2. Ocupando el lugar de una novia fallecida.

1259 Words
Capítulo 2. Ocupando el lugar de una novia fallecida. Lo veía mirarme sin hacer nada, quise gritarle que era un idiota, levante mi pie para lanzarle una buena patada en el culo, pero luego de ver a todos sus hombres y entender que estaba en desventaja preferí quedarme cayada, volví a subir al auto, no tenía ni idea de a donde debía ir, la casa ya no nos pertenecía, este desgraciado cambio las cerraduras apenas salí de ella para el salón de belleza, al hospital a esta hora y vestida de novia tampoco podía ir, de pronto el chofer me entrego mi bolso, había olvidado que al salir de casa lleve mi bolso conmigo, lo abro y veo que tenía mis documentos y el pasaje de regreso a Valencia, no lo pensé mucho y le pedí al señor que me deje en el aeropuerto, al menos ahí nadie podría sospechar al ver a una mujer vestida de novia. Al llegar la señorita del caunter fue muy amable conmigo, me imagino que no hay muchas novias solas a esa hora, -- Buenas noches, señorita he tenido un problema muy grande y me gustaría cambiar mi boleto de regreso para hoy – le entregue el boleto que tenía con fecha para dos días después y mi pasaporte, le roge con los ojos que pueda conseguir cambiarlo y que no me cueste mucho, porque tampoco traía mucho dinero, -- No se preocupe, un vuelo para Valencia sale en quince minutos. Si desea le puedo cambiar a ese, no tiene que pagar nada, me imagino que – me miró la mano y vio que no traía ningún anillo, me los había quitado apenas tuve mi bolso en las manos, no quería tener puesto los anillos que me recordaran lo que paso, gracias a eso la señorita supuso que yo no me había casado, quizá por eso me ayudo, sintió lastima por mí, y yo la aproveche para volver, -- Cosas que pasan – le dije levantando mis hombros, si supiera que no solo me case, sino que le entregue toda la fortuna de mi familia a ese miserable, -- Tenga, diríjase a la puerta de embarque número seis – me dice y me guiña el ojo al entregarme mi boleto y mi pasaporte, cuando subo al avión la azafata me llevó hasta la primera clase, siempre había volado en primera clase con papá, pero ahora mi pasaje era clase sencilla, ahora entiendo porque la señorita me guiño el ojo, ella no solo cambio mi boleto de gratis, sino que me dio un boleto de primera clase. Llegue al aeropuerto de Valencia pasadas las diez de la noche, a esa hora no había muchos estudiantes en la universidad y menos en el internado, tome un taxi y le pedí que me lleve a mi destino, esperaba que nadie pueda verme llegar vestida así, lamentablemente no tuve mucha suerte, algunos de los estudiantes de último año todavía no se habían ido, ellos pudieron ver como bajaba del taxi a esas horas de la noche sola y vestida de novia. Desde ese día nadie se acercaba a mí, todos decían que les daría mala suerte, el titulo de la “esposa desechada” me siguió durante los tres años más que duro mi carrera. --Luego me entere que esa boda ya estaba organizada desde antes y que la novia que debía casarse con ese hombre también había fallecido en el mismo accidente, ella fue recogida por los padres del novio, quienes debían llevarla con su hijo días antes de la boda. Así que ahí estuve yo, ocupando el lugar de una novia fallecida, utilizando su vestido, casándome con su hombre, y entregándole toda la fortuna de los Dalmasso, todo para salvar la vida de mi padre. Nunca más volví a tener noticias de él, lo peor de todo, es que nunca cumplió la parte del contrato matrimonial que yo había exigido, ese miserable abandono a mi padre en el hospital privado en el que estaba, sin pagar un solo centavo, gracias a mi inteligencia y mis investigaciones logre obtener una beca completa, me quede en la universidad y en el internado, pase toda mi carrera investigando micropartículas contenidas en el organismo de una persona enferma de Lupus, en el trayecto logré descubrir la cura para diversas enfermedades de piel, con eso he podido pagar todos los meses de hospital que papá tenía pendientes e inclusive ya tengo ahorrada una pequeña fortuna en mi cuenta bancaria. Ahora tengo veinte años, mi padre siempre fue un hombre orgulloso de mi y de los logros que he obtenido a lo largo de mi corta vida, pero papá todavía no despierta de su coma, para poder aclarar el accidente y liberarnos por fin de ese maldito hombre, esta noche es mi graduación y estoy muy emocionada, me gustaría que mi padre me acompañe, pero la mujer que soy ahora no se detendrá hasta recuperar todo lo que nos pertenece, y lo primero que pienso hacer es divorciarme de Sebastián Carusso y para hacerlo primero debo proteger a papá. Eran las ocho de la noche cuando llegue al campus de ingeniería, ahí sería la ceremonia de graduación, desde mi sitio podía ver como el patio se llenaba de familiares de todos los graduados, sin embargo de mi familia no había nadie, y como irían si ni siquiera sabían que yo estudiaba en ese lugar, pagaba las cuentas del hospital directamente de mi cuenta por transferencia internacional y solo viajé a estar con mi padre en las fiestas, porque no quise disfrutar nunca de mis vacaciones, utilicé cada segundo y cada minuto libre en mi investigación, ahora soy reconocida en el mundo de la biotecnología, tengo propuestas para trabajar en los mejores laboratorios de investigación de enfermedades genéticas del mundo, estuve evaluando mis opciones y me pareció que lo mejor sería esperar a ver la situación de papá, será la primera vez que me tome un descanso. Las palabras de clausura debía decirlas yo, pero preferí pasarle la posta al estudiante que estaba debajo mío en promedio, de cierta forma me pareció injusto dedicar mi esfuerzo y palabras de despedida a personas que ni siquiera conocía, lo mejor era que una familia estuviera feliz y disfruté de ver a su hijo en esa situación. Igual yo seguía siendo la “esposa desechada” para algunos. La ceremonia termino y ahora me encuentro en un taxi rumbo al aeropuerto, pero esta vez no viajo en clase sencilla ni llevo un vestido de novia, esta vez viajo en primea clase y el boleto ha sido cancelado íntegramente por mí. Sebastián Carusso Mi nombre es Sebastián Carusso, tengo veintiocho años y soy empresario y dueño de un conglomerado de varias empresas que se dedican a la producción e investigación de nuevas medicinas en el mundo, hace tres años mis padres organizaron mi matrimonio con la hija de unos de los empresarios suizos, dueño de los laboratorios mas importantes de su país. Nunca fue mi intención comprometerme y menos casarme con una total desconocida, pero decidí respetar la decisión que mis padres habían tomado por un beneficio mutuo, siempre senti atracción por mi mejor amiga Lariza, pero algo me impedía confesárselo, sabia que si mesclaba la amistad con la pasión, los dos terminaríamos mal, porque el día que una de los dos se acabe estaríamos muy arrepentidos, por eso también acepte ese ridículo matrimonio, pero nunca espere que mis padres junto con mi futura esposa mueran en un accidente de auto, provocado por un viejo miserable.
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