La Reina Alfa y su Reino Rogue

CAPÍTULO DOS

BASTIAN

Aún recuerdo la primera vez que ella fue vista después de su partida, llevábamos semanas sin saber noticias directas de su paradero, yo la había intentado buscar por todas partes pero sin encontrar nunca una sola pista de ella, y los rumores de que ella estaba detrás de los ataques Rogues de esos tiempos, crecían cada día más y se esparcían como pólvora por todo el reino, recibía llamadas de los alfas a diario en las cuales me preguntaban qué estaba pasando, o si era cierto lo que se comentaba en el reino, y yo no podía darles una respuesta certera porque no tenía idea de qué estaba pasando.

Aunque sabía en el fondo que el aumento súbito de ataques rogue en las fronteras debía estar conectado con su desaparición de alguna forma, después de todo ella había prometido no dejarnos en paz, así que era lógico asumir que ella y su tío estuvieran detrás de todos los ataques, pero también había algo más que había cambiado en esos enfrentamientos, los Rogues no parecían tan salvajes y desordenados como antes, rara vez atacaban a matar, sino que más bien parecían determinados a herir lo más posible y robar provisiones.

Y no fue sino hasta aproximadamente dos meses después de que ella se fuera, que fue vista por primera vez, los reportes indican que estaban en medio de uno de los peores enfrentamientos con Rogues que habían sucedido desde que ella se fue, varios de mis hombres ya habían perecido y casi la mitad de los Rogues, pero todo cambió en el momento en que ella llegó, logró acabar con el enfrentamiento en un abrir y cerrar de ojos, pero sin causar más muertes, lo cual hacía todo mucho más impresionante, y cuando los guerreros que huyeron llegaron al palacio de inmediato en vez de al hospital, supe que tenía que ver con ella, y así fue, en medio del shock lograron informar que había llegado el lobo más grande que hubiesen visto nunca, y cuando les pregunté el color del pelaje, no me sorprendí cuando me dijeron que era blanco con dorado, era ella, finalmente había aparecido.

No sabía si alegrarme por haberla encontrado finalmente, molestarme porque mis sospechas de que ella estaba detrás de los ataques resultaran ciertas, o entristecerme porque ellos habían podido verla y no yo; sin embargo, ese fue sólo el primer reporte de muchos que vendrían después, llegó hasta el punto en que ella se convirtió en un mito y la sola mención de su presencia en algún lugar era suficiente para que muchos guerreros decidieran retirarse, pero aún así yo no podía encontrarla, por más de que intentara llegar lo más rápido posible a los sitios en donde había sido vista, no llegaba nunca a tiempo y ella ya se había esfumado tal como lo hizo cuando me rechazó.

Durante un par de meses después de la primera vez que ella fue vista, recibí reportes similares y luego se detuvieron por alrededor de un mes, aunque los ataques rogue continuaron, ella no se volvió a ver y, contrario a mis guerreros quienes se alegraron con su ausencia, yo empecé a preocuparme, sentía que algo le había sucedido, especialmente después de una noche en que sentí que algo estaba sucediendo con ella, no sé cómo describirlo, pero de alguna forma sentía que ella estaba sufriendo algún tipo de dolor fuerte, y aunque sabía que ya no podía sentir sus emociones porque el vínculo entre nosotros estaba roto después de que ella me rechazara, estaba seguro de que algo no iba bien con ella, pero todos trataron de explicarme que no era posible y que probablemente sólo era mi mente jugándome trucos baratos por la ausencia de reportes sobre ella.

Y después de un par de semanas desde que tuve esa sensación extraña, recibí un reporte en el que se informaba de su presencia al final de un enfrentamiento, sin embargo, ella no había hecho parte en él, pues al parecer sólo se mantuvo al margen y luego de un par de minutos, los Rogues parecían haber recibido algún tipo de orden y se fueron con ella; recuerdo haber interrogado al informante exhaustivamente una y otra vez, hasta que él finalmente recordó algo que no había dicho antes:

“Parecía un poco más flaca que antes, yo la he visto dos veces ya antes de eso y ella se veía como, no lo sé, más grande, esta vez se veía un poco no tan grande, no sé si me estoy explicando bien, aun sigue siendo el lobo más grande que haya visto, pero se veía diferente,” él dijo mientras se rascaba la barbilla y vi a August rodar los ojos cuando yo me interesé en ese nuevo fragmento de información.

