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1626 Words
Capítulo 2. Señorita mi hija fue hace unas horas para realizarse una inseminación. El doctor piensa que las mujeres cada vez están más locas, sobre todo porque está mujer en especial era la hija de uno de los CEO más corruptos en la ciudad, ella quería embarazarse del único heredero de la familia más importante y poderosa del país, la familia Monteverde. La difunta esposa de Oliver Monteverde le había suplicado a su esposo en su lecho de muerte para él que aceptará congelar sus espermas hacía tres años, los mismos espermas que en este momento serían utilizados clandestinamente para ser inseminados en esa ocasión… Cuando el doctor revisa a Mia, observa rastros de un pequeño descenso, eso le parece perfecto, pues ella debía estar en su mejor momento. Él no observo nada anormal en la paciente, así que procedió con la consulta. Mia como siempre solo cerro los ojos y terminó por quedarse dormida, ella no había dormido bien las últimas noches en su viaje, incluso en el avión no durmió nada bien, Mia odiaba viajar en avión, ella se pone muy nerviosa cada vez que sube a uno, se la pasa rezando en silencio desde que despega el avión hasta que aterriza. Dos horas después Mia abre sus ojos, ella se dio cuenta de que se había quedado completamente dormida, observa su reloj y habían pasado dos horas desde que llegó al consultorio del médico, no comprendía porque la dejaron dormir tanto, le dio mucha vergüenza haberse quedado dormida mientras la revisaban, incluso llegó a pensar que el doctor hubiera podido hacerle cualquier cosa sino fuera por la señorita que estaba frente a ella acompañándola, Mia debía tener mucho más cuidado en el futuro, pensaba ella en ese momento. Sus piernas estaban acomodadas sobre la camilla y cubiertas por una pequeña manta de color rosa pálido, su cabeza estaba apoyada sobre la dura camilla sin ninguna almohada debajo, Mia todavía tenía puesta la bata médica, cuando intentó levantarse no pudo hacerlo, su posición no era la más cómoda, pues al haber dormido en la camilla sin una almohada ahora le costaba mucho levantar todo su cuerpo, de pronto la enfermera que estaba frente a ella notó sus movimientos y se le acercó rápidamente, -- Señorita por fin se despierta, deje que la ayude, es mejor que usted no haga ningún esfuerzo por ahora – le dice, Mia la observa y se sonroja de vergüenza, nunca se había quedado dormida en una consulta, seguro la enfermera piensa que ella es una muchacha débil, como es muy delgada y ahora que esta un poco bronceada parece aún más delgada todavía, -- ¡Estoy bien!, puedo sola, lo siento es que no dormí bien en el vuelo – se disculpa Mia, la enfermera la ayuda a levantarse igual, no puede permitir que la paciente realice ningún esfuerzo, Mia no sintió nada extraño en su cuerpo, solo el simple malestar que tiene cada vez que le realizan el mismo examen, -- ¿Todo salió bien? – le pregunta y la enfermera asiente con una sonrisa, -- Todo salió muy bien, tal y como el doctor lo esperaba. Usted debe mantener reposo el día de hoy, descansar sería lo mejor, aunque si desea puede hacer su vida de forma normal y volver solo cuando sienta algún síntoma – Mia la escucha y no le presta mucha atención, nunca sintió nada extraño luego de hacerse realizado el mismo examen, además debía averiguar como recuperar los otros exámenes que debió perder por haberse quedado dormida, -- ¿El doctor? – le pregunta Mia a la enfermera, ella observa el consultorio y no ve al médico por ninguna parte, la enfermera sonríe y le responde, -- El doctor se encuentra en cirugía en estos momentos, él está atendiendo un parto de gemelos – le informa y Mia sonríe como boba al oír que el doctor está trayendo gemelos al mundo, como le gustaría ser ella quien tenga a esos bebés, -- Gracias por todo, debo seguir con mis consultas – se disculpa Mia y sale del consultorio, ella camina hasta la recepción, debía averiguar que pasaba cuando llegabas tarde a las demás consultas, ¿cómo iba a presentarse mañana a trabajar si todavía no se había hecho todos los exámenes médicos?, su jefe era muy cuidadoso con sus empleados, todos sus clientes eran personas super VIP, nunca permitiría que Mia incumpla con sus reglas de salubridad. Mia sale del área de ginecología y llega hasta la recepción de la clínica, una mujer de mediana edad se encontraba ahí, -- Buenos días, señora mi nombre es Mia Mandriotti, tengo varias citas para hoy, pero estaba tan cansada que me quede dormida en el consultorio ginecológico, ¡lo lamento! – se disculpa Mia, la mujer que estaba detrás