KEJONI SIGUE A JACK

2091 Words
Tokyo Japón Hemos llegado a Tokyo la ajetreada capital de Japón, mezcla lo ultramoderno y lo tradicional, desde los rascacielos iluminados hasta los templos históricos. El opulento santuario “Shinto Meiji” es conocido por su puerta altísima y los bosques circundantes. El Palacio Imperial se ubica en medio de grandes jardines públicos. Al arribar a suelo japonés, somos recibidos en el aeropuerto por el personal enviado de Miroku, particularmente él no puede venir a recibirnos porque está en una alta reunión de negocios con otros prestigiosos banqueros de China y E.E.U.U. El “Aeropuerto Internacional de Haneda” es muy congestionado por la cantidad de pasajeros de distintas partes del Asia y el mundo entero. Esto es debido a las resientes olimpiadas de Tokio en el año 2.020 donde se multiplicó el turismo considerablemente en esta gran metrópolis. Este dato me lo comenta uno de nuestros acompañantes. Mi madre toma varias fotos, es uno de sus hobbies favoritos junto con la pesca e ir al campo los fines de semana. —Jack al fin llegamos, hace tanto tiempo que no he venido al Japón, me sorprende el ver los cambios radicales en esta metrópoli. —Mi madre se asombra al ver el cambio de cultura y tecnología del país. —El día de hoy Japón es una de las naciones más prósperas y prometedoras del mundo. Después de la segunda guerra mundial todo ha sido distinto aquí. —Le contesto a mi madre mientras observo los inmensos e imponentes edificios. El personal encargado de nuestra estadía nos dirige a un hotel cinco estrellas ubicado a 20 minutos del “Standard Chartered Bank”. El famoso y antiguo hotel “Gran Tokyo Lee”, me gusta la fachada de este lugar, tiene retoques clásicos de la cultura japonesa combinado con un estilo ultra-moderno. Es una gran edificación de 70 pisos de alto, varios deportistas olímpicos pasaron sus días en este hotel. En las paredes del corredor principal hay fotos de legendarios personajes del Japón, me doy cuenta que los botones inclinan la cabeza en señal de reverencia cada vez que pasan cerca de aquellos cuadros. El gerente general del hotel viene directamente a atendernos junto con uno de los botones y la recepcionista principal. Nos dan la bienvenida al parecer Miroku le hizo saber de nuestra llegada a la ciudad. Nos llevan al pent-house principal del hotel donde se han hospedado gente famosa de la farándula internacional, artistas de renombre y el deportista alemán ganador de la medalla olímpica en el tenis, Alexander Zverev. El pen-house posee espacios elegantes, una chimenea, ventanas de piso a techo que son como de 12 a 13 pies, dos baños con duchas de spa de gran tamaño y una cocina actualizada con electrodomésticos adicionales. En el exterior tiene una amplia terraza al aire libre y una pequeña piscina. Me gusta el lugar, me siento cómodo y la atención en el hotel es de primera categoría. Mamá se cambia de ropa para dirigirse a la piscina, yo en cambio estoy cansado del viaje, voy a dormir toda la tarde. Mi madre después de ir a la piscina me comenta que se va de compras acompañada de la traductora. Rin, rin, rin. Rin, rin, rin. Rin, rin, rin. Es mi padre voy a contestar. —Jack ¿llegaron bien? ¿Alguna novedad? ¿Si fue personal de Miroku a recogerlos en el aeropuerto? —Él me pregunta. —Llegamos bien papá, mamá está de compras yo estoy descansando en el hotel, todo sin novedades y el personal de tu amigo nos ha tratado con excelencia. —Le contesto a mi padre, estoy bostezando. —Jack descansa este día, mañana Miroku te espera a primera hora en el banco, está ansioso de empezar con las negociaciones. —El tono de su voz va a gran velocidad por lo entusiasmado que se encuentra. —Ok papá, mañana hablamos. —Le contesto luego cuelgo el teléfono. Estoy que me muero del sueño, ¡por fin a dormir! Al