El club Velvet Room bullía con la clase de vida artificial que solo el lujo podía sostener. Luces ámbar y violetas recorrían los bordes de las mesas, las copas de cristal reflejaban destellos de champaña, y una corriente de música electrónica se mezclaba con el murmullo sensual de las risas. Gavin Blake se encontraba en el centro de todo aquello, en una de las salas VIP, rodeado de mujeres hermosas que lo observaban como si él fuera el premio de la noche. Vestía un traje oscuro impecable, el nudo de su corbata aflojado apenas lo suficiente para parecer relajado. Tenía un vaso corto en la mano, whisky con hielo, y la mirada perdida en algún punto del bar, aunque las risas femeninas a su alrededor trataban de arrastrarlo de vuelta a la conversación. No podía hacerlo. Trevor, su amigo —el m

