❦Pervertido➳

1575 Words
                        【Uriel Rume】 La puerta se abre un poco por el viento que entra por los ventanales, veo a una persona, pensé que era una empleada de Alonso. Los ojos de esa chica se abren cuando nos ve. —Lo... Siento. —tartamudea. Escucho sus tacones, sé que se fue corriendo, no fue mi intención que esto pasará, pero, no lo voy a negar, solo tengo su imagen en mi cabeza, sus ojos, su hermoso y largo cabello castaño. —¿Te gusta, mi amor? —pregunta Alondra. Enrollo en mi mano el cabello de Alondra y me hundo en ella sin piedad, su rostro está rojo, pero no tengo piedad y no me detendré. Llego hasta el tope de su garganta, cierro mis ojos y la imagen de esa chica viene a mi mente justo antes de venirme. Y, la pregunta que me hice hace un momento me invade. ¿Será igual de apasionada al hacer el amor? Un gruñido de placer se escapa de mi boca al acabar. No me importa ser un caballero con Alondra, como lo dije antes, ella solo es un coño de consuelo. La dejo sola, no quiero follar con ella, quiero encontrar a esa mujer y hablar con ella.                        『Faby Jones』 Camino por el pasillo buscando a Alonso. Aún no salgo de mi asombro, creo que me dará algo en los ojos, no veo nada para adultos para no distraerme y ahora lo acabo de ver en vivo y directo. Corro por el confuso pasillo hasta darme cuenta de que voy hacia la misma dirección, este lugar es confuso. Choco con alguien, eso me hace salir de mis pensamientos. Con la cabeza baja no veo a la persona, pero sé que es un hombre por el olor a colonia masculina. —Discul...pe En este momento estoy sin palabras, es ese pervertido. —No te preocupes, Faby Jones. —¿Cómo sabe usted mi nombre? —Lo escuché cuando subiste a tocar al escenario, tengo una pregunta, ¿así como tocas el piano, eres igual de apasionada al hacer el amor? Esa pregunta me deja helada, pero a la misma vez mis mejillas arden. —¿Qué le importa? No se confunda, yo no soy como la mujer que tenía de rodillas en su oficina. —No digo que lo seas, solo era una pregunta,  mi Faby. —Perdón, ¿su Faby? Usted solo es un viejo raro y pervertido. Lo aparto con el brazo y sigo mi camino, esa es la conversación más rara que he tenido en mi vida, solo es un maldito pervertido. Me dirijo a bastidores para preguntar sobre Alonso. —Faby, el señor Alonso se sintió mal y tuvo que irse, agendara una cita para mañana contigo, te mantendré informada, puedes irte a descansar a casa y una vez más, felicidades —me explica mi jefe. —Está bien, gracias —me limito a decir. Tomo mis cosas y salgo para pedir un taxi, le dije a Dayana que la llamaría pero, sé que ella está muy cansada, mejor pediré un taxi. Después de subir al taxi no puedo dejar de pensar en ese pervertido, está traumado el pobre es una lástima, lo único bueno que tiene es su belleza es un hombre alto tal vez 1,90 y su cabello castaño claro, sus ojos azules. Un dios griego en toda la palabra. No tengo que pensar en él, por suerte nunca más lo veré en mi vida. Esta noche dormiré feliz porque al menos llame la atención de Alonso. Mañana será otro día.                                             ✦───────────✦ Despierto y lo primero que viene a mi mente es esa mujer, nunca antes me habían hablado así, me gusta su mal carácter. Lo primero que hago es enviarle un mensaje a Alonso, tengo un plan, ella tiene algo que otras no tienen que aún no logro descifrar. Alonso, te necesito en este momento, si eres mi amigo tienes que estar aquí en diez minutos. Después de enviarle el mensaje a Alonso me dirijo al baño. Una hora después estoy listo para este día. Estoy a punto de salir de casa y veo el auto de Alonso aparecer por el gran portón de mi mansión. Después baja de su auto y se dirige hacia mí. —Gracias por hacer acto de presencia —digo irónicamente. —Estaba en el hospital, cachorro, tú eres el que no se preocupó por mí, solo fue la presión, además, son las seis de la mañana. —No me digas cachorro, segundo, tienes razón lo siento, hermano. —No te preocupes, ahora dime, que es eso que tienes que decirme con tanta urgencia. —Quiero que me digas el lugar donde entrevistarás a Faby Jones. —¿Por qué te interesa, cachorro? —¡No me digas cachorro! Soy un masculino y guapo dios griego, líder de la mafia Rusa. —Pero estamos en Estados Unidos, aquí nadie sabe quien eres, entonces, eres mi cachorro gruñón. —Como sea, eso no importa, ella es diferente, solo responde lo que te pregunte. —En mi casa esta tarde, quiero que asista a mi escuela privada de música, esa es la propuesta que le haré, ella merece una beca además, no acepto a cualquiera aunque tenga dinero para pagar. —Te veré esta noche, amigo. Estaré ahí puntual, así que por ahora quiero hablar contigo.  —Yo también creo que ella es diferente a las demás chicas de su edad, así que, no quiero que la lastimes o distraigas, sé que ella llegara lejos —me regaña Alonso. —Está bien, no lo haré. Entro para hablar más a gusto con Alonso y después desayunar, esta es la noche que veré a esa mujer otra vez.                ✦───────────✦ Después de salir de la universidad recibo una llamada, salto de la emoción al ver que es mi jefe, sé que me dirá sobre Alonso. —Hola, Jefe. —Hola, Faby, te daré la dirección del señor Alonso, él quiere hablar contigo en su casa a las cinco de la tarde. —Está bien, gracias. Intento estar tranquila, por dentro quiero gritar de la emoción. Tengo que ir a casa, y contarle todo a Dayana. En este momento son las dos de la tarde, tengo tiempo. Tomo un taxi para ir a casa, estoy tan ansiosa.              ✦───────────✦ Después del desayuno me dirijo a casa de Dayana junto con Alonso, pasamos toda la mañana platicando el tiempo se fue volando. Le platiqué sobre muchas cosas escritas en el diario de mi padre, no sabía que el estudio en la universidad con Dayana, ahora quiere verla. Por esa razón quiero que me acompañe, también le debo una disculpa a Dayana. Subo a mi auto luego le doy la dirección a mi chófer, no es solo mi chófer, también es mi guardé espalda, en este momento no quiero conducir. Alonso sube también y nos dirigimos a casa de Dayana, quiero conocer a la mujer a la cual le debo protección y una mejor estabilidad económica. También quiero recuperar el diamante, pero por petición de mi padre tendré que convencerla hasta que ella quiera dármelo. Media hora después estamos en casa de Dayana, ella nos recibe más tranquila, pero cuando ve a Alonso sus ojos se iluminan y salta sobre él. Después del ridículo momento de amor y pasión de estos dos. Entramos a la casa y tomamos asiento en la sala. —No te preocupes, Uriel, sé que no te gusta pedir disculpas. —No me gusta, tienes razón, pero contigo lo haré y también te daré las gracias, cuidaste de mi padre y tú fuiste la única que no lo traicionó, perdóname, Dayana me equivoque contigo. —Acepto tus disculpas, solo quiero vivir tranquila con mi pequeña. —¿Qué edad tiene? —pregunta Alonso. —Ella tiene 19 años, y sé que también me preguntaran muchas cosas acerca de ella, tu padre también me dejo instrucciones y me dijo donde encontrarla. La primera vez que la vi no pensé que fuera ella. »Fue hace un año, estábamos haciendo voluntariado para varios orfanatos, cuando escuché el nombre del orfanato en el que ella se encontraba le pedí a la encargada que me diera la oportunidad y me la cedió, soy enfermera y tenía que hacer una revisión de rutina, ella estaba haciendo burbujas de jabón y saltando, es preciosa, ella cuidaba de todos como una madre, es especial además de hermosa. Mientras hacía mi trabajo creamos una conexión, la única vez que la vi llorar me rompió el corazón, me dijo que tenía 18 años y que se tenía que ir del orfanato esa fue mi oportunidad para rescatarla, no quiero que ella se entere por el momento de la verdad, porque mis sentimientos hacia ella son sinceros, la amo y la considero mi propia hija, daría la vida por ella. —No te preocupes por nada, veré la forma de protegerlas y ayudarlas, nunca más tendrás que trabajar y el dinero que te daré y lo que me pidas no es dinero sucio, es producto de mi empresa que mi padre construyó con mucho esfuerzo. —Gracias, pero lo único que me importa es ella, en este momento está estudiando en la universidad de medicina, vendrá en un momento. Escucho gritos de uno de mis hombres, no sé lo que pasa, todos nos levantamos y corremos para ver lo que pasa. Continuará...
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