Atrapada

1515 Words
Primera parte Despierto y nuevamente me siento perdida, me toma un poco más de lo pensado ponerme de pie, adolorida por una noche ajetreada y desesperante, alcanzo una sábana de las que están tiradas en el suelo para cubrirme y me dirijo a la ventana, es tan alta y ancha que se puede ver toda la montaña y parte del mar desde ella, la noche esta llegando a su fin mientras que mis pensamientos y sentimientos están comenzando a emerger, ¿cómo fue que llegué hasta esto? Qué fue lo que ocurrió? Todo, todo lo que sé desde lo que creo fue el comienzo se arremolina en mi mente, acerco mi mano desnuda al cristal frío y desde atrás siento un fuerte brazo que sostiene mi cintura, no me dejes! Escucho un susurro ronco junto a mi oreja y me hace estremecer siento como mi sangre se calienta, pero el tintinear de las cadenas me hace volver a la realidad, la realidad en la que este horrible y apuesto hombre me tiene… Capítulo 1 _ Esto me esta causando extrañeza, ¿cómo es posible que nada de lo que tenia programado para hoy haya resultado? - se pregunta Mia Torres, quien había estado toda la mañana del lunes entregando curriculum en varias empresas de la zona central de Santiago, también pidiendo horas de control médico para su hijo y su cuñada; bajo un sol abrazador que te dejaba deslumbrada en esta mañana de mediados de verano, llevando una blusa blanca de manga tres cuartos y unos jeans azules desgastados con algunas mejoras, unas zapatillas blancas, un pequeño relicario de oro en su cuello y con el cabello trenzado. _ (¡Todo esto es un maldito desastre! siempre hay un pero o una excusa en este hospital…)- pensó Mia sosteniendo en sus manos las carpetas con sus papeles y en su espalda una mochila mientras se dirigía al paradero del auto bus. Al llegar al paradero había poca gente, unas cuatro personas, entre ellas un joven que resaltaba entre la pequeña multitud, parecía no pertenecer a este lugar, vestía unos pantalones de vestir negros, una camisa casual gris claro con el primer botón desabrochado y la corbata desajustada, la camisa acentuaba tanto sus anchos hombros como los músculos de su pecho, se podía distinguir un tatuaje desde su hombro hasta la muñeca de su lado izquierdo y en su brazo derecho sostenía la chaquetilla del traje del mismo color que sus pantalones, estaba bastante pulcro a pesar de verse tan desarreglado, como si hubiese estado escapando de algún lado un rubor en su rostro y un agitado aliento lo delataban. Mia lo observó al llegar ya que resaltaba de entre la pequeña multitud por su apariencia, estaba bastante absorta entre sus pensamientos y la vista de esta extraña escena. De repente desde una esquina a unas tres calles del paradero dobla un sedan blanco como salido de estas películas de acción, dobló y derrapo tan fuerte que llamó la atención de todos, incluso saco de sus pensamientos a Mia, quien no dudo ni dos segundos en advertirles: _ ¡Abajo todos, ahora! - y sin pensarlo siquiera se abalanzó sobre este joven alto a quien ni siquiera conocía o había visto anteriormente quien estaba a tres pasos de ella; mientras tanto el sedan avanzó rápidamente acercándose a ellos, de este se asoman dos hombres sobre las ventanas del lado del copiloto y pasajero, ambos con pistolas disparando a diestra y siniestra sin importar a quien le llegaran las balas. Mia alcanzó a caer al piso junto al hombre que quedó aturdido y desconcertado con la situación, mientras que una mujer ya de edad avanzada gritaba y sollozaba junto a un hombre de cabello blanco probablemente de su misma edad. Quien recibió tres balas en su cuerpo dos en el estómago y una en el brazo, cayo de inmediato por el impacto y se desangraba frente a su esposa; el auto siguió su camino y se perdió entre los otros que pasaban sin detenerse y aumentando deliberadamente su velocidad. _ ¡Cariño, cariño despierta! Por favor que alguien nos ayude, por favor llamen a la policía, a la ambulancia, alguien por favor! cariño no me dejes, mírame, mírame!, -gritaba entre llantos la mujer. _ Carajo… - dijo Mia en voz baja, casi susurrando y tapo su boca rápidamente con su mano derecha antes de toser, mientras se levantaba de encima del hombre que estaba un poco