CAPÍTULO DIECISÉIS

1760 Words
ELINA “Se parece a ti, qué linda,” una de las mujeres que rodea a Zane dice con voz de idiota mientras le hace risitas estúpidas a Alissa quien está en brazos de Zane, y yo tengo que contener mi impulso homicida. Zane me lanza una mirada de disculpa mientras yo hago mi mejor esfuerzo por soportar esta tontería por una hora más, pero con cada segundo que pasa es más difícil no arrepentirme por la estúpida decisión que tomé hace unos días de dejar que Zane hiciera el anuncio, eso ya fue lo suficientemente malo, pero ahora esto es francamente insoportable, unos bebés tan pequeños no necesitan una fiesta de ningún tipo, ellos ni siquiera recordarán este momento, y en vez de perder el tiempo y la paciencia aquí, deberíamos estar planeando como sortear esta guerra y no entreteniendo a un montón de idiotas. Aún me sorprende lo fácil que aceptaron la noticia, pensé que iba a haber mucha más resistencia de parte de los alfas de Crimson Woods respecto de unos bebés que ni siquiera sabían que existían y ahora se anuncian como herederos al trono, pero a ellos parece no importarles en lo más mínimo que los bebés hayan nacido antes del matrimonio, aparentemente el padre de Zane era un buen rey pero también era extremadamente estricto y todos simplemente aceptaron como perfectamente razonable la excusa que él les dio sobre por qué se mantuvo algo tan importante en secreto por tanto tiempo. “Pensé que nunca llegaría el día en el que vería mellizos en este reino, son extremadamente raros, ¿lo sabías?” Un hombre de edad avanzada le explica a su hija, quien está más interesada en Zane que en los bebés. “Se dice que sólo las reinas alfas más poderosas pueden dar a luz a más de un bebé a la vez,” el hombre continúa explicándole a su hija mientras me mira con admiración, pero ella continúa distraída en el rostro de Zane. Ella lo mira con adoración y lujuria, casi como si quisiera lanzarse encima de él aquí y ahora, aunque no la culpo, pues él se ve extrañamente sexy cuando sostiene un bebé en brazos, y ese parece ser el sentimiento general de todas las mujeres aquí hoy, quienes no han parado de lanzarle miradas coquetas o se acercan demasiado a él con la excusa de ver a los bebés más de cerca, y aunque no me molesta en absoluto, pues no siento ni la más mínima pizca de celos o posesividad hacia Zane, no puedo evitar querer divertirme un poco con las pobres mujeres que parecen tan asustadas de mí como encantadas por él, así que,  cuando la chica enfoca su mirada hacia mí yo enarco una ceja hacia ella, y sonrío internamente al ver su rostro palidecer al instante antes de tomar a su viejo padre del brazo y despedirse rápidamente de nosotros. “Deja de asustarlas, las pobres se van a desmayar si las sigues mirando de esa forma,” Zane me dice en tono divertido. “Si tanto miedo me tienen, no deberían ser tan descaradas e intentar coquetear con mi esposo frente a mí,” le respondo y él sonríe abiertamente. “¿Estás celosa?” él me pregunta con un tono que suena mucho como a una vana esperanza, y por un momento me siento un poco culpable por hacerle pensar cosas que no son. “No, ¿cómo podría estar celosa de mujeres de ese tipo? Simplemente me parece extremadamente irrespetuoso de su parte el querer coquetear conmigo cuando yo estoy presente, deberían saber mejor lo que les podría suceder si se atreven a enfrentarme, sólo les estaba dando un pequeño recordatorio,” le respondo encogiéndome de hombros y él se ríe, aunque francamente no sé por qué le parece gracioso, estoy hablando muy en serio. Pues si bien no siento celos de ellas, tampoco pienso dejar que minimicen mi poder y mi presencia aquí, suficiente tiempo tuve que aguantar a las personas viéndome por encima del hombro y creyéndose mejores que yo, he tenido que soportar ya las humillaciones y malos tratos de mujeres como ellas que piensan que por tener un status social más alto podían hacer lo que les viniera en gana conmigo, ahora soy yo quien está en el escaño más alto de este reino, del reino Rogue y pronto de mi legítimo reino. El sólo pensamiento sobre la guerra con los Vark hace que la sangre me hierva nuevamente, y aunque aún es incierto si ellos sabían quienes estaban en el campamento en el momento del ataque, lo más seguro es que hayan tenido toda la intención de lastimar a mis bebés y eso es algo que tendrán que pagar con su propia sangre, sin importar cuanto hayan negado las acusaciones, las pruebas son abrumadoras, ellos son los responsables y me encargaré de que sufran las consecuencias. ----------------------- Cuando la estúpida fiesta finalmente llega a su fin, yo tomo a los bebés, uno en cada brazo y salgo del salón hacia mi habitación