Capítulo 1: Inicio

2093 Words
Presente. Cemil -¡ya no más Li!- levanto mi mano para que pare de una vez. ¡como me frustra!, por una vez en su vida puede hacerme caso. -¡ya no más, qué!, no puedo creer que me ocultaras esa verdad- tira todo lo que hay en la mesa. -las cosas están mejor como están, tu y yo contra el mundo- trato de acercarme a él, pero se aleja. Es la primera vez que hace eso. -por qué, él, de todas las personas tiene que ser él- pega un grito. -es algo que no se puede cambiar- trato de calmarlo. -me odia, hice muchas cosas para molestarlo, me odia- se sienta en el mueble y cubre su rostro. -no fue tu culpa- me acerco a él y lo abrazo- no quiero que sufras- -por mi culpa está en el hospital, la broma llegó lejos- una lagrima rueda por su mejilla. -todo va a estar bien- necesito que no se sienta culpable, aunque el hombre que está en el hospital se debate entre la vida y la muerte. -si se muere voy a ir a la cárcel- me burlo. -claro que no, es imposible- -todo lo que pude ofrecerle fue mi obsequio, nada más- susurra -todo va a estar bien- se lo digo a él y me lo repito a mi misma. No puedo dejar que mi hombre sufra. 6 AÑOS ATRÁS -¿Por qué me pides que me acueste contigo?- es lo que se le pide a alguien justo el día de su cumpleaños. No sé si molestarme o sentirme alagada. -cariño por la misma razón que es tu cumpleaños, que mejor manera que celebrarlo en una habitación- me abraza, coloca las manos en mis glúteos y los masajea. Comienza a besar mi cuello. Una mano se pierde entre mis piernas. -Oliver basta, no quiero hacer esto- me lleva a la mesa y me sube en ella. -que mejor manera de celebrar tu mayoría de edad que hacerte sentir bien- me mira y besa mi frente. Quiero estar con él, pero no hoy. Dicen que eso duele ¿Cómo voy a pasar el día más feliz de mi vida en una habitación retorciéndome de dolor? Es absurdo. -no ahora Oliver- repito, no se detiene, comienza a frotar mi entrepierna con sus manos. La sensación se siente exquisita. Trato de envolverme con el placer que me ofrece, pero mi cerebro actúa rápido. -es suficiente- trato de alejarlo. Lo empujo sutilmente. -suficiente, qué, esto- succiona mi cuello con su boca, un dedo se adentra en mi interior. Me pongo rígida. Detengo su mano. -dije que suficiente- sueno seria, aunque mi voz falla en el intento. Levanta sus manos en el aire. Se da la vuelta y se sienta en uno de los muebles de su casa. Miro su pantalón, esta algo levantado y no soy tonta para no saber que es. -Cemil, por qué siempre me rechazas, es que acaso no te gusto- acomodo mi ropa y me levanto de la mesa. Me dirijo a su lado y me siento en sus piernas. -sabes que te quiero, llevamos 4 años de relación- lo conozco desde los 14 años, aunque el es mayor que yo por 2 años. -eso es lo que aun no entiendo, primero decías que no querías intimar por que eras menor de edad y lo entendí, pero hoy ya eres mayor y aun así me rechazas- coloco mi mejilla en su pecho. -quiero estar contigo, quiero que mi primera vez sea contigo, pero no hoy. Apenas hoy cumplo los 18, quiero que me entiendas- respira profundo y se cubre el rostro con los brazos. Señal de que está enojado. -entiendo que no quieres que haya penetración, lo entiendo, pero podemos llegar a intimar de otra manera- ¿no estará pensando en…?, me ruborizo solo de pensarlo, la idea de que me vea desnuda me avergüenza un poco. -pero nos hemos tocado, bueno tu a mí- escondo mi rostro en su pecho. -eso no cuenta, solo toco, pero no veo- recalca. -entonces que quieres que haga yo- que me instruya, por que respecto a sexo no se nada. Toma mi mano, besa el dorso de ella, lentamente la conduce a su entrepierna. -quiero que tú