Solo se mía

Capitulo 2. Conociendo al jefe.

Capítulo 2.

Conociendo al jefe.

Pov: Daniel.

Al despertar, noto que ya no está. ¿Por qué se fue? ¿Acaso no la pasamos bien anoche? ¿Qué hice para que se fuera sin despedirse? Escucho a mi investigador llamarme mientras yo me levanto abriendo la puerta.

—Señor, la hemos encontrado, es una joven recién graduada de la universidad, experta en diseño, solo tiene a su padre porque su madre los abandonó cuando ella era solo una niña, no tiene pareja, le teme a las relaciones dijo su amiga Estela, a quien tuve que pagarle para sacarle la información, vive en un departamento en el centro que se lo obsequió su padre y visita la casa paterna los fines de semana. Ahora anda de viaje en busca de una nueva oportunidad de empleo; aunque tiene la empresa de su padre, quiere abrirse camino por sí sola. Es lo que tenemos, señor, ¿necesita algo más?

—No —le digo con decepción de que se haya ido.

—Señor, los inversionistas están intrigados por saber, ¿A quién llevará a la cena de apertura?

—Quería llevarla a ella; ahora deberé llevar a Isabel como todos los años. —Le digo buscando mi ropa para ir a la ducha.

—Entiendo, señor, solo le aconsejo que debe formalizar una relación pronto; las personas empiezan a difamar su sexualidad y eso no le conviene. Si elige llevar a Isabel, deberá presentarla como su novia para conseguir más votos en el evento.

—Entiendo, envíele la invitación.

Pov Sofía.

Despierto con una gran confusión en mi mente, los recuerdos de anoche son nublados, aunque no puedo borrar sus caricias de mi piel, abro los ojos y lo veo dormido sobre la cama, de inmediato me levanto con cuidado tomando mi ropa y mis cosas vistiéndome a toda prisa y salgo del lugar sin perder tiempo, tomo un taxi que me lleva de vuelta a casa, la mejor noche de mi vida sin duda, pero no lo conozco y no sé qué piensa de mí, la mayor aventura de mi vida me causa vergüenza, me entregué a un hombre que a penas conozco, no sé si sea casado o tenga alguna relación y no estaré para averiguarlo, ame la magnífica noche que pasamos, pero no me quedaría para qué me rechacé, no le daré la oportunidad de que me rechacé.

*

HAN pasado semanas desde la noche en que le entregué mi virginidad a un hombre que no conozco y el cual no amo y eso hace que me sienta mal de alguna forma por la falta que he cometido; me dejé llevar por los tragos y sus caricias que son tan irresistibles. Hoy por la mañana muy temprano me dirijo a la oficina de mi padre, Alonso, quien quiere verme con urgencia. Llegó al edificio para encontrarme con un joven, quien me acompaña dejándome en la puerta de la oficina de mi padre. Tocó la puerta y mi padre me recibe con gran alegría, ya que no vivimos juntos desde que me compró el departamento; vernos no ha sido tan constante y lo extraño muchísimo.

—Querida Sofí… —Toma asiento, hija, tengo maravillosas noticias para ti. —Te he conseguido un contrato con un amigo mío por 6 meses en su empresa, para colaborar en un plan para una campaña publicitaria de promoción para su empresa —me dice muy emocionado.

—Gracias, papá, esta es la oportunidad que yo estaba esperando. ¿Dónde queda la empresa de tu amigo?

—Su empresa se encuentra aquí en Nueva York, pero tú deberás irte un tiempo a Miami, donde se llevará a cabo todo sobre la campaña, y debes irte esta misma tarde. Aquí te entrego tu pasaje; allá te recibirán para ayudarte a instalarte en tu hotel.

—Gracias, papá; será mejor que me vaya para acomodar todas mis cosas y salir cuanto antes.

—Sofía, espera, hija, quería comentar que él es un joven que ha pasado por mucho, se ha esforzado por derrocar a su competencia; su enemigo ha sido difícil. Trata de ayudarlo lo más que puedas; él me ayudó cuando más lo necesitaba y ahora le debo mucho.

—Entiendo, padre, haré lo mejor que puedo. Te amo, nos veremos en 6 meses. —Lo abrazo con fuerza y salgo de la empresa subiendo al coche que me lleva a casa.