para poder bañarlos de inmediato y quitarles de encima todo ese hedor de las personas molestas pellizcándoles las mejillas o tocando su cabello, así que los meto en la cuna con cuidado y siento tristeza al pensar en Lily, quien era su persona favorita en el mundo después de mí, no sé si ellos son conscientes de su ausencia, pero yo sí lo soy, y mucho, cada día siento su pérdida como si recién hubiese pasado y me pesa en la conciencia haberla dejado allí en ese campamento. Nunca debí haberlos llevado a ellos conmigo, pero aún no confío en la gente de este reino y no quería arriesgarme a dejarlos aquí tan lejos de mí, pero debí haberlo hecho, debí haber hecho que se quedaran con un grupo de mis propios hombres para cuidar de ellos, tal vez así Lily seguiría con vida hoy y estaría aquí ayudándome a bañar a los bebés como siempre había hecho; ella siempre cuidó de mí, no sé si por órdenes de mi tío o porque ella así lo quería pero eso ya no importa, ella fue mi primera amiga y aliada en el palacio de los Vark, ella me ayudó a escapar, ella estuvo conmigo en todo este proceso y la perdí por mi estupidez y mi egoísmo. Alguien aclara su garganta detrás de mí y yo me sobresalto, pero inmediatamente me calmo al notar a Camille, una de las líderes del ejército rojo, una chica alta y de cabello rojo como el fuego, ojos azules y tes pecosa, fuerte y reservada como sólo ella puede serlo, es una de mis mejores guerreras y se ha ganado mi confianza con el tiempo, pues ha demostrado que está dispuesta a dar su vida por mí y por nuestra causa, después de todo ella también perdió a sus padres en la guerra y quiere regresar al reino en donde está el resto de su familia, en la manada Piedra de la Luna, por supuesto. “Lo siento, majestad, no pretendía asustarla,” ella me dice y yo sacudo mi cabeza. “No, está bien, puedes pasar, ¿tienes algo por decirme?” le pregunto y ella parece conflictuada. “De hecho, sí,” ella responde y algo en su expresión me dice que lo que sea que ella tenga por decir no es bueno. Yo miro hacia la puerta y noto que ella ya la cerró con seguro, así que le pido que me ayude a sacar a Aiden de la tina mientras yo tomo a Alissa y los llevamos de vuelta a la habitación para ponerles su pijama. “Puedes decirme lo que sea, espero que sepas eso,” le digo y ella asiente, luego toma una respiración profunda y empieza a hablar. “No sé si sepa que aún tengo familiares en el reino Varkolak, mi tía y primos están en la manada Piedra de la Luna, de la cual yo escapé cuando cumplí quince y me uní al ejército rojo,” ella empieza y yo asiento, luego le hago una seña con la mano para pedirle que continúe. “Bueno, pues recientemente uno de mis primos me contactó por medio de uno de los guerreros del ejército rojo, no sé cómo hizo para darles el mensaje, pero él quería que nos reuniéramos, dijo que era muy importante, y yo pensé que tal vez ellos querían unirse a nuestra causa, así como lo hicieron su madre y hermano,” ella dice y se detiene de repente, su mirada llena de culpabilidad y yo me empiezo a preocupar. “¿Te reuniste con él?” le pregunto y ella asiente. “¿Y tu familia quiere unirse a nuestra causa?” le pregunto y ella sacude su cabeza. “No, él quería darme un mensaje de alguien más,” ella dice con la voz en un hilo, y yo tengo el presentimiento de que esto no tiene nada que ver con su familia sino conmigo. “¿Qué mensaje?” le pregunto y ella traga saliva. “El beta del reino Varkolak desea reunirse con su majestad,” ella me dice y yo frunzo el ceño. “¿August quiere reunirse conmigo?” pregunto más para mí que para ella. “Tal vez él también quiere unirse a nuestra causa,” ella dice con tono esperanzado, pero es evidente que ni siquiera ella se lo cree. “No, August jamás traicionaría a Bastian,” le digo y ella aprieta los labios. “¿Tu primo te dijo algo más?” le pregunto. “Sólo que era de vida o muerte,” ella responde y yo frunzo el ceño aún más. “¿Por qué me estás contando esto hasta ahora?” le pregunto y ella me mira de forma culpable. “Honestamente, me sentía culpable por haberme reunido con él en secreto, pero únicamente lo hice porque creía que se relacionaba con mi familia, y luego me debatí entre ir con el príncipe Arthur o con su majestad, pero finalmente decidí decirle a usted directamente,” ella responde y yo asiento. “Hiciste bien,” le respondo y ella sonríe levemente. “¿Debería responder diciendo que no habrá reunión, o simplemente lo ignoro?” ella me pregunta. “Ninguna de las dos cosas,” le respondo y ella me mira con confusión. “Dile que acepto, pero nos reuniremos bajo mis propios términos,” le digo y ella abre sus ojos hacia mí con sorpresa.
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