La Reina Alfa y su Reino Rogue

CAPÍTULO DIECINUEVE

BASTIAN

“¿Y qué te dijo ella?” le pregunto a August, quien hasta el momento no me ha dado ningún trozo de información relevante, pues acaba de pasar cerca de media hora contándome acerca de la emisaria que Elina envió para guiarlo y cada pequeño detalle de su travesía por el bosque hasta llegar al antiguo castillo Varkolak.

“Bueno, pues después de que le toqué accidentalmente uno de sus pechos cuando estaba tratando de ayudarla a ponerse de pie, al principio se quedó callada, como en shock, pero luego ella empezó a gritarme…” él empieza a decir y yo siento que estoy perdiendo mi paciencia.

“¡No estoy hablando de la pelirroja sino de Elina! Concéntrate, August,” le digo con molestia y él parece apenado.

“Oh, lo siento, bueno, pues ella también empezó a gritarme, no sé qué sucedía con ellas que estaban tan de mal humor,” él me dice encogiéndose de hombros y yo trato en vano de no desesperarme con sus respuestas vagas, pues entiendo que es la primera vez que una chica causa un efecto así en él, pero esto es de suma importancia y él no me está ayudando.

“¿Por qué empezó a gritarte?” le pregunto con tono exasperado.

“Oh, bueno, pues es que yo le pregunté si estaba segura de que los bebés no eran tuyos y ella explotó, dijo que los bebés eran de ella y de nadie más y que si alguien se atrevía a lastimarlos ella los mataría a todos, luego aceptó a darnos un mes para investigar el ataque antes de ella iniciar cualquier cosa en contra de nosotros,” él me responde.

“Espera, ¿qué?” le pregunto anonadado.

“Sí, yo también me sorprendí cuando me dijo que nos daría un mes, pensé que diría tres días o algo así,” él me dice.

“No, eso no, ¿qué dijo ella sobre los bebés?” le pregunto.

“Que mataría a cualquiera que se atreviera a lastimarlos,” él repite y yo siento mi paciencia esfumarse por completo.

“No, eso no, lo otro, ¡Por el amor de la diosa de la Luna, August, concéntrate!” le digo levantando la voz y él se sobresalta un poco.

“Ah, ¿te refieres a eso de que los bebés son solo suyos y de nadie más? Sí, también me pareció extraño cuando lo dijo, sonó como si estuviera diciendo que los bebés no son del rey Zane,” él responde y yo asiento.

“Sí, también pensé lo mismo, ¿dijo algo más que sonara extraño?” le pregunto y él parece considerarlo.

“Bueno, pues no tanto como que ella dijo algo, sino más bien la forma en que actuó cuando le dije acerca de las tropas Crimson que llegaron a la frontera, ella parecía genuinamente sorprendida, como si no supiera nada al respecto,” él me dice.

“¿Crees que el idiota ese está actuando por su cuenta?” le pregunto.

“Eso parece, pero no podemos afirmar nada con solo una expresión que ella haya hecho, además mi percepción no es confiable pues yo no estaba totalmente concentrado… lo siento,” él me dice con expresión de culpabilidad.

“Creo que algo está pasando entre ellos, parece que él actúa por su cuenta y además ha pasado más de una semana desde que sentí el dolor en el pecho,” yo le digo y él me mira con simpatía.

“¿Crees que hay problemas en el paraíso?” él me dice en tono divertido.

“No lo sé, espero que sí, si ellos están peleándose entre sí no tendrán tiempo para pelear con nosotros,” le digo y él sacude su cabeza.

“No lo creo, si algo me parece más peligroso que él esté actuando por su cuenta, sé que no lo parece, pero Elina parece mucho más razonable que muchos de los reyes que conocemos, lo hemos visto en los ataques rogue, están más organizados, hacen más daño pero sin llegar a causar muertes, en cambio él… bueno, pues sabemos que los Crimson son famosos por su crueldad, y no sé si Elina sepa en lo que se metió cuando se casó con ese hombre,” él me dice y yo frunzo el ceño.

“¿Crees que él pueda hacerle daño a ella o a los bebés si algo sale mal?” le pregunto con preocupación.

“Creo que puede intentarlo, es algo distinto decir que podrá tener éxito, ya escuchaste lo que ella dijo, matará a quien se atreva a lastimar a sus bebés y creo que eso no sólo nos incluye a nosotros y el resto del mundo, sino también lo incluye a él, y ya hemos visto lo que pasa cuando alguien se atreve a meterse con su familia, ella definitivamente no dejará que pase,” August me dice y yo asiento en acuerdo.

“Espero que no llegue a eso, ella es inteligente, se dará cuenta sola si hay peligro en su propia casa, mientras tanto nosotros debemos aprovechar el tiempo que acabamos de conseguir y buscar respuestas,” le digo.

“Deberíamos empezar por investigar a los Crimson,” August me dice y yo le sonrío, pues finalmente parece que ha salido de su estupor por la pelirroja.

“Parece que ya te recuperaste de la impresión que te causó esa chica,” le digo y él se sonroja ligeramente.

“Lo siento, realmente no sé qué me pasó,” él me dice y yo lo palmeo en la espalda.

“¿Ahora entiendes mi comportamiento errático cuando se trata de Elina? Imagina que ya hubieses sellado el vínculo con ella, sería mil veces peor,” le digo y él frunce el ceño.

“Debo ser la persona más desafortunada al encontrar mi pareja destinada en el bando contrario de una guerra,” él me dice con tristeza.

“Imagina cómo me siento yo cuando fue mi pareja destinada la que empezó dicha guerra,” le contesto y él me mira con una sonrisa triste.

“Ahora entiendo muchas cosas, lo siento por no haberte tomado tan en serio antes,” él me dice.

“Está bien, ahora necesitamos pruebas de inmediato para que puedas volver a reunirte con tu pelirroja y Elina me crea finalmente,” le digo y él se pone de pie.

“Okey, ¿por dónde empezamos?” él me pregunta con una mirada decidida y yo me río de su ímpetu.

“Crimson Woods,” le respondo sin dudarlo.