Luke se quedó viendo a su abuelo sorprendido, sin creer lo que estaba obligándolo a hacer, no era sino un vil chantaje de su parte. Jamás pensó en atarse a ninguna mujer, odiaba los compromisos y descartaba la posibilidad de llegar a serle fiel a una sola, sin embargo, no podía permitirle a su abuelo despojarlo del patrimonio de los Moore.
Además, existía la posibilidad de poder hacer un trato con la mujer con la cual se fuera a casar, podían dejar como condición una duración del matrimonio por solo un par de años, nada de intimidad para evitar un posible embarazo, porque no quería tener hijos, esas criaturas chillonas y babosas, no eran para nada agradables. Cerró los ojos, sintiéndose por un momento frustrado.
Y como si el abuelo tuviera la capacidad de leer la mente, expuso sin dejar de observar las expresiones dibujadas en el rostro del más joven.
—Luke, no se trata de un simple matrimonio con miras a complacerme y evitar que te desherede. Esa no es la finalidad, sino para ver si de esa manera asientas cabeza, además quiero tener la oportunidad de conocer y disfrutar de por lo menos uno de mis bisnietos.
» Deseo tener la seguridad, de que una vez cuando llegue la hora de partir de este mundo, por lo menos quede mi legado —expresó el hombre tratando de controlar sus emociones.
—Abuelo, hablas como si te fueses a morir mañana, aún eres joven, no llegas a los ochenta y te hace falta un quinquenio para tenerlos. ¿Por qué no esperas el curso natural de la vida? Deja enamorarme de forma espontánea, luego me caso y tengo a tus bisnietos.
—Muy simple Luke, tengo casi dos décadas esperando por eso y cada día tu vida se convierte en un desastre peor, la próxima serán tres, mujeres casadas, estoy harto del desastre en el cual se ha convertido tu vida y de verte arrastrando mi apellido contigo, a veces pienso que no puedes llegar más lejos y cada día me sorprendes un poco más con tu comportamiento.
—¿Me vas a obligar a casarme con una mujer escogida por ti? —el gesto de indiferencia de su abuelo lo hizo molestarse por primera vez, sin poder controlarse —, si tanto esmero vas a tener en escogerla, deberías casarte tú con ella —dijo furioso caminando hacia la puerta.
—¡Detente Luke! ¡No seas insolente! ¿Acaso piensas que por ser un hombre no puedo darte los azotes que te faltaron de pequeño? —preguntó sin ocultar su enojo—. Te lo dije y te lo repito, tienes la posibilidad de cumplir los deseos para tu vida, así como también yo puedo dar el destino a mi fortuna como me dé la gana.
Jhonatan suspiró, mientras escuchaba el golpe de la puerta del despacho cerrarse con más fuerza de la necesaria, sabía que estaba llevando a su nieto al límite, pero era necesario, no quería ninguna repetición de los sucesos del pasado, no pudo librar a su hijo de una vida en exceso, aunque, ahora estaba dispuesto a todo por evitársela a su nieto, más ahora, cuando sus días parecían contados.
*****
Salió furioso del despacho de su abuelo, le molestaba sus intentos por manipularlo o presionarlo como si fuera un crío, no sabía por qué le costaba entender al viejo Moore que ya no era un niño. Su estómago rugió del hambre, no había comido bien desde el almuerzo del día anterior, mas lo ignoró, no quería quedarse un minuto más allí, subió al helipuerto, encendió el helicóptero y se fue hasta su oficina, a pesar de ser sábado, pensaba esa era la única manera de bajar su tensión; sumergiéndose por completo en el trabajo.
Quería paz, en ese momento luego de lo sucedido con el par de diablas, no quería volver a buscar compañía femenina para que le siguieran complicando la vida. Entró al piso donde se ubicaba su oficina y se dio cuenta de la presencia de Samantha, estaba en su computadora, con unos lentes en la punta de su nariz.
