Un nuevo empleo.

1232 Words
DOMINGO POR LA MAÑANA. Durante el camino a casa de mis padres recibo un mensaje. Es de la mueblería. Lo siento, hemos decidido contratar a otra persona más capacitada para el trabajo, feliz fin de semana. —¿Qué pasa, Daelia? ¿Te dieron el trabajo? —No, no lo hicieron. Él no dice nada más, pero puedo notar la expresión de disgusto en su rostro. Guardaré silencio en este momento, sé que si hablo comenzaremos a pelear. Al llegar a casa de mis padres me siento nerviosa, es como visitar a desconocidos, ¿está mal no sentir una relación de familia con mis padres? Bajo del auto, mi madre habré la puerta, corre hacia nosotros, extiendo mis brazos para darle un abrazo. Ella pasa a mi lado y abraza a Dalton. —¡¿Hijo, por qué cargas estas cosas?! ¡Hija, ayuda a tu novio! —¿Novio? Amor, muéstrale el anillo. Dalton toma mi mano, deja un beso sobre mis nudillos. Mi madre salta de la emoción. Después de la noticia mi padre también está muy feliz. Pensé que hablarían conmigo, pues yo soy su hija, pero mi opinión no cuenta. Recibo una llamada y me aparto para responder, sé que no me extrañaran. —¡Hola! —Hola, ¿eres Daelia Hartman? —Sí, ¿quién habla? —Le llamo de parte de la empresa de exportaciones IDEON DEMIRCI hace un mes se presentó para una entrevista con nosotros, ¿lo recuerda? —Sí, lo recuerdo. —Tenemos un puesto para usted, pero es solo temporal, una de nuestras secretarías dejará su puesto por seis meses debido a maternidad, si le interesa trabajar con nosotros seis meses puede presentarse mañana a las siete de la mañana. —¡Sí, me interesa! Gracias, señorita. —Entonces nos vemos mañana, señorita Hartman. —¡Nos vemos, gracias! Cuelgo y me siento emocionada, sé que solo son seis meses, pero quiero adquirir un poco de experiencia y una carta de recomendación de una empresa sería. Talvez si me esfuerzo me den un trabajo por más tiempo. ━━━━━━━━》❈《 ━━━━━━━ Es lunes por la mañana, y son casi las seis de la mañana, me levanto cuidadosamente para no despertar a Dalton. Dejo la ropa que planche ayer por la noche en un gancho y la cuelgo en el baño junto con la toalla, no me cambiaré en la habitación. Veo la hora, solo me queda una hora, la empresa queda como a treinta minutos, no puedo pagar un taxi, tomaré el transporte público y muchas veces tarda en pasar, me daré prisa. Después de tomar un baño y secar mi cuerpo, aplico mis cremas en rostro y cuerpo, lavo mis dientes y me hago un maquillaje natural. Me hago un peinado recogido, después me cambio rápidamente, me coloco los tacones y corro al espejo de la sala para verme a cuerpo completo. Me siento satisfecha con el resultado, no recuerdo la última, ves que me sentí satisfecha conmigo misma. Voy por mi bolso y mis llaves. Ahora que tengo todo miro la hora por última vez, me quedan 35 minutos para llegar, sé que puedo llegar justo a tiempo a la empresa. Salgo de casa y camino por algunos minutos hasta llegar a la parada de autobús. ¡Este es mi día de suerte! El autobús pasa justo a tiempo. Subo y tomo asiento, durante el camino escucho con mis auriculares a uno de mis comediantes favoritos. Al llegar a la empresa veo la hora en mi celular 6: 57 AM. Justo a tiempo para entrar a la empresa. Entro y veo a la secretaria que me entrevisto hace un mes. —¡Buenos días! Justo a tiempo, señorita Hartman. —Buenos días, señorita. —Por tres días te enseñaré de lo que trata tu trabajo, después lo harás tú sola, ¿está bien? —Sí, es usted muy amable, se lo agradezco, señorita. —Solo llámame Flor. —Está bien, Flor. —Acompáñame, te daré un recorrido rápido por la empresa. Olvide decirte que la hora del almuerzo es a las doce y media, este día te invitaré a comer, esa será mi forma de darte la bienvenida, Daelia. —Gracias, Flor. La señorita me da un recorrido por la empresa y todo es lujoso y hermoso. Veo a un grupo de chicos en un salón de la empresa. —Ellos están aquí para hacer prácticas, Daelia. Talvez tú ayudas alguna vez y les muestres la empresa tal y como yo lo hago contigo en este momento, así que pon mucha atención. —Está bien, lo haré. Ver a esos chicos me recordó que en este momento yo debería estar en la universidad, sin novio y viviendo mi sueño. ─── ❖ ── ✦ ── ❖ ─── La mañana fue tranquila y entendí cada cosa que la señorita me explicó. Yo me encargo de atender llamadas, hacer citas y recibir a las personas en la puerta. La hora del almuerzo llega rápidamente. —¡Vamos, Daelia! Te dije que te invitaría a comer, muero de hambre. Tomo mi bolso y acompaño a Flor. —Espera un momento, iré por mi auto al estacionamiento. —Está bien, lo haré. Espero algunos minutos y Flor aparece con su auto, me siento extraña, nunca había subido a un auto tan lujoso. Al llegar al restaurante también me asombro, es tan bonito y sofisticado. Bajamos del auto y entramos al lugar. Nos sentamos y un camarero nos entrega el menú. —No te preocupes, puedes pedir lo que quieras, ¿te gusta el vino? —Nunca lo he probado, lo siento. —No te preocupes, lo entiendo, ahora no podemos beber, pero prometo invitarte una noche y podemos probar algunos vinos. —Gracias, eres muy linda. —Trato de ser como a mí me hubiese gustado que fuesen algunas personas de la empresa conmigo, tú eres mi responsabilidad, cuando me preguntaron, a quién podríamos contratar pensé rápidamente en ti. —¿Por qué? —Porque me recuerdas a mi hermana, ella tenía la misma condición que tú, ¿te molestaron mucho en la escuela por eso? Ella señala el mechón blanco de mi cabello y mis ojos bicolor. —Sí, los niños suelen ser muy crueles, ahora las personas piensan que tiño mi cabello y que mis ojos son lentes de contacto. —La heterocromía de mi hermana no era tan evidente, pero la tuya sí, un ojo café y el otro azul, es sorprendente, además del mechón blanco en tu cabello y tu piel tan blanca. —Lo sé, parezco un vampiro, los niños solían decir eso, ¿dónde se encuentra tu hermana ahora? —Se quitó la vida a los trece años por el bullying que le hacían en el colegio. —¡Lo siento, Flor! No quería ser imprudente. —No te preocupes, sé que ahora nunca volverá a sufrir, dejando eso de lado, te daré un consejo. Los chicos y chicas de la oficina no son amigos, lo aprendí por las malas, no les cuentes nada de tu vida privada, eres muy tímida e inocente. —Gracias por decirme, no lo haré. Nos traen la comida y huele muy bien. —Bueno, solo nos queda 45 minutos, y debemos volver, así que démonos prisa, Daelia. Con ella me siento tranquila, creo que esté es el comienzo de una buena amistad.
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