AUGUST
No sé en qué momento decidí involucrarme en esta locura, debí haber estado en algún tipo de trance cuando le dije a Bastian que me encargaría de hacer posible una reunión de él con Elina, pues es básicamente la peor idea que se nos pudo haber ocurrido, pero sé que si no lo ayudaba con ello él iba a terminar haciéndolo solo y probablemente resultaría metido en algún lío peor, o incluso muerto si decidía hablar con las personas equivocadas y éstos lo guiaban directo a una trampa.
Así que decidí abrir mi bocota y ofrecerme para la tarea, sin pensar siquiera en que resultaría ser mucho más difícil de lo que pude haber imaginado; empezando por la indagación que tuve que hacer por días, tratando de encontrar a alguien que tuviera algún tipo de conexión con el ejército rojo, pero por supuesto que nadie estaba dispuesto a admitirlo abiertamente, y no podía simplemente preguntar, pues eso hubiese levantado demasiadas sospechas, además de que debemos ser cuidadosos en estos tiempos de guerra, y más aún con el antecedente del padre de Elina, ya que podrían haber más espías entre nosotros.
Después del tercer día de indagaciones y cuando ya estaba a punto de darme por vencido con mi plan, escuché algo interesante en el campo de entrenamiento cuando, como es usual, algunos miembros del grupo élite que pertenecen a distintas manadas, empezaron a pelearse por alguna estupidez, y fue entonces cuando uno de ellos dijo las palabras mágicas:
“Mejor vuelve a tu manada de mierda, seguramente te necesitarán pronto cuando decidan dejar la farsa y unirse al ejército rojo,” grito uno de ellos, quien al parecer era de la manada Zafiro.
“Piedra de la Luna no es una manada de mierda, sólo les duele que nuestra alfa quien es mujer le patee el culo a todos los suyos,” le contestó el chico aludido por el insulto.
“Por favor, si todos saben que Piedra de la Luna es un nido de traidores y cambia-bandos, la mayoría vienen del antiguo reino derrocado y seguro que no pueden esperar para cambiarse de bando nuevamente,” le dijo el primero de ellos justo antes de recibir un puñetazo en la boca, y después de eso fue imposible entender nada de lo que se decían porque la mayoría ya estaban envueltos en una pelea que tuve que detener.
Al finalizar el entrenamiento y cuando ya todos se estaban yendo, llamé al chico de Piedra de la Luna, quien, a pesar de haber recibido la peor parte en la pelea, se las arregló para enviar al hospital a dos guerreros y luego seguir entrenando como si nada hubiese pasado.
“¿Puedo hacerte algunas preguntas?” le dije y él palideció al instante.
“Por supuesto, alteza,” él respondió de inmediato y yo traté en vano de ocultar mi molestia por el título que decidió usar, pues aunque no me guste que se refieran a mí como alteza, no puedo negar el hecho de que una vez murió mi padre, el título de duque pasó a mí directamente.
“¿A qué se refería aquel chico sobre los comentarios acerca de Piedra de la Luna?” le pregunté y él parecía un poco molesto porque hubiese sacado el tema a colación.
“Bueno, son sólo rumores estúpidos en realidad, y principalmente surgen porque muchas familias de mi manada en realidad pertenecían al reino de los Bloodmoon, así que las personas asumen que ahora que empezó la guerra con la Reina Rogue entonces nos cambiaremos de bando,” él respondió encogiéndose de hombros.
“¿La Reina Rogue?” le pregunté divertido, pues de todos los apodos que se le han puesto a Elina, esa era la primera vez que escuchaba que se referían a ella de esa forma.
“Sí, así le empezaron a llamar los guerreros después de que el ejército rojo la coronó como reina,” él me respondió como si fuera obvio y yo estaba totalmente en shock.
“Espera, ¿qué?” le pregunté y el chico palideció casi al instante, como si acabara de notar el error que cometió.
“Yo… bueno, pues eso es lo que escuché,” él balbuceó, pero ya mi interés se había despertado y no lo iba a dejar pasar.
“¿De quién lo escuchaste?” le pregunté de inmediato y él parecía incómodo.
“Disculpe, su alteza, realmente no quisiera meter en problemas a nadie,” él respondió y yo tuve que forzar una sonrisa para que el chico se tranquilizara un poco.
“No vas a meter en problemas a nadie, lo prometo,” le dije con vehemencia y después de que él lo considerara un momento, finalmente decidió responder.