del mostrador la mira compasiva, ella observa que el nombre de la muchacha había pasado hacía mucho, sabía bien que venía por los exámenes empresariales y quiso ayudarla, sabe muy bien que muchos han perdido el trabajo debido a esos exámenes, -- ¿Me dice que ya pasó con el ginecólogo? – le pregunta la mujer, y Mia asiente, -- Perfecto, no se preocupe, haré que la vuelvan a llamar para los siguientes exámenes, la mayoría son de rutina así que tome asiento y esperé por favor – Mia se acomoda en la sala de espera y ruega porque la mujer pueda ayudarla rápido, sabe lo mucho que cuesta conseguir una cita y lo mucho que tardan en atender a los que están fuera de cita. Media hora más tarde Mia fue llamada para realizar sus siguientes consultas, ella pasó rápidamente por cada médico de turno, gracias a la mujer de la recepción todos la atendieron muy rápido, antes de lo que se imaginó Mia estaba afuera de la clínica. En otro lado de la ciudad El empresario más corrupto de la ciudad Ernesto Dexter recibe la llamada de su esposa, la señora Alicia no podía abrir la puerta de la habitación de su hija. Mariella había vuelto de la clínica hacía media hora y se había encerrado en su habitación, se supone que ella debió haber ido a la clínica para realizarse una inseminación artificial del heredero de la familia más importante del país. La familia Dexter pertenecía a una familia de clase alta en otro país, lamentablemente los malos manejos del señor Ernesto y su adicción a las drogas llevaron a su familia a tener problemas financieros, su empresa se vio obligada a poner en venta sus acciones en la bolsa y una vez que nadie las quiso adquirir estás desaparecieron dejándolo en la total banca rota, cuando los acreedores comenzaron a llegar, Ernesto no tuvo más remedio que entregar todo lo que tenía si no quería terminar preso, luego de liquidar todas sus deudas, incluidas las del mal vivir, él logró salir de su país junto con su esposa Alicia y su hija Mariella de 25 años, una mujer ociosa y acostumbrada a gastar el dinero de su familia, al llegar a este país, en la ciudad con el dinero que le quedaba se asoció con lo peor de está, acostumbrado a las malas jugadas y con un poco de suerte volvió a surgir en la sociedad, -- ¿Qué pasa mujer, a esta hora no deberían estar en la clínica? – le pregunta Ernesto, quien ideo un plan tan macabro que ni él mismo se podía creer que le haya salido todo a la perfección, -- ¡No!, Mariella fue sola a la clínica, ella ya volvió, pero se ha encerrado en su habitación, su puerta está con llave y no tengo como abrirla – le dice su esposa, Mariella se enteró del plan de su padre y estuvo de acuerdo con él, aunque ella se consideraba demasiado bella para malograr su cuerpo con un embarazo no deseado, no le importaba porque sabía que conseguiría mucho dinero al conseguir casarse con la familia Monteverde, ella incluso había planeado abortar al bebé luego de algunos meses de matrimonio, ese detalle no lo conocía su padre y mucho menos su madre. -- Déjala tranquila mujer, si ella fue a la clínica quiere decir que el procedimiento se realizó con éxito. Si no llama al doctor y compruébalo por ti misma – le dice su esposo antes de cortar, él estaba ocupado con otro tema, ahora estaba metido en un lio y debía cortar la llamada, Alicia buscó entre sus cosas el número de teléfono del ginecólogo que estaba en complicidad con ellos, ella debía asegurarse de que el procedimiento se realizó con éxito. La señora Alicia llamo a la clínica y fue la enfermera quien respondió la llamada, --¿Buenos días el consultorio del doctor Freud? – pregunta la madre de Mariella, -- Así es, responde la enfermera de turno. El doctor Freud se encuentra en una cirugía – le informa la enfermera, ya que Alicia llamo al directo del doctor, -- Señorita mi hija fue hace unas horas para realizarse una inseminación, quiero saber si todo salió bien – pregunta Alicia, la enfermera estuvo atendiendo a Mia desde que ingresó y la acompaño mientras ella se quedó dormida, así que podía declarar que todo salió muy bien, -- Por supuesto señora, el procedimiento de su hija se realizó conforme – le informó, y ambas cortaron la llamada luego de eso, Alicia estaba mucho más tranquila luego de oír a la enfermera confirmar el procedimiento, ella le ordenó al servicio que preparen una comida nutritiva para su hija y esperó a que Mariella se digne en abrir la puerta de su habitación. Ahora solo debían esperar que la inseminación sea todo un éxito y que su hija este embarazada del gran Oliver Monteverde.
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