día siguiente me levanto a las 7 de la mañana, me voy a bañar luego a vestirme, al ver los ternos decido ponerme el color gris claro, combinado con camisa blanca, corbata negra y zapatos del mismo color. Al mirar al espejo para arreglarme y ponerme perfume recuerdo a mi hermano John, somos tan iguales que muchas amistades a veces me confunden con él. Al ir a la habitación de mi madre siempre luce elegante, se pone un vestido largo color n***o, tacos altos y su cabello recogido, lleva una cartera color dorado. Un carro Mercedes Benz nos pasa recogiendo en las afueras del hotel, el chofer es muy atento nos abre la puerta para hacernos sentar en la parte trasera. En cuestión de 15 minutos llegamos al banco. Standard Chartered Bank Al entrar al banco por la puerta principal los ejecutivos de “Stand Chartered Bank” nos dirigen al último piso donde está Miroku esperando por nosotros, al llegar todo nos saludan amablemente inclinando con reverencia los rostros, nosotros hacemos lo mismo. Al dirigirnos a la sala de reuniones veo por el pasadizo una cara que se me hace conocida, ¡Oh! Es Kejoni la niña bonita que nos conocimos en el banco de papá y nos volvimos a encontrar en la playa… —Jack ¿Te gusta esa chica? —Me pregunta mi madre dándose cuenta. —No mamá, es la hija de Miroku con ella nos conocimos en el banco y luego por coincidencias de la vida nos volvimos a encontrarnos en la playa. —Le contesto a mi madre francamente. —Hijo conozco esa mirada de interés por una persona, tengo la intuición que ella te agrada o ¿me equivoco? —Me dice con el tono de voz baja y luego me sonríe. —La verdad es muy bonita, sé que nos es inglesa o americana pero es atractiva. —Le contesto a mi madre también en voz baja. Narración de Kejoni ¡Dios mío! No lo puedo creer es Jack Pattinson, ¿Qué hace aquí? ¿Cuál es la razón de su venida a Tokyo? ¿Es la señal que he estado esperando últimamente? Aquella elegante y hermosa mujer ¿Será su novia? Mi corazón se acelera a mil por hora, no puedo entender la sensación que siento nuevamente en el dedo menique de la mano derecha. ¡Estoy nerviosa! quiero averiguar todo sobre Jack, desde ahora me voy a convertir en Kejoni, “la detective”, jiji, jiji, jiji. Durante varias horas Jack no sale de la oficina de mi papá, seguramente deben estar hablando de negocios, para mi buena suerte esta semana voy a pasar haciendo mis prácticas estudiantiles en el último piso cerca de la oficina de papá. Los directivos del banco están saliendo de la reunión, se los ve felices al parecer concretaron sus negocios. Ahí sale Jack junto con mi padre y aquella hermosa mujer, nuevamente los nervios dominan todo mi cuerpo. Es tan lindo que al mirarlo me siento en las nubes. —Kejoni, Jack el hijo de mi amigo Thomas va a trabajar con nosotros durante seis meses, espero te portes muy bien con él. —Es papá que me aconseja sobre la manera de tratar a Jack. —Si papá haré lo que tú digas. —Le digo mientras clavo fijamente la mirada en Jack. — ¡Kejoni es la tercera vez que nos volvemos a ver!, al parecer el destino nos vuelve a unir. —Jack sonríe al bromear sobre nuestro reencuentro. —Mi estimado Jack, mi hija está realizando prácticas estudiantiles como requisito para su graduación del colegio. —Le dice mi padre con orgullo. —Me parece excelente tener a Kejoni trabajando con nosotros Miroku, seguramente la hemos de pasar muy bien. —Jack le contesta a mi padre mientras me mira con risueña sonrisa. Jack se dirige a aquella mujer y le dice mamá… ¡Me quedo asombrada al no poder creer que es su madre! Se conserva muy bien y es linda. Pero por otro lado me siento aliviada que no sea su novia, ojalá Jack no tenga enamorada no quiero quedar rota el corazón. Luego de conversar por varios minutos con papá, la gerente de Recursos Humanos lleva a Jack y a su