sorprendido con tal acción de esta desconocida; mientras se levantaba Mia pudo observar las facciones de este hombre, una cara bien definida, su nariz perfilada y una mandíbula fuerte, unos ojos que te atrapaban, con solo mirarlos no podías desviar la mirada, de un verde esmeralda hermoso, cejas definidas y una barba bien cuidada que se acentuaba a sus facciones, su pelo de un café obscuro un poco desarreglado por lo ocurrido y un tono de piel tostado que te atraía aun mas cada vez que lo mirabas. _ Lo lamento. Susurró Mia mirando su mano y se levantó torpemente poniendo su mano derecha cerrada en el pecho del hombre, quien en un arrebato agarró fuertemente su mano, mirando fijamente a sus ojos color miel, tan claros que casi se veían dorados con el brillo del sol, la obligo a gemir de dolor por lo fuerte que la tomó. _ hiss ay! Disculpa, pero me puedes soltar por favor? Me duele. _ Lo siento. La soltó de manera brusca al igual que cuando la agarró, con una voz profunda se disculpó y un poco tosco en sus acciones se levantó. Mientras tanto Mia agarró las carpetas con sus documentos y ordenó un mechón de su pelo de un rubio rojizo que se había desenredado de su trenza, limpia su mano derecha disimuladamente en su pantalón y se dirige hasta donde se encuentra la señora quien gritaba y lloraba por su esposo, Mia llama a emergencias y trata de calmar a la señora quien se desmaya por todo lo ocurrido, mientras que desde la otra esquina del paradero un joven de entre quince o dieciséis se levanta también muy asustado, con su uniforme escolar todo polvoriento y manchado con sangre, una bala le atravesó el hombro y lo dejó en shock, Mia le pidió al hombre si se podía hacer cargo del joven y éste se le acercó. _ Preocúpate primero por ti misma; (él se dio cuenta que desde su cintura por el lado derecho estaba sangrando, pues su blusa se estaba manchando de sangre) solo por esta vez ayudaré. Mia no lo comprendió muy bien al principio y luego cuando la adrenalina disminuyó sintió su cuerpo pesado y con dolor, sobretodo en su lado derecho. Al llegar la ambulancia y la policía al sitio del suceso les preguntó a todos la versión de los hechos, los únicos que pudieron dar sus versiones fueron Mia y Gael, el hombre a quien le salvó la vida, los demás estaban desmayados y era imposible pedirles sus versiones y fueron derivados al hospital, Gael les informó que a ellos los enviaran a la clínica Santa Maria, al bajar de la ambulancia Mia se dio cuenta de donde la habían llevado y dijo: _ Creo que hay un error yo no puedo pagar esto, yo… Gael la agarró de la mano interrumpiendo lo que estaba por decir. _ ¡No te preocupes! esto corre por mi cuenta para pagar por lo que hiciste hace rato. Mia se sorprendió, no tanto por el hecho de que le agradeciera de este modo sino que hasta ese momento no se había dado cuenta del idioma de aquel hombre, que era extranjero y de lo cual no se había percatado, también de que era un hombre bastante inusual para ella, le llamaba mucho la atención su particular forma de acercarse a ella, ya que se veía muy serio y con un aire muy misterioso, pero al acercarse deliberadamente cada vez a ella la ponía nerviosa, ya que era un hombre bastante seductor a su parecer, pues no le quitaba la mirada de encima e incluso la miraba y se le acercaba tanto que para ella era un poco inquietante, pues quedaba tensa cada vez que se le acercaba. _ Está… bien, ehm… gracias? Respondió Mia bajando la mirada un tanto nerviosa y retiro su mano de la de Gael, un poco perpleja por la situación. _ De nada, en verdad esto no es nada. Ingresaron a la clínica y los atendieron para verificar sus estados, cada uno en una sala diferente, Mia tuvo que ser tratada de urgencia pues había perdido una gran cantidad de sangre y le suturaron la herida, le preguntaron por sus familiares y ella misma les dijo que les avisaría antes de ser sedada. Gael por otro lado tenia un gran raspón en la espalda pero les dijo que se encontraba bien y les pidió información de la señorita que había llegado con él. _ Qué relación tiene con la señorita?_ preguntó una enfermera. _ No es tu asunto, solo dime cómo se encuentra.
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