Amelie regresó a la habitación donde la esperaba Izan. Al mirarse sus miradas destilaron ciertos destellos, tenían una conexión, siempre la habían tenido, aunque ellos dos quisieron ignorarla. Izan siempre supo que de alguna manera algún día terminaría destinado a Amelie. Durante su infancia paso mucho tiempo pensando como verle las cosas positivas a aquella jovencita tierna y regordeta que tanto luchaba por odiar pero que en el fondo nunca pudo hacerlo. Por eso era por lo que la molestaba, la molestaba por que no sabía otra manera de ser gentil con ella, ahora tampoco lo sabía, lo estaba descubriendo. Lo que sabía es que no la quería lejos. —Luka se fue… —Amelie suspiró con tristeza, tener que mentirle a Luka no le agradaba para nada pero que podía hacer, todo se estaba enredando de una

