cuando  el sonido de mi celular interrumpió el silencio de la habitación.Rodee los ojos, deseando que no fuera una llamada sobre el caso que manteníamos abierto desde los últimos tres meses. Sostuve el aparato entre mis manos, el tacto entre mis dedos era helado debido a la lluvia que había caído y que me dio flojera levantarme para poner la calefacción.  Mientras apretaba el botón para encenderlo mirando como la luz que emitía era naranja recordando a una vela, el filtro de luz azul no me había ayudado para logar dormir como una persona normal, me sentía estafado. La aplicación no valía esas cincuenta piedras preciosas. Conteste la llamada sin ver quien me estaba llamando y como era costumbre empece a caminar por la habitación como un animal enjaulado con desesperación.  — Detective, Ben Castairs — Dije caminando en círculos sin razón aparente — ¿Qué sucede? No obtuve respuesta de inmediato, únicamente podía escuchar el sonido de los autos pasar por algún lugar de la cuidad, me acerque a la ventana tratando de ver las calles cercanas pero estaban vacías. ¿Quién en su sano juicio estaría manejando a las dos de la mañana, cuando se había alertado de una situación irregular? — ¿Quién habla?  — Pregunté con fastidio corriendo las cortinas para tapar el ventanal. El silencio de la parte contraria comenzaba a molestarme, suspire antes de seguir mi camino en dirección a la cocina con el objetivo de comer una galleta con crema de fresa.  — Ben... — ¿Alison?  —  Hemos encontrado otro cadáver en la autopista. — Informo  Al escuchar la información me detuve pensando que mi suerte era la peor de este mundo. Me sentía cansado de manera física y mental, mi espíritu pedía a gritos un descanso pero en ese momento recordé la razón por la cual me convertí en detective. Quería hacer un mundo mejor, deseaba defender a los inocentes. — ¿Otro cadáver? — Continué caminando hasta llegar a mi destino, la tan amada cocina — Otro cadáver — Repitió, antes de suspirar — Es el quinto en tres meses, mismo modus operandi ¿Cómo es posible que no hemos podido atraparlo? — Siempre esta dos pasos adelante de nosotros, nos ha estado poniendo pistas falsas y no existe alguna de ellas que tengan sus huellas — Baje el tarro donde estaban los granos de café, antes de dejar el celular en la encimera estando en altavoz — Hemos estado arrestando a personas equivocadas los últimos tres meses — Esas personas no tienen alguna relación no el verdadero culpable — La escuche suspirar, sabia que no dormía porque estaba matándose pensando en las maneras de cumplir con su trabajo — A veces creo que convertirme en detective del departamento más importante fue un completo error. — Nuestro destino siempre nos persigue, aunque queramos esquivarlo nos llega — Abrí la tapa del tarro, dejándola en la encimera  — Debemos ser pacientes, eventualmente va a caer. — Causa que el departamento de detectives de policía, parezcan idiotas — No paso mucho para que cambiara sus palabras — ¡Nos hace ver como idiotas! — ¿Podrías dejar de gritar? — Revise la hora por encima, mientras colocaba una hoya con agua en la hornilla — Alison, son las dos de la mañana y estas en altavoz ¿Quieres que mis compañeros de piso me vuelva a sacar a patadas por tu culpa? — Tienes la herencia de tus padres, por la granja e insistes en vivir compartiendo piso — Ella volvió a suspirar — El Sargento no estará feliz, apenas se entere tendremos una reunión. — ¿Cuanto han pasado desde que descubrieron el cuerpo? — Pregunté encendiendo la cocina, quería prepararme un café para comer junto con las galletas de fresa. No solía desayunar porque no me gustaba, siempre dije que prefería llenar mi estomago en la cena para tener una ayuno y limpiar mi alma... De lo que sea que se pudiera ensuciar el alma de un niño de cinco años de edad que creía firmemente que la lluvia eran las lagrimas de hadas al ver un árbol talado. En mi estomago en las mañanas únicamente estaba el café como combustible. — Diez minutos, karla y William están en la escena del crimen en estos momentos. — ¿Cuantos años tenia la victima? — Diez años, estaba en la escuela primaria todavía y tenemos la sospecha que era uno de los niños que desapareció en el campamento de Verano — Apreté con rabia el paño que estaba en la encimera  — Se que estas molesto, yo también lo estoy pero guarda esa ira para el criminal.   