madre a la nueva oficina, está a 20 metros de la sala de reuniones. Apenas llegue a casa voy a hablar con mi abuelita acerca de Jack, es la tercera vez que nos encontramos de nuevo, no cabe duda que él es mi alma gemela y que “el lazo rojo del destino” nos ha vuelto a unir. Primeramente nos conocimos cuando viajé junto con mi padre y abuelita desde Tokyo a Londres por vacaciones, ahora él viene de Londres a Tokyo por asunto de negocios. Desde el día de mañana voy a seguirle todos los pasos, donde se hospeda, con quien sale, donde almuerza, ¿está solo? ¿Tiene novia? En fin ese chico me tiene intrigada. Jack es mi primera ilusión y primer amor, como quisiera tener viva a mi madre Akira para contarle a cerca de este profundo sentimiento que tengo en el corazón. Son las 5 de la tarde es hora de salir a casa, tengo algunos papeles y carpetas pendientes por revisar. Si me quedo ahora voy a tardar aproximadamente dos horas, mejor lo dejo para mañana y problema resuelto. Mientras me dirijo a casa me chupo un delicioso helado de vainilla con avellana, galleta de chocolate y chispitas de varios colores. Si sigo comiendo todas las tardes golosinas voy a engordar. Desde la próxima semana voy a ir al gimnasio para mantener mi figura, quiero verme bonita para Jack. Residencia “Tanaka” — ¡Abuelita! ¡Abuelita! Te tengo una buena noticia. —Le grito entusiasmada y agitada al ir a corriendo a la biblioteca. —Kejoni baja la voz que estoy leyendo una historia. —Me dice mi abuelita con cierta molestia. —Perdón abuelita pero no puedo evitar la emoción que siento. —Le contesto con insistencia. —A ver mi nieta querida, ¿a qué se debe tanto alboroto de tu parte? —Me pregunta mi abuelita mientras se saca los lentes de lectura. —Es Jack el joven inglés que conocí en Londres, sorprendentemente desde hoy está trabajando en el banco de papá. ¿No es emocionante abuelita? —Mi cara es alegre y abierta sugiriendo una vida de felicidad. —No cabe duda alguna Kejoni que aquel muchacho es tu destino, son tres veces que se encuentran en menos de 1 mes. —Me dice mi abuelita sonriéndome con dulzura. —Abuelita tú me dijiste el otro día que para estar los dos juntos debemos pasar por muchas dificultades, rivales y oposición, ¿Qué tan cierto es? —Le pregunto intrigada y poniendo la mirada pensativa. —Cuando dos almas se reconocen con la vista están destinadas a unirse para toda la eternidad, pero sus vidas se tornan llena de conflictos, desamores y mucho sufrimiento. —Mi abuelita me dice estas verdades mientras se queda pensando por un momento. Al acabar de conversar con mi abuelita me dirijo a la sala de juegos a jugar billar, este es uno de mis hobbies favoritos, para mi mala suerte mi tío Kimura viene a saludar. —Kejoni hasta el día de hoy no te he visto puesta el kimono que te obsequié el otro día cuando festejamos en la sala de eventos el regreso de Miroku de Londres. —Me dice mi tío tras mirar mis piernas con lascivia. —Tío Kimura yo no te he pedido que me regales nada, así que no tengo porqué ponerme sus obsequios. —Le expreso el rostro con enfado. —Kejoni te ves más hermosa cuando te enfadas, tus mejillas se ponen rojas eso me encanta. —Mi tío no deja de mirarme con malas intenciones. Para evitar seguir discutiendo, dejo el taco de billar en la mesa y me encierro en mi habitación esperando que llegue papá. ¡No lo soporto!, a veces me da miedo que intente sobrepasarse conmigo. Todos los días pido a Dios que me proteja de las maquinaciones de mi tío. Hay algo en mi interior que me indica que no confíe en él; presiento maldad, envidia e ira. Sospecho que mi tío estuvo alguna vez enamorado de mi madre Akira, siempre que sube por los escalones de la mansión observa con devoción el cuadro colgado en el centro de la pared.
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