El chico que bailaba con Marisela le pide su número de móvil y ella se lo da, ni corta ni perezosa, en su mente solo pasaba que cayó una posible conquista, estaba emocionada por ese logro y aunque veía desde la distancia que Raúl no tenía buen aspecto al verla bailar con este hombre, se sentía tranquila porque notaba que a pesar de todo siempre llamaba la atención en algún lugar, solo quizá le hacía falta inteligencia. Al terminar de echar varios pasos, el joven la acompaña hacia donde ella estaba y él se despide dándole un beso en su mano como todo un caballero. Ella le sonríe con mucha gracia y observando a lo lejos a su novio de mentira de que ella también podía hacer las cosas por su cuenta, sin ayuda de él. Le hace señas con gesticulaciones corporales de que ella si podía conquista