Capítulo 1

932 Words
                                                                                          Capítulo 1 Sora terminaba de guardar sus cosas en su bolso, la noche había caído, su padre se encontraba descansando y ella moría por dormir un poco, con los estudios y el trabajo era lo que menos hacía. Unos suaves golpes a su puerta le hicieron voltear a ver. — Papá, creí que estabas durmiendo. — Quería hablar contigo antes de irme a la cama—avanzó tomando asiento en la cama de ella— ¿Cómo te sientes? — Cansada y un poco estresada, en la universidad me dijeron que mi vuelo sale mañana por la tarde... — Creí que te irías en tren. — Iba a hacerlo, pero ellos habían pagado por todo el traslado, así que...—se encogió de hombros. Se acomodó a su lado sonriendo un poco—YoonGi estará contigo para cualquier cosa. — ¿Irás a verlo? — ¿A quién? — Park Jimin. — Papá. — Tu madre tenía razón, volverías tarde o temprano... — Mamá quería verme casada y con hijos. — Pero también quería verte feliz—recalcó—Y lo sabes, ella te lo dijo. Y lo hizo, la señora Min había fallecido hace un año en medio de la operación de su corazón, no lo soportó y dejó un vacío en esa familia, Sora había sido testigo de lo mucho que la mujer le decía que sólo fuera feliz, lo demás no importaba. Los planes de casarse y tener hijos habían pasado a segundo plano, seguían allí pero no tan remitentes como antes. — Todavía no asimilo que ya no está—susurró. El hombre tomó su mano asintiendo con una débil y tristona sonrisa. — Yo tampoco. — ¿Te sientes bien? — Sobreviviré, ahora que me han jubilado del trabajo me enfocaré en hacer algo de ejercicio, me dedicaré tiempo—dio un suave apretón a su mano—Ten cuidado en Seúl, ¿Sí? — Tendré cuidado. — ¿Irás a verlo cuando llegues? — Papá—rodeó los ojos.     — No haré eso—insistió. — Sabes que puedo hacerlo, no seas terco, ellos lo hicieron, ¿Por qué nosotros no? — Porque haré las cosas como se debe, mamá—Jimin servía los platos sobre la mesa. Terminaba de servir la cena. — Han pasado dos años, Jimin, ¿Qué sigues esperando? — Conseguiré un buen abogado, haré una contrademanda y... — Has rechazado todos los abogados que te he enviado—la señora Park le miraba entrecerrando sus ojos—No puedes desconfiar de todos. — No me inspiran confianza, es todo. — Te daré un plazo—ante aquello, Jimin se detuvo mirándole. El chico de labios carnosos tenía su cabello de un castaño claro—Si en un mes no te decides por un abogado entonces me haré cargo de esto. — Mamá. — Llevas un año sin ver a JiYeon—recalcó—El cumpleaños de JeongMin se acerca, ¿Harás como si nada pasó? — ¡JeongMin, hora de comer! —llamó. Unas pequeñas pisadas se escucharon, la pequeña de casi dos años venía corriendo, era adorable verla, JeongMin seguía siendo pequeña pero más curiosa que antes, con la ayuda de su abuela logró sentarse en la silla. Aquella niña tenía su cabello oscuro cayendo por sus hombros, un flequillo cubría su frente, sus ojos eran similares a los de Jimin, siempre se mantenían bien abiertos mirando su alrededor. — ¿Ya sabes lo que quieres de regalo para tu cumpleaños, princesa? —la señora Park acarició su cabello. — Sí—sonrió mostrando unos adorables hoyuelos en sus mejillas. — Ya le dije que debía ser una buena niña para tener regalos—tomó asiento al servirle a su madre comenzando a comer. — Ella es una buena niña, ¿Qué dices? —la mujer pellizcó su mejilla haciéndole reír. Jimin vio como JeongMin llenaba sus mejillas de comida, era increíble cómo esa niña seguía creciendo. Y JiYeon también estaba creciendo, mientras JeongMin cumpliría los dos años, JiYeon tenía ocho años.     Taemin y JeongYeon se encontraban en la mesa sentados con JiYeon, la niña de ocho años veía su plato con algo de aburrimiento, su madre cocinaba pésimo y Taemin cocinaba lo básico, a veces ninguno de los dos estaba en casa por lo cual, JiYeon debía arreglárselas para comer. Pero si algo no dejó de hacer fue eso, comer. Recordaba a Sora decirle que a su edad necesitaba tener fuerzas. — No has tocado tu cena, cielo. — No tengo hambre—alejó el plato. — ¿Todo bien en la escuela? —Taemin le colocó el plato al frente nuevamente, pero ella lo rechazó. — No, odio mi escuela, odio mis profesores, quiero mi vieja escuela. — JiYeon, ya te he dicho que...—JeongYeon iba a comenzar con su discurso. — Quiero ver a appa, quiero ver a mi hermana. — Come—Taemin insistió. — ¡No! —empujó el plato y al hacerlo derramó el vaso del chico en su pantalón. — ¡JiYeon! —reprochó su madre. — Tranquila, no pasa nada—Taemin forzó una sonrisa. JeongYeon se levantó dirigiéndose a la cocina para buscar algo con que limpiar el desastre, en ese momento la cosa se puso...tensa. — Recoge eso, JiYeon. — No. — Recoge el vaso y el plato. — No—y JiYeon dejó caer la comida al suelo. Taemin rodeó la mesa con calma hasta llegar a su lado, tomó su brazo sacándola de la silla. — Escucha, he soportado dos jodidos años de tus actitudes tan malcriadas—se colocó a su altura—He sido lo suficientemente bueno contigo, si no quieres terminar en un maldito internado lejos de aquí, obedece. Aquella actitud le desconcertó, Taemin siempre había sido buena con ella, al menos lo fingía, JiYeon con ojos bien abiertos no hizo nada, quedó estática, Tae la jaló del brazo obligándola a arrodillarse. La pobre niña se quejó tocando su brazo. Cuando iba a gritarle a JeongYeon sobre lo que pasaba, Tae le indicó que se callara o sería peor para ella.
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