también me toques- respiro profundo, ¡vamos Cemil, no seas una mojigata! Sigo recostada en su pecho, escucho el latir de su corazón y este está muy acelerado. Mi mano toca su parta. La palpo en las manos. Creo que es grande. Coloca su mano encima de la mía, hace que la abra más. -puedes estrujarla un poco- comienzo a mover mi mano, como quien amasa un pan y creo que le gusta. Ha cerrado sus ojos y de su boca sale un ruido extraño. -vamos Cem, muévela- demanda. Sigo amajando la masa de pan. Escondo mi rostro en su cuello. Su mano toca mi barbilla, la alza y me besa. -me gusta- lame mis labios- quisiera que lo que estas tocando lo lleves a tu boca- me detengo y me levanto. -ya es suficiente, ya hice lo que me pediste. Creo que es momento de irme- tomo mi bolso. ¿Cómo pudo decirme eso?, ¿las parejas hacen eso? Me dirijo a la puerta, lista para salir. Menos mal que sus padres no están en casa. Toma mi mano y me detiene. -espera, lo siento- aclara su garganta- me dejé llevar- nos miramos frente a frete. -lo siento- no sé por qué me disculpo. -te llevaré a la discoteca con tus amigas- mira el reloj de pared- creo que si tomas el bus llegaras tarde- asiento. Toma mi mano y nos dirigimos a su auto bueno el de su padre, pero, aunque sea ya tiene licencia de conducir. Vamos en camino nadie dice nada. -no te espantes, lo de hace un momento es normal en las parejas. Lo siento por apresurarte- asiento. -perdóname tu a mí, es que yo..- toca mi pierna. -te he esperado 4 años, puedo esperar un poco más- me giña un ojo y me ruborizo. Llegamos al lugar. Creo que se equivocó de discoteca. La mía queda a unas 8 cuadras. No quiero hacerlo sentir mal. -espero te diviertas- besa mi frente. -donde vas a estar- no quiero sonar demandante o toxica. -me reuniré con unos amigos de la universidad- se sube a su auto. Me despido de él y hago como si voy a ingresar a la discoteca. Una vez lejos comienzo a caminar por las calles de esta hermosa ciudad. No tengo ganas de asistir, pero las chicas me suplicaron que vaya. Con cada paso que doy las calles están cada vez mas desoladas. Solo 5 cuadras más. Me repito. Siento pasos detrás de mí. ¿ese olor es cigarrillo? Acelero el paso. Un ruido hace que me sobresalte y haga que tire mi bolso al piso. ¡demonios! Comienzo por recogerlo. No quiero mirar hacia atrás. Una vez todo dentro acelero el paso. -oye!- comienzo a correr. No miro hacia atrás. Unas cuadras mas abajo veo a un par de personas que pasan, me apego a ellos. Mi corazón late sin parar, creo que se me va a salir del pecho. El sudor comienza a rodar por mi frente. Cuando estoy frente a la discoteca respiro profundo. -no se admiten menores de edad- el gorila me mira y me aparta. -yo soy mayor de edad- enseño mi cedula, este la chequea un poco, me mira de arriba abajo. Se burla un poco luego me la entrega. -pase- tanta fue mi emoción por ser mayor de edad que a primera hora saqué mi cedula. Ingreso al lugar. Hay mucha gente, que esperaba es una discoteca. Miro por los alrededores. Alguien toca mi hombro. -por fin llegas- Amia me da un fuerte abrazo- ven, por aquí está nuestra mesa- la sigo. Lleva un vestido muy corto. Ella es preciosa. -al fi llegó la cumpleañera- grita Sara. Me abraza fuerte, las demás alzan su copa. -lo siento por llegar tarde Oliver me trajo y…- Nora me interrumpe. -te entendemos, se les pasó el tiempo ahora ya eres toda una mujer- me extiende una copa. -nuestra amiga es toda una mujer- todas chocan sus copas. -pobre lo tenías en sequia- ellas creen que ya estuve con Oliver. -ya dejemos de hablar de la vida s****l de nuestra cumpleañera- Amia me sonríe. -suficiente, vinimos a celebrar mi cumpleaños ya dejen de