El timbre había sonado, eran las 11:30 de la mañana, y William había culminado su clase final del día, con los chicos de último año. — ¡Ok chicos sé que se quieren ir, pero por favor tampoco salgan del salón como si se estuviera incendiando! creo que debería decirles que ¿Conserven la calma, quizás? — Dijo William en tono sarcástico. Una de las alumnas sonríe más de la cuenta por el comentario del profesor. — Ay profesor, usted es tan gracioso. Por cierto, me gustó mucho la clase de hoy... siempre me ha encantado ese libro de la ballena y el viejo obsesivo — Comenta la chica mientras juega con su cabello, y muerde uno de sus labios. William que no le prestaba demasiada atención a su alumna, comienza a recoger el par de libros que están en el escritorio, y sin mostrar demas