“Hace unos años, la sobrina de la panadera de mi manada, quien perdió a sus padres en la guerra y quedó al cuidado de su tía, se escapó del reino y según los rumores se unió al ejército rojo, quien primero dio la información sobre la reina rogue fue su primo menor, que es bastante imprudente y le gusta constantemente escaparse hacia el bosque, al parecer se encontró con su prima, Camille, en una de sus escapadas y ella fue quien le dijo sobre la reina,” él me dijo y yo empecé a sonreír como idiota al escuchar esa información.
“¿Y el chico siguió en contacto con su prima?” le pregunté y él sólo sacudió la cabeza.
“No lo sé, y si hubiese seguido en contacto no creo que le diría a nadie porque su madre le dio una buena reprimenda después de ese día,” el chico me respondió y yo asentí de forma pensativa.
“Necesito que hagas algo por mí,” le dije y él aceptó de inmediato.
“Trae a ese chico a verme sin que su madre se entere, dile que es un asunto urgente y que no puede contarlo a nadie, y tú tampoco puedes contarle nada de esto a nadie, ¿entendido?” le dije y él asintió, luego se fue a su manada y para mi sorpresa, volvió un par de horas después con el chico quien parecía aterrorizado de haber sido llevado al palacio.
Y aunque al principio me costó convencerlo de que no se iba a meter en problemas sino todo lo contrario, y de que era un asunto de vida o muerte, finalmente accedió a contarme lo poco que sabía y también a contactar a su prima para enviarle mi mensaje.
“Tendré que enviarle el mensaje con alguien más, porque ella está en Crimson Woods con la Reina Rogue,” él me respondió.
“¿Cómo sabes eso?” le pregunté.
“Ella me dijo que se iría la última vez que nos encontramos en el bosque, en realidad ella no es una traidora, ni espía, no sé si nos vaya a ayudar, pues la única razón por la que habla conmigo es para preguntarme cómo está mi madre y mis hermanos, lo poco que sé de la reina rogue es porque se le ha escapado en alguna conversación, pero ella me aseguró que ningún lobo del ejército rojo me haría daño pues ella les había advertido que yo soy su familia, así que creo que es seguro enviarle un mensaje a través de alguno de ellos,” el chico me dijo y yo asentí.
“Pero no envíes el mensaje más importante, simplemente pídele que se reúna contigo, y si ella viene entonces le das el mensaje que te acabo de decir,” le ordené y el asintió con gesto solemne antes de irse.
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Tres días han pasado desde que el chico vino corriendo a decirme que se había encontrado con su prima y le había dado el mensaje para Elina, y aunque en principio esperaba que ella reaccionara de forma violenta, pues temía que pudiera haber tomado represalias contra la prima del chico por reunirse con él, esta mañana llegó la respuesta en la cual ella aceptaba reunirse conmigo, pero bajo ciertas condiciones.
“Dice la Reina Rogue que únicamente accederá a reunirse con su alteza, pero no con el rey,” el chico empieza a enumerar las condiciones y yo asiento, pues esa ya me la esperaba.
“También que será en el castillo rogue o de lo contrario no irá a ninguna otra parte,” él continúa y yo maldigo internamente, pues realmente esperaba que fuera en un terreno más neutral.
“Y, que primero deberás reunirte con mi prima Camille para que ella te guíe hacia el sitio de reunión,” él finaliza y yo frunzo el ceño, pues supongo que esa es la forma en que Elina se quiere asegurar de que no sea una emboscada, ni que le diga mentiras, enviando a alguien antes para asegurarse.
“Está bien, Damian, hiciste un buen trabajo, ahora por favor recuerda que no puedes decirle a nadie de esto,” le respondí al chico, quien asintió al instante y luego se fue feliz con su recompensa.
Y al día siguiente, cuando estaba esperando a la prima de Damian en el bosque que rodea la frontera norte del reino, en alerta máxima a la espera de algún tipo de ataque, fue cuando la vi llegar con su cabello ondeando tras de ella como si fuera una llama sagrada en medio del bosque, y en el momento en que sus intensos ojos azules se posaron en mí, sentí todo el aire salir de mis pulmones, como si acabaran de golpearme con fuerza en el estómago, y entonces sentí su aroma y supe de inmediato que ella no era una chica como cualquier otra, y que de hecho podía estar viendo a mi pareja destinada caminando hacia mí con mirada recelosa.