Ya en casa recogí lo más esencial: vestidos y más. Salgo tomando un taxi que me lleva directo al aeropuerto, donde cruzo todas las medidas de seguridad. Ya en el avión, noto que mi asiento es de primera clase. Tomo asiento mientras despegamos; el viaje es tranquilo y relajante. Llegamos y noto a un joven con un cartel con mi nombre. Me acerco mientras toma mis maletas, me dirige al coche y, mientras de camino, me entrega los pases a mi hotel y la oficina y yo los guardo observando el camino.

— Señorita Flore, mi nombre es Luis y seré su chófer durante su estadía en nuestra empresa; estoy a su disposición cuando me necesite.

—Gracias, Luis, para mí es todo un placer conocerte.

Observó por la ventana el paisaje del mar; media hora después estamos en un hotel muy lujoso al que me reciben muy cordialmente. Estando en mi habitación, me pongo cómoda. Luis, el chófer, pasará por mí temprano para llevarme a la oficina donde será la junta para empezar con el trabajo. Después de la cena, organizo todo lo que necesito mientras apunto ideas para la campaña con los detalles que Luis me entregó de camino al hotel. Dejo todo listo mientras voy quedando dormida y, como todas las noches desde que hice el amor con Daniel, no dejo de soñar con verlo de nuevo. La sensación de sus caricias me sumerge en un deseo incontrolable.

*

Al día siguiente.

Despierto temprano; ya estoy lista, llevo un vestido rojo con unos tacones y accesorios que hacen juego mientras cepillo mi cabello con un moño alto, dejando caer mi largo cabello en mi cintura. Salgo del hotel y Luis ya me estaba esperando; me abre la puerta y me lleva directo a la oficina de reuniones, donde al entrar puedo observar a un joven moreno que me mira detenidamente.

—Buenos días, Sofía, para mí es un placer conocerte. Tu padre me ha hablado mucho de ti; espero que tu llegada allá haya sido de tu agrado y sin ningún percance.

—Usted debe de ser el amigo de mi padre. No se preocupe, mi llegada fue excelente; aún no sé su nombre —le digo adentrándome a la oficina.

—Mi nombre es Rodolfo Gómez.

—Es un placer conocerlo, señor Rodolfo. —Le digo, extendiendo mi mano en formalidad; él la toma de igual forma.

—OH, por favor, solo dime Rodolfo; lo de "señor" me hace parecer viejo y solo tengo 28 años.

—Ok, Rodolfo, ¿cuál sería el motivo de mi presencia? ¿Dónde empezamos?

—Así me gusta que las personas tengan entusiasmo por el trabajo; sé que nos llevaremos muy bien trabajando juntos. Toma asiento, ya casi va a empezar la junta. Quise llegar antes para poder conocerte.

Pasa un rato y Rodolfo da comienzo a la junta estableciendo todos los parámetros de lo que quiere que sea esta propaganda publicitaria para la empresa, ya que en 2 meses abra una fiesta de celebración de las grandes empresas, dónde se lleva a cabo la presentación de los nuevos proyectos y expansión de los mismos, un evento tan importante que los empresarios tienen que poner todo su empeñó en que sus empresas se han escuchadas, vistas y promocionadas en distintas partes del país y fuera de él, eso ayuda a qué las empresas encuentren más contratos de expansión y asociaciones a nivel mundial, todo esto se lleva a cabo en 4 secciones dónde abran reuniones con otras empresas, fiestas de presentaciones y eventos para conocer a los grandes empresarios de la industria, eventos memorables para el país y las grandes empresas. Después de la reunión, Rodolfo me invita a almorzar con él a un restaurante cerca de la oficina. Al almorzar, salimos del lugar donde él me lleva a recorrer la ciudad mientras platicamos.

—¿Cuéntame, Sofía, sobre ti? —me dice mirándome intrigado.

— Bueno, estoy recién graduada de la universidad en publicidad, tengo 23 años, estoy soltera y tengo muchas ganas de trabajar hasta que pueda tomar el lugar de mi padre en su empresa. Eso es lo más esencial que puedo decirte. —¿Cuéntame de ti? —le digo, observándolo.

— Bueno, como ya sabes, tengo 28 años, soy dueño de varias sucursales de empresas de exportación e importación y también poseo un gran negocio en la industria de las sucursales. Me gusta expandir mi negocio, estoy soltero debido a un mal desamor y deseo muy pronto formar una familia con la mujer indicada.