No respondí, estaba más que molesto sabiendo que afuera en las oscuras calles de la cuidad estaba un hombre que secuestraba hombres, mujeres y niños por igual, los transportaba a algún lugar para atarlos, jugar con ellos por horas o incluso meses antes de dejarlos en la oscuridad de la madrugada en las calles. No teníamos pistas, estábamos en un callejón sin salia con el tiempo limitado.  — Ben.... — ¿Qué? — Dije irritado — Yo también quiero atraparlo, pero no podemos hacer nada hasta llegar a la Estación de Policías — Se quedo en silencio, mientras apagaba el agua que burbujeaba. Coloque en ella dos cucharadas de café en polvo mirando como el liquido cambiaba de color mientras lo movía — Atraparemos al bastardo, juntos — Solo espero que tu amiga encontrara alguna pista  — Levante la paila, dejando que el liquido cayera por colador disfrutando el sonido del agua que me calmaba lentamente  — De todo el departamento, ambos son realmente inútiles, al menos la mayoría de nosotros busca algunas pistas ellos, por otro lado ni alguna pista trampa encuentran. — Fue tu prometida durante la academia... — Un error terrible, pero así es la vida  — Dije sujetando el aparato, antes de quitar el altavoz y llevarlo a mi oreja  — No quiero saber mas nada sobre el amor, durante un año por lo menos  (...) Apague el motor del auto girando la llave, agarre la cartera y el celular que estaban en el asiento del copiloto antes de salir. Mire de reojo el carro de la Sargento Malagoli, chasque la lengua con fastidio ante la charla de falta de eficiencia del departamento que se había convertido en el sermón matutino. Cerré la puerta de un portazo mientras me alejaba del vehículo azul oscuro. Metí una de las manos a mi bolsillo, tomando el audífono para poder escuchar algo de música para despejarme, camine por el estacionamiento para llegar a la puerta con tranquilidad hasta que sentí como unos brazos rodeaban mi pecho desde la espalda, era un agarre suave, baje la cabeza para ver que el dueño tenia una piel blanca y rosada al mismo tiempo. Conocía al dueño y una pequeña sonrisa ladina apareció en mi rostro. — ¿Qué demonios haces sin una chaqueta? — Reprendió Alison soltando el abrazo, mientras se paraba frente a mi con las manos en su cintura — Te vas a enfermar con esta humedad. — Me levantaste hace más de veinte minutos, tome lo primero que vi — Dije tratando de caminar, pero la chica no se movía — ¿Que quie...? Alison coloco una pequeña bufanda color rojo alrededor de mi cuello, se alejo mirando como esta me quedaba antes de sonreír sin importarle que varios mechones de cabello marrón cayeran en su rostros. — Listo, ahora puedes seguir avanzando — Eres extraña... — Dije caminado hombro con hombro con ella Alison era la clase de persona que siempre tenia ropa extra en su cartera, estaba preparada para cualquier situación, era mi compañera, la única que quería a mi lado y podía soportar mis estado de humor cambiante. Ese gesto, aunque sencillo logro llenar de calidez mi corazón pero me negaba a dejar que ella lo supiera. No quería que notara, que aunque actuaba como si estar con ella fuera el peor calvario de verdad disfrutaba estar con ella. — ¿Qué mas sabes?  — Cuestione mientras comenzábamos a subir las escaleras que daban con la entrada trasera del establecimiento  — Nada — Las damas primero — Dije abriendo la puerta para ella — Pero que hombre mas caballeroso, me pregunto ¿Por qué todas las chicas con las qué salen terminan dejándote?  — Dijo sin malas intenciones antes de menear su cabello  — Tus poderes seductores en el pueblo, no sirven aquí — ¿De verdad disfrutas esto? Alison entro a la estación con una sonrisa en su rostro, suspire mientras la seguía. Caminamos por los pasillos repletos de oficiales con uniforme hasta subir las escaleras, giramos a la derecha entrando al departamento de detectives. Todos estaban rodeando la pizarra acrílica de color blanco, parecían estar esperándonos. — Llegan tarde — Reprendió la Sargento Malagoli — El turno comienza a las siete de la mañana sargento, son las dos de la mañana  — Alison dijo con tranquilidad, antes de ponerse al lado de Karla — Siento el retraso ¿Qué tenemos? — Pregunté recargándome en mi escritorio Sobre el escritorio se encontraba una bandeja con fresas grandes y jugosas, en las ultimas dos semanas cada vez que llegaba al trabajo encontraba algunas frutas lavadas con una pequeña carta, hoy no fue la excepción, debajo de las bandejas de esa frutilla roja que tanto amaba se encontraba una hoja doblada, el papel era blanco realizando un hermoso contraste con la marca de labial rojo en la misma. Deseaba leerla, descubrir quien era la responsable de alimentarme en la mañana se había convertido en una de mis metas personales para resolver en mi tiempo libre. — Niño de diez años, no hemos identificado el nombre — Dijo pegando una foto de la victima sobre la mesa del forense — Sus dedos fueron quemados, entre otras cosas que no tengo corazón para decirlas. ¡Quiero a ese monstruo detrás de las rejas equipo! — ¿Un niño de esa edad? Eso es nuevo — James se coloco a mi lado, era mi mejor amigo y ambos compartíamos el mismo origen — Parece ser personal, quizás pueda ser un saldo de cuentas y han tomado al pequeño como pago. — Cuando la encontramos sus muñecas estaban atadas con alambre de púas, en su cuello existían marcas  — Karla hablo, sus ojos negros estaban oscurecidos ante la molestia, su nariz se arrugaba causando que se viera tierna  — ¿Qué tan enfermo debe estar? — Aunque sea un salto de cuentas, no podemos afirmar esa teoría  — Suspiré tomando una de las fresas, llevando a  mis labios antes de morderla  — No conocemos el origen del niño — Sargento — Llamo William detrás de mi — Encontramos que tenia cortadas en su muslo, parecen erráticos y sin precisión en comparación con los otros casos, esto... una pista — Okey, con este pequeño angelito se desquito — La mujer de cabello rubio sobo el puente de su nariz — No encontramos nada en la escena, ni huellas de neumáticos que pudiéramos rastrear — Encontramos una colilla de cigarro — Informo Karla — ¿Estas diciendo que dejo atrás eso? — Pregunté mirándola con burla — Nos ha dejado la misma pista en los ultimas victimas, si vas a decir algo que sea útil — ¿Enojado por qué logre mas cosas que tú?  — Ella me señalo con el dedo, antes de sacar el dedo medio  — Mejor cierra la boca, no has logrado avanzar con la investigación de los teléfonos desechables que localizaste, no tienes moral para hablarme de utilidad — Fuiste inútil en los últimos tres casos, tus informantes no dieron nada útil y si no fuera por mi  — Dije mientras me señalaba con el dedo  — jamás hubiéramos dado con los criminales, estoy empezando a pensar que los estabas encubriendo — ¿¡Quién te crees que eres!?  — Ella estaba ofendida, comenzando a caminar hasta mi pero fue detenida por la mano de Will quien tomo su muñeca. La señora de mediana edad de cabellos rubios, se coloco en medio de ambos mirándonos con desaprobación por nuestra pequeña discusión en horarios de trabajo, interrumpiendo su momento del regaño matutino. — Si dejaron de comportarse como niños pequeños, tenemos algo que resolver  — En sus ojos verdes se demostraba el cansancio al igual que todo el departamento  — Si tienen un problema en su vida personal, no es mi problema pero lo arreglan fuera de mi unidad ¿entendido?  —  Ambos asentimos, por miedo a terminar siendo pareja de patrullaje callejero   — ¿Karla, qué te hace pensar que esta vez es diferente? — Tengo la corazonada que esta vez sera diferente — No pude evitar volcar los ojos estando cruzado de brazos ante su falta de pruebas, no estaba de acuerdo con ir a la buena de Dios cuando habían vidas en juego. — Enviamos los alambres de púas para ser analizados — Dijo William detrás de ella — Estamos esperando la respuestas del analistas, encontramos un olor a nicotina junto a la sangre con el mismo instrumento, lo que significa que debió tocarlos con algo del cigarro en sus manos — En todos los casos a usado guantes  — James suspiro antes de sobar el puente se su nariz a mi lado, mientras agarraba otra fresa  — Juega bien sus cartas, no creo que se equivoque ahora — En algún momento debe cometer un error   — Dije antes de morder la fresa, sintiendo aquel dulce sabor en u  momento amargo — ¿Alguna identificación que cargara consigo la victima? — Alison estaba meditando la situación  — ¿Carnet estudiantil? ¿Identificación? ¿La ropa con su nombre? — Nada que podamos usar, pero ahora que lo pienso mantenía una quemadura reciente en su pierna... — Dijo Willian colocando la foto en la pizarra — Parece de hace una semana — ¿No hubo un incendio al Oeste de la cuidad? — Pregunté al aire, intentando recordar la asistencia prestada al departamento de bomberos   — Si — La Sargento suspiro antes de mirarnos a todos — Ben, Alison vayan al departamento de bomberos, preguntes cuales fueron los incendios en los últimos días donde algún mujer estuviera atrapada en algún incendio. Karla, William ustedes irán a revisar las cámaras de vigilancia de la zona cualquier auto que pasara por esa zona de madrugada es sospechoso. James y Byron irán a todos los hospitales de la cuidad preguntando por  niños victimas de quemaduras de segundo grado en los últimos días. Daniel quiero que revises la lista de niños desaparecidos — Nos miro a todos, con seriedad — Conocen sus ordenes ¡Vayan! — ¿Qué hara usted? — Preguntó Byron, de brazos cruzados detrás de ella  — Hablar con un informante — Dijo colocando la mano en los bolsillos de su pantalón comenzando a caminar mientras sus tacones razonaban — ¡No se queden parados en sus lugares, estamos contra el reloj porque puede volver a atacar en cualquier momento, no quiero mas victimas en mi cuidad! — ¡Sargento! — Charllote subió corriendo hasta nuestro departamento, parándose delante de la mujer evitando que continuara su marcha — ¡Tenemos una pista! Esta vez estoy segura que no es puesta a drede. — Habla — Ordeno tajante. La chica de ojos verdes mostró la bolsa con la colilla de cigarro, antes de hablar con emoción creciente en sus ojos color jade que podrían derretir a cualquiera. — La colilla que encontró la detective, aunque este en pésimas condiciones nos sirvió para descubrir el genero del perpetrador  — Estaba emocionada por su descubrimiento, ella giro su vista hasta mi. Me encantaba verla feliz, por lo cual le dedique una hermosa sonrisa alentándola a seguir porque sabia que le temía a la mujer delante suyo  — Al menos estaba vez no tendremos que tirar a pegar cuando arrestemos a un ciudadano — Susurro James — Habla pequeña, Alicia — No pude evitar soltar un apodo cariñoso, poco me importo  — ¿Hombre o Mujer? — Mujer — Dijo sacando el informe de una carpeta que tenia, me lo entrego con una sonrisa mientras le guiñaba el ojo con tranquilidad. Eso nos facilitaba las cosas, al menos un poco. (....) Escrito: 29- Mayo - 2021/ 12 - Agosto - 2021 Publicado: 12 - Agosto - 2021 Hora: 16 h
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