—No. Esta no. —Era una de las palabras que Chiara no dejaba de repetir, una y otra vez—. No, no me gusta, es pequeña. —Señora Moretti… —Solo dígame Chiara, por favor. —Chiara, ¿qué buscamos? —Yo…—No deseaba encontrar una casa, no quería encontrar una casa, porque eso significaba que se iría de casa de Daniele, su ya no esposo. Pero si llegaba allí sin una casa, él lo sabría, sabría que ella rechazó todas para quedarse. Comenzó a dar vueltas, las palabras de Daniele resonando en su cabeza, donde él explicaba muy bien las razones por las que quería su espacio, por la que necesitaba quedarse solo, visualizar quien era y cómo quería serlo. No deseaba importunarlo, pero su deseo de quedarse a su lado ya se estaba siendo egoísta, mezquino. No quería que forzarlo a que ella se quedara

