En la oficina del rancho Buenavista están tres personas hablando sobre cómo mejorar la seguridad del rancho. — ¿Estás seguro?— dice Daniel que tiene a Eleanor sentada en su regazo. Antonio está feliz de ver el cambio que hay entre la pareja recién casada. Se dan caricias y de vez en vez se dan besos. Se notan muy enamorados. —Si señor— dice el hombre— ya llame a unos amigos míos especialistas en informática y seguridad. Ente todos y siguiendo los parámetros podremos hacer frente a este problema. Eleanor mira los documentos. — ¿Y si él tiene que ir a la ciudad?— pregunto nerviosa— él no puede hacerlo solo. Daniel sonrió feliz porque ella está al pendiente de todo. —No señora, él deberá si es necesario no salir del rancho para que no se exponga a algún peligro o secuestro— res