-Una vez llegamos a Toronto, Alfredo me llevo a un restaurante, según los informantes el hombre pelirrojo siempre asiste a la hora del almuerzo- -Tuve que llamar a Mia para decirle que había llegado bien, si no lo hacía sé que me llamaría más de 1000 veces- -Pedí una pasta para almorzar mientras esperaba atento- -Sobre las 2pm llegó el hombre, definitivamente era el, pude observar que al rededor de 10 hombres lo acompañaban- -Se sentó almorzar, uno de sus hombres revisaba la comida, supongo que comprobaba que no estuviera envenenado- -El hombre reía, sus hombres también lo hacían, yo inspeccionaba cada uno de ellos, no quería dejar nada a la suerte.- -Una vez salieron yo también lo hice, Alfredo abrió la puesta del auto, poco a poco los seguimos, al parecer su camino era a las