Carraspeó dos veces, tratando de captar su atención, sin embargo, la mujer no le dirigió ninguna mirada, es como si él no existiese, eso lo irritó sobre manera, no estaba acostumbrado a la indiferencia del sex0 opuesto.
—Samantha ¿Acaso estás sorda? ¿Por qué no te has enterado de mi llegada? —replicó con irritación.
—¡Ay, disculpe! En mi casa mis padres me educaron, que cuando llegó a un sitio saludo. Por cierto estoy en la oficina desde hace un par de horas, o sea, llegué primero —respondió la mujer con un claro cuestionamiento hacia él por no saludar y a la vez, exhibiendo una mueca dónde dejaba en evidencia su creciente disgusto.
—Yo saludé, aunque eres tan mal educada, porque no me respondiste —se defendió
—¡Ah lo siento! No sabía de su deficiencia de lenguaje para saludar, si no seguramente habría entendido perfectamente que ese aclaramiento de garganta, significaba unas buenas tardes —expuso con sarcasmo, aún sin levantar la vista del ordenador.
Luke, se apretó la cien con fuerza, definitivamente ese no era su mejor día, decidió irse a trabajar a su despacho un sábado para no tener que ver al sexo femenino y ahora tenía allí a su secretaria, con la boca arrugada como si estuviese chupando un tamarindo y una expresión de “No me molestes, porque estoy por encima de todos los mortales debido a mi inteligencia”, se dijo mentalmente disgustado, queriendo transformar su rostro en algo más "¿Qué diablos estoy diciendo?".
Esa mujer tenía la capacidad de cabrearlo de manera inexplicable, porque no podía entenderla, ni ver más allá de ella, parecía un camaleón, un día era tímida, temerosa, excesivamente educada, otro era como mordaz, atrevida y grosera, otra perspicaz, otra venenosa y sarcástica.
A veces se preguntaba cuál de todas esas facetas era la verdadera Samantha, aunque para su desgracia no podía decir lo mismo de su apariencia, pues siempre andaba con esos horrorosos trajes, anchos y pasados de moda.
Pese a ello, siempre se preguntaba ¿Quién era Samantha? Tenía la ligera impresión de que esa mujer no era quien aparentaba ser. No obstante, luego de pensarlo un momento se dijo "¿Qué otra cosa podía ser aparte de inteligente?, bastaba con verla para saber la verdad, ni en sus mejores sueños ella podía convertirse en una mujer fatal.
—A mi oficina ¡Ya! —bramó por completo de mal humor, mientras salía de allí, abriendo y tirando las puertas con enfado.
Los minutos pasaban y la chica no aparecía, se levantó del escritorio y abrió la puerta.
—¡Samantha! —exclamó furioso—. Tienes un minuto para traer tu trasero a este lugar, porque si no date por despedida —gritó.
Cuando la mujer escuchó al hombre, ni siquiera se inmutó, se puso a preparar sus cosas, las cajas y todas sus pertenencias, no habían transcurrido ni cinco minutos, cuando apareció de nuevo en la puerta de la oficina.
—¿Ahora se puede saber la razón por la cual se te ha dado por ignorarme? Cuando te he llamado verbalmente y en forma elocuente —enfatizó burlesco. Sin embargo, todo indicio de su aparente burla se congeló, al verla recogiendo sus cosas.
» ¡¿Qué diablos significa eso?! —preguntó, al mismo tiempo señalaba con el dedo la caja de su escritorio, mientras trataba de ocultar su evidente miedo de perderla, era la secretaria más eficiente que había tenido a lo largo de toda su vida como empresario.
—Esas son mis cosas, me dijo claramente, que si no llevaba mi trasero a su despacho, me diera por despedida, ya han pasado casi cinco minutos y no lo hice, tampoco lo pienso hacer.