hablar de eso- me sirvo otra copa. Ellas se dirigen a la pista de baile. Chicos se les acercan y comienzan a tocar sus traseros y al parecer a ellas eso parece no molestarles. Sigo en la mesa y me sirvo otra copa. Muevo mi cuerpo al ritmo de la música, aunque sola en mi lugar. Alguien toca mi hombro y me sobresalto. Me giro y veo a un tipo. Solo distingo su cabello oscuro y sus ojos son verdes. Que bonito color. -si, dime- no quiero ser descotes. Lleva la mano a su bolsillo y saca algo. -ten- ¿un celular? Creo que se da cuenta de mi confusión. -es tuyo- responde. ¿mío?, eso es imposible. -no lo creo, el mío está en mi bolso- lo busco, si es su manera de ligar falló conmigo. Comienzo a revisar mi bolsa. No está. Aun sigue con el celular en la mano, lo tomo. -¿Cómo sabes que es mío?, y como es que lo tienes- toma el celular -uno, tu eres la chica de esta foto, verdad- me enseña el fondo de pantalla. Somos Oliver y yo- dos, te asustaste por el ruido de mi celular, tomaste tus cosas y saliste corriendo, te llamé, pero no me hiciste caso- nuevamente me entrega el celular Que vergüenza. -lo siento, es que el lugar estaba oscuro y me asusté- -tranquila te entiendo, no quise asustarte. Bueno devolví el celular a su dueña me retiro- se da la vuelta. Y esta por marcharse. -que tal si te ofrezco un trago, es como muestra de mi agradecimiento- no me gusta deberle nada a nadie. -si es tu manera de ligar en una discoteca es terrible déjame decirte- se ríe, tiene una sonrisa bonita. Ahora que lo veo bien me doy cuenta de que es un hombre atractivo, muy atractivo. Parece una persona muy sociable. No ha tratado de propasarse conmigo y es un punto a su favor. -no, no me lo tomes a mal es una muestra de mi agradecimiento- toma el trago y lo lleva a su boca, lo bebe de un solo sorbo. -¿esto no tiene alcohol?, parece que me tomé un vaso de agua- se burla -bueno bye- levanta su mano y se despide. No se su nombre. -¡por cierto soy Cemil!- grito fuerte. Se voltea. -Henry- responde. Se aleja del lugar. Tomo mi celular y lo reviso, no tengo llamadas perdida o mensajes. -¡pero quien era el bombón con el que estabas- grita Nora. Las demás se acercan. -cuéntanos, viste como la miraba- grita Sara. -chicas solo me devolvía mi celular que por error se me cayó mientras venia- Amia mira detrás de mí. -allí está- todas se voltean. -es bello, yo con un hombre como él pediría disculpas si me mete los cachos- todas se ríen. -está con un grupo de personas, mira la chica que está a su lado seguro es su novia- no me interesa si es su novia, prometida. Me encojo de hombros. -Cemil- me sobresalto- ese que está allí no es Oliver- Levanto mi vista y lo veo. Si…. Es él. ¿Qué hace aquí? Quito esas ideas de mi mente, él también puede divertirse está en todo su derecho. -dijo que iba a estar con un grupo de amigos- aunque no me dijo que iba a estar en este lugar. -si quieres pues ir a saludarlo- lo dice Amia. Niego. -creo que mejor le envío un mensaje- ************************* Cemil: hola amor. Oliver: hola preciosa. Cemil: cariño las chicas peguntan por ti, si deseas puedes acompañarnos. Oliver: lo siento preciosa ahora me encuentro en casa de un amigo, estamos chequeando un proyecto. ************************* Bloqueo el celular. Y ahora lo miro a él. Una mujer se sienta en sus piernas y el no la aparta. -Cemil, estas bien- me pregunta Amia. -si- tomo un trago- creo que mejor voy al baño- las dejo en la mesa, necesito un poco de aire fresco. -Oliver, que tal si esta noche nos divertimos- escucho a la mujer. -por supuesto, esta noche estoy libre para ti preciosa- no ha notado mi presencia.
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