La adrenalina corría por mis venas, no tengo idea de cómo corrí tan rápido sin que los guardias me vieran por el claro de la luna, me pegue como un chicle a la pared y subí ese árbol como si mi vida dependiera de ello, aunque en realidad si depende, asome un poco mi cabeza para ver la posición de la cámara y cuando volteo me zambullí dentro del balcón e ingrese a la habitación en el momento justo en el que la puerta estaba por abrirse, me metí con rapidez a la cama y comencé a calmar mi respiración, él pasó por enfrente de mí y abrió la puerta de lo que asumo es el baño para luego encender la llave del lavamanos, Dios, nunca había sentido mi sangre fluir con tanta fuerza por mis venas, fue como si acabara de correr una maratón, y justo cuando estaba por relajar por completo escuche su voz.