» Hoy es sábado, no es mi día habitual de trabajo, si vine es por adelantar mi trabajo y en verdad no puedo seguir trabajando con una persona tan inmadura como usted, aunque es muy inteligente desde el punto de vista académico, su inteligencia emocional, es un desastre, quizás sea… —De inmediato debió dejar de hablar porque una mano cubrió su boca, era su jefe quien le estaba impidiendo seguir hablando.
—¡Cállate! Ya te pareces a mi abuelo, estás muy delicada y sensible. No hablaba en serio estaba fanfarroneando. Entiéndeme ando estresado, preocupado porque mi abuelo quiere casarme con una mujer que va a escoger él, ¿Te imaginas cómo será ella, si lo dejo hacer eso? —Samantha se encogió de hombros, sin dar ninguna opinión al respecto, su expresión era más bien de no importarle el tema.
—Samy, ¿No te has enterado de lo sucedido? —por un segundo, vio duda en ella para responderle, pero al parecer fue solo su imaginación, porque enseguida siguió con su misma expresión.
—¿De qué debí enterarme? —preguntó por fin fijando su mirada en él.
Luke sacó su celular y se lo pasó, para que viera la información.
—¡Vaya jefe! Cada vez se supera así mismo. Me imagino la molestia de su abuelo, ya entiendo su posición —respondió la chica esbozando una sonrisa, muy parecida a la satisfacción.
Luke frunció el ceño desconcertado, de repente le pareció ver un gesto de felicidad en su secretaria por su mal rato.
—¿Samantha estás disfrutando por mi desgracia? —preguntó sin dejar de mirarla.
—¡Yo! ¿Cómo me cree capaz de eso? Para nada jefe —sin embargo, su tono de voz tenía una extraña entonación.
—Me irás a decir loco, mas noto una expresión de alegría en tu semblante —refutó sin dejar de observarla.
—Para nada mi burla va dirigida a usted, solo me resulta bastante gracioso imaginar la expresión de su abuelo al ver esta noticia de prensa, ahora ya sé por qué quiere buscarle una novia para casarse. Al parecer, sus días de fiestas y parrandas han llegado a su fin, deberá convertirse en un hombre de bien, con esposa e hijos —expresó alzando las cejas con perspicacia.
—Samantha, tú eres más inteligente que yo, debes ayudarme, por favor, no quiero permitirle a mi abuelo escoger a mi esposa —habló con mortificación.
—Es simple, escójala usted y así no solo complacerá a su abuelo, sino también a sí mismo—mencionó con tranquilidad la chica.
—Ya le dije, porque lo primero que pensé fue escogerla de mi agenda de citas, pero ese señor al parecer adivina mis pensamientos —respondió con un suspiro.
—Entonces no la escoja de su agenda, porque es obvio que esas mujeres no serán agradable ante su abuelo, selecciónela de otra manera —propuso.
El hombre se quedó apenas unos segundos pensativo. Ella estaba tomando un vaso de agua, para humedecer su garganta seca, cuando Luke, pegó un grito emocionado.
Le tomó las mejillas con la mano y besó su frente, produciendo una incomodidad en la joven
—¡Eres un genio! Gracias por darme la solución —la muchacha lo miraba como si estuviese loco y sin entender sus palabras.
» Simple Samantha, manejaremos esto como si se tratara de seleccionar una empleada para la empresa, solo que en este caso la vacante para ocupar es la de mi esposa. Coloca un anuncio en los principales medios digitales del país con el aviso "Se busca dama seria, recatada y responsable, para el papel de esposa".
La chica de la impresión, sin darse cuenta, terminó escupiendo el agua en el rostro de Luke, mientras él se quedaba por segundo en Shock, hasta reaccionar segundos después.
—¡Samantha! —exclamó furioso y mientras, ella no podía creer el tamaño del descaro del hombre, para manipular de esa manera la situación.
“Hacer predicciones es muy complicado, especialmente si son sobre el futuro”. Bohr Niels.