Alison.
Detective de inteligencia.
Habilidad: Manifestación de lectura
Estado: Útil.
El primer recuerdo que se mantiene en mi mente era estar en un lugar cálido, rodeada por un líquido mientras escuchaba una voz delicada siendo callada por otra que era gruesa y autoritaria que causo que le temiera. Aquella voz de hombre le decía a mi madre que debía trabajar en el campo como toda mi familia, la única manera de salir de aquel lugar y no pasar por la mismas penurias que ellos en un mundo desolado era pasando la primera prueba.
La primera prueba era una meta para mí pero en ese entonces me pregunte ¿Cuál era esa prueba? ¿Por qué podía sentir a la persona que me dio la vida tan asustada ante la idea?
—Alison —James me estaba llamando, parpadee dándome cuenta que estaba viendo el mismo papel desde hace una hora — ¿Estas bien?
Asentí con la cabeza, antes de restregar uno de mis ojos y dejar descansar mi mentón sobre la palma de mi mano observando a ambos chicos que estaban delante del escritorio esperando sus palabras pero ambos estaban mirándose dudando de las noticias que me darían.
—Iremos a almorzar, ¿Por qué no vienes con nosotros? — Ben preguntó con una gentil sonrisa, en los ojos de James había un claro disgusto ante la idea de tenerme allí
—No, vayan ustedes — Me levanté del escritorio para ir hasta la sala de descanso, pase en medio de ambos colocando una de mis manos en el hombro de James — ¿Por qué te molesta que vaya? — Al preguntar su cuerpo se tenso
— ¿Por qué dices eso? — Ben abrió sus ojos sorprendido, llevando una mano a su nuca ante el malentendido — James no le molesta que estés con nosotros, en realidad él quiere que
No lo escuche, seguí mi camino hasta la sala de descansos. Abrí la puerta dejando que mis ojos examinaran el lugar que estaba vacío, paredes negras, literas de metal en los costados de las paredes con sábanas blancas, almohadas mal colocadas con fundas naranjas. Cerré la puerta detrás de mí colocando un seguro, camine hasta una de las literas trepando por la escalera para llegar a la última de las tres donde estando sentada en posición de loto si estiraba un poco más el cuello podía darme un buen golpe con el techo.
Cruce las piernas, deje mis manos descansar sobre las rodillas antes comenzar a regular mi respiración volviéndola lenta y suave. En mi mente una serie de ideas manifestadas en imágenes nitidez salieron a flote en medio de la oscuridad, la primera que apareció fue la posibilidad de tener un traidor en el departamento junto a los posibles sospechosos.
—“¿Dondé esconderé el cuerpo?” —Pregunto el joven de cabello largo atado en una cola de caballo — “¿Quieres un escondite donde puedas escuchar el ruido de los lagos artificiales por última vez o prefieres escuchar el sonido de los autos?”
— “Hmmm” — La victima intentaba luchar, se escuchaban sus quejidos desesperados detrás de la mordaza
— “¿Prefieres uno de los barrios bajos?” —Preguntó sin mucho interés, tomando una jeringa de la mesa desgastada llena de óxido que estaba cerca —“Es una pena, siento ser descortés con usted señorita pero trasportar su cuerpo hasta ese lugar significa mucho trabajo. Estoy dispuesto a cumplir otro deseo antes de irme”
—“Hmmm, hmmm”
—“Tomaré eso como que no tiene otro deseo” — Una máscara de demonio color azul estaba cubriendo su rostro, sus pasos no sonaban y finalmente rodeo la silla para clavar la jeringa en el hombro de la víctima — “Volveré en dos semanas, suerte en desatarte para alcanzar la comida”
William, era el único m*****o del equipo a parte del sargento que conocía la capital real como la palma de su mano porque había crecido recorriendo sus calles. Conocía cada calle, callejón, edificio, tenía el conocimiento para evadir las cámaras de seguridad porque sabía su ubicación, podría fácilmente tomar un camino sin cámaras hasta llegar a los barrios bajos donde la victima será retenida por un periodo de dos semanas antes de dejar de respirar.
William tenía algo que nadie más poseía en ese lugar, poder y dinero en el terreno de fuego. Su familia era importante por lo cual si sospechaba de él debía saber como jugar sus cartas, si no deseaba un mal entendido que pudiera llegar a los odios del padre del chico, el consejero real del Rey.
La imagen comenzó a ser distorsionada en su cabeza, una música de una flauta lleno su cuerpo, era una melodía melancólica, triste y sombría que avisaba que nada bueno podía estar cerca. Un apartamento en llamas llego a su menté, una familia estaba dentro intentando correr de manera desesperada para poder seguir con vida un día mas, eran uno de los tantos inocentes que había sido el objetivo para los grupos rebeldes de fuera de los muros que intentaban derrocar al monarca.
—“Mamá, no quiero morir” —Dijo una adolecente con lágrimas en sus mejillas —“Quiero seguir viviendo”
—“Y lo harás Tamara” — Dijo un hombre con una barba tan larga que llegaba a su estómago — “Ernesto, ¿Lograste abrir una ventada?”
—“No” — El joven empezó a toser debido al fuerte humo que estaba inundando el lugar —“¿Dónde está Anna?
— “¡Pensamos que Ana, estaba contigo! —gritó la chica que estaba siendo abrazada por su madre
La imagen comenzó a borrarse pero antes que desapareciera por completo pude visualizar una dirección: Avenida la gracia divina, residencia las garzas de Dios. Abrí los ojos, suspire antes de estirar las piernas que estaban entumecidas junto a los brazos, no podía garantizar el tiempo que estuve en ese estado donde podía ver las posibilidades de lo que mi cerebro leía pero estaba segura que había pasado un tiempo significativo.