“¿Se veía enferma? ¿O era más como si estuviera recuperándose de una herida grave?” le pregunté con un tono que sonaba a desesperación.

“No sabría decirlo, su majestad, como dije antes, ella se quedó aparte de la pelea y no intervino en absoluto, luego sólo se fue,” el hombre me dijo, pareciendo apenado por no poder responder a mis preguntas.

“Eso está muy bien, chico, puedes volver ya a tu puesto,” August le dijo, mientras le palmeaba la espalda y éste se fue sintiéndose orgulloso de ese breve gesto.

“Ya sé lo que vas a decir, y no creo que ella esté herida o enferma, simplemente debe estar cansada, así que no empieces con todo ese tema de que sentiste su dolor, sabes que no es posible,” August me dijo tan pronto el hombre se fue.

Y aunque estoy seguro de que esa vez yo tenía razón respecto a lo que había sentido, en este momento en el cual siento que algo malo va a pasar no es igual, no es como si creyera que ella está en peligro o sufriendo de algún modo, esta vez pareciera que ese mal presentimiento es respecto a mí o a mi reino.

El teléfono timbra y yo contesto casi de inmediato, pero cuando escucho la voz de Desmond Gray, el esposo de mi tía Lucy y rey del Valle de la Luna, casi siento la tentación de colgar el teléfono, pues lo que menos me apetece en el momento es escuchar su odiosa voz, pero él parece adivinar mis intenciones porque de inmediato me dice:

“No cuelgues, seré rápido, sé que te has estado preguntando por el paradero de la chica Bloodmoon, así que te envié algo que recibí hace un par de semanas y que pensé que te interesaría ver,” él dice con tono casi burlón y yo me siento derecho en la silla.

“¿Qué sabes de ella?” le pregunto de inmediato.

“Oh, ya lo verás cuando recibas el paquete que te envié, debe estar llegando en este momento,” él me dice y justo en ese instante August asoma la cabeza por la puerta de la oficina, y luego entra con un sobre en las manos, seguido del doctor Phillip, ambos luciendo preocupados, lo cual hace que me ponga en alerta de inmediato.

“Dime que sabes, Desmond,” le digo en tono de frustración.

“Oh, no seas impaciente, abre el sobre y luego me agradeces por haberte informado,” él me dice y yo siento ganas de insultarlo, pero me controlo.

“Desmond…” le digo en tono de advertencia.

“Bueno, me tengo que ir, debo atender a una boda,” él me dice y luego cuelga.

Así que estiro mi mano hacia August para que me entregue el sobre que ya viene abierto, lo cual es normal pues yo no tengo tiempo de revisar toda mi correspondencia, así que hay personas que lo hacen por mí, pero August parece reacio a entregarme el sobre, y yo lo miro con dureza, mientras estiro aún más mi mano hacia él, pero este se sigue negando a entregármelo e intercambia miradas con el doctor.

“August, maldita sea, dame ese sobre ya mismo,” le digo con molestia y él suspira derrotado.

“Pero antes de que te lo de, prométeme que te vas a controlar, no queremos que sigan corriendo rumores por el reino, no es bueno para tu imagen,” él me dice con preocupación y yo ruedo los ojos, así que él me entrega el sobre, yo lo abro y de inmediato noto que se trata de una tarjeta de invitación, así que frunzo el ceño sin entender cuál es todo el alboroto por esto, hasta que lo abro y la sangre se me hiela al leer las palabras escritas en letras doradas:

“El rey Zane Crimson, del grandioso reino de Crimson Woods, se complace en anunciar su compromiso con la Princesa Elina Bloodmoon, y desea contar con su honorable presencia en su boda, la cual se realizará en los jardines del palacio real el día Diecisiete del Séptimo ciclo lunar, a las cinco de la tarde…”