Izan no pudo contenerse. Besó a Amelie, ahora sabía que había hecho lo correcto al venir a buscarla. Sus manos se deslizaron con delicadeza por sus brazos hasta entrelazar sus manos Izan busco el cuello de Amelie depositando suaves besos mientras ella cerraba sus ojos para sentir el tacto de sus labios en su piel —es la primera vez que hago el amor, lo haré suave y despacio, ¿te parece? —Amelie asintió. Izan continúo recorriendo con besos su piel, hasta llegar al espacio entre sus pechos donde beso y lamió cada uno tomándose su tiempo. Paso su dedo índice entre el tirante de su brassier, cada movimiento era como una caricia que a ella la estremecía. Antes de deslizar su panty dio un pequeño mordisco en su clavícula, Amelie sentía sus mejillas hirviendo, una vez que él la despojo de su ro

