Uriel Rume.
Por la noche.
Espero a Alonso para cenar, son las siete de la noche, se está tardando mucho y tengo mucha hambre. Mi estómago ruge y cuando eso pasa me pongo de mal humor.
Veo que él entra por la puerta, al fin me honra con su presencia.
—Lo siento, cachorro, me quedé toda la tarde hablando con Dayana y recordando viejos tiempos.
—Vamos a comer tengo mucha hambre, y no me llames cachorro.
Nos sentamos a comer en la enorme mesa de mi comedor. Juliana nos sirve una copa de vino y después nos deja a solas.
—Uriel, te hice un favor y sé que estarás más que feliz cuando te lo diga.
—Faby vivirá contigo, pero, en la mansión que está cerca de mi universidad de música, aunque no lo hago por ti, lo hago por tu padre además, no quiero que la lastimes ni la toques es una chica