—Increíble, bueno, ya que poco a poco nos vamos conociendo, sé que llegaremos a ser muy buenos amigos —le digo mientras él me mira y sonríe pícaro.

*****

Rodolfo y yo hemos trabajado mucho juntos estos días; han sido increíbles. He conocido lugares y he visto cómo Rodolfo se esfuerza por cubrir todo el estándar de su empresa. En una salida, Rodolfo me cuenta sobre su peor enemigo, uno de los hombres que le ha ganado en los últimos eventos, quedándose con más contratos y expansión que su empresa, quitándole de las manos casi un contrato hecho. Me siento mal cuando noto que eso lo enfurece tanto que de un golpe hace estallar la mesa; puedo ver en sus ojos el odio que siente por ese hombre. Yo me sobresalto y él nota mi reacción y me toma de la mano para luego tocar mis mejillas y disculparse.

Estamos a solo dos días del primer evento, la cena de presentación de los empresarios; todos estamos trabajando sin parar, ya que se presentará la publicidad de la empresa frente a miles de reporteros y empresarios de alto nivel. El gran día llegó y me siento nerviosa porque Rodolfo me ha pedido que sea su acompañante en la cena esta noche y no siento que sea lo correcto. ¿Si lo arruino? “Dios, qué nervios”. Estoy de camino al centro comercial para comprar un vestido que deslumbre esta noche; Rodolfo quiere que destaque entre todos los presentes.

Ya de compras elijo un vestido n***o largo con escote entre los muslos de mi pierna derecha y la espalda hasta mis caderas, en el pecho un corte que cubre mis pechos haciendo que se vean más grandes, mientras que el vestido realza mi figura dando a mis grandes glúteos un gran resalté. Luis me mira para quedar frío sin una sola palabra mientras me hace un gesto con el pulgar para que sepa que es perfecto. Salimos del centro comercial donde me lleva directo al hotel para prepararme. Corro a la ducha donde me ducho lo más rápido que puedo y me arreglo rizando mi cabello y maquillándome con un tono suave. Ya lista, me miró al espejo donde quedó despampanante, bajo, entrando a una limusina donde Rodolfo espera con sus ojos verdes puestos en mí. Se acerca para tomar mi mano y besarla mientras admira mi belleza.

—Realmente te ves hermosa esta noche; la luz de la luna brillando sobre ti deja un brillo que impacta al mirarte.

—Gracias —le digo sonrojada.

Llegamos al lugar, es hermoso, un gran campus con un gran salón donde las personas se van reuniendo para saludar. Mientras entramos, somos cubiertos por los camarógrafos que se acercan para fotografiarnos. Rodolfo cubre mis caderas con sus manos mientras se junta contra mí para que nos tomen las fotos. Entramos al gran salón donde llamamos la atención de todos los presentes que nos miran con gran admiración. Rodolfo saluda a algunos presentes mientras yo lo sigo, aún sosteniendo mis caderas. De repente, se escucha una conmoción en la entrada del salón y, sin ningún movimiento, observé perpleja a Daniel entrar con una rubia hermosa, quien parece una modelo. Rodolfo se voltea para mirarme mientras yo no puedo quitar mi mirada de Daniel; los recuerdos de esa noche se hacen presentes en mí, llevándome a perder los sentidos.

—Sofía, ¿lo conoces? —dice Rodolfo, llamando mi atención.

—No —le digo con mi corazón acelerado.

—Él es mi peor enemigo del cual te hablé y no descansaré hasta ganarle esta batalla. —Yo volteo para mirarlo nerviosa, tomo de la mano en forma de apoyo y me mira recibiéndome con una gran sonrisa.

Sin imaginarlo, Daniel está saludando a algunos presentes. Mientras se acerca, nota mi presencia; yo de inmediato intento ocultarme detrás de Rodolfo, pero él se queda admirándome, sorprendido de verme en este lugar y de la mano de Rodolfo. Noto cómo la vena de su frente se va haciendo presente; se acerca a nosotros con pasos arrogantes.

— Buenas noches, Rodolfo —dice fijando una mira en mí, con sus ojos que se oscurecen. Sus ojos se oscurecen tanto que me produce un miedo en mi interior de solo verlo.

—Buenas noches, Daniel —le dice Rodolfo, tomando mi mano para sacarme de la escena.

—¿Tienes prisa? ¿O es que me tienes miedo?