Deje caer mi cuerpo en la cama, estaba agotada por el esfuerzo que significaba, mis ojos se sentían pesados avisando que era hora de tomar una pequeña siesta pero mis intenciones fueron interrumpidas porque unos golpes sonaron en la puerta de madera.
—Ni una sienta podemos tener — Dije un poco molesta en susurros antes de alzar la voz — ¿Quién es?
—Somos nosotros dos, tenemos que hablar contigo — James hablo detrás de la puerta, suspire antes de arrastrar el cuerpo al borde de la cama donde una caída podría ser dolorosa
— ¿Para qué? ¿Por qué no siguen hablando ustedes dos como dos viejas chismosas? — Pregunté con fastidio ante la falta de descanso empezando a bajar las escaleras
—Es sobre el trabajo, James encontró algo junto a Byron — Ben, sonaba cansado e irritado — Deja de comportarte como una niña, abre la puerta de la sala de descanso que necesito acostarme
—¿Peleo con Charllote o Karla? — Pregunté acercándome a la puerta
—Karla acaba de insultarlo, te lo perdiste pero grave la humillación en video — James sonaba divertido, causando que estallara en risas mientras abría la puerta — Gracias por abrir
Ben rodo los ojos antes de pasar a un lado de mi hasta llegar a la litera donde estaba acostada antes, pero subió hasta la cama de en medio y se acostó cayendo dormido entre pequeños intervalos y era posible saberlo incluso sin mirarlo porque su respiración era regular, James se sento en la cama de abajo mientras yo estaba de pie frente suyo mirándolo con intensidad.
—Descubrimos que el Martes anterior hubieron dos incendios — James saco debajo de la almohada un paquete de un ponqué relleno de fresa, era uno de los dulces que solíamos comer en las colinas — Uno de ellos fue atendido por el Hospital Merci y el otro por la clínica Pro-agua
— ¿En alguno de esos estaba un niño entre diez a quince años?
—En la clínica Pro-agua — Saco otro de los dulces debajo de la almohada — En los registros aparece que durante la noche una mujer rubia llego a la clínica con alguien que rondaba esa edad, el joven parecía asustado cuando ella se acercaba y tenía una quemadura de segundo grado en su pierna.
— Como la victima… — Susurré, antes de tomar el dulce que me era ofrecido — ¿Lograste saber el nombre de la mujer?
—No, no me dejaron ver los registros sin una orden…
— ¿Por qué los médicos no llamaron a la policía? — Pregunté abriendo el paquete — Es decir, ver a un niño asustado cuando su representante se acerca no es normal
—Pensaban que se trataba del miedo ante su quemadura por el incendio — Dijo Ben con una voz adormilada — No es de extrañar que no llamaran por eso, Ben va a regresar a ver si puede usar la información que tiene de su nueva novia que trabaja allí
—No es mi novia, Ella es solo mi amiga — Dijo con las mejillas sonrojadas — Pensé que debías saberlo porque estabas revisando los papeles sobre los últimos incendios ¿Encontraste uno en el lado este?
—No — Dije mientras mordía el dulce, dejando que un poco glaseado de fresa cayera por mis labios — Pero, también he descubierto algo, un incendio irregular con una familia de cuatro hijos atrapados… Quiero investigarlo.
—Vamos a investigarlo…
El atardecer estaba cayendo en la cuidad, el cielo naranja combinado con los colores rosados y morados eran maravillosos. Esperaba tener la oportunidad de ver sus tonalidades en el tejado de algún edificio sin obligaciones y sin preocupaciones, yo de verdad deseaba un momento de paz por más mínimo que fuera.
Ben entro en la avenida que le había dicho mientras estaba leyendo tranquilamente el archivo, buscando lo que pudiera ser útil pero solamente decía que era “Sospechas de ser provocado” para nadie era un secreto que en el departamento de bomberos anunciaban que todos los incendios eran sospechosos de provocación. Arrugue la nariz ante la inutilidad de las palabras frente de mi rostro.
—Hemos llegado — Dijo Ben estacionando el carro.
Levanté la mirada de las hojas de papel con manchas de papel antiguo, frente a mis ojos se encontraba un edificio de color naranja claro algo deteriorado por el constante sol o lluvia, las ventanas reflejaban el reflejo de ese hermoso atardecer que deseaba ver tomada de la mano con alguien mas, con alguien para compartir mis miedos o anhelos.
En una parte de las ventanas, se veía una de ellas con marcas negras causada por las llamas de la semana anterior, cuando nos bajamos del vehículo caminamos hasta la recepción y sacamos las palcas que nos identificaban como policías a la recepcionista que no le tomo mucha importancia porque continuo leyendo su revista después de verlas por encima.
—Venimos a ver el apartamento que fue quemado — Dijo Ben, tranquilo ante la falta de respeto — Es para una investigación
—Séptimo piso… Necesitan una tarjeta de acceso para subir al ascensor y no se las daré porque no la tengo
—Estas evitando que investiguemos — Dije molesta ante su actitud—Estas interfiriendo y puedo arrestarte por eso
—No tengo la llave — Dijo sin quitar la vista de la revista
— Entonces ¿Tienes otra cosa que decir que sea útil? — Preguntó Ben caminando hasta la escalera
— La familia Twyler, siempre ha sido rara Twyler — Confesó antes de hacer un ademan con la mano dejándolos ir