ALEX. Dejo a Elizabeth es su casa después de una muy tortuosa noche, afortunadamente las clases son una vez al mes. Lo que menos esperaba era tener que estar tan cerca de Elizabeth y carajo que me afectó de gran manera, solo puedo sentir como la fuerza de mi control se va esfumando cada vez que estoy cerca de ella, como agua entre mis manos, y lo peor de todo es que Elizabeth ni siquiera se da cuenta de lo que me causa, paso mis manos por mi rostro. Recuerdo que su figura tenía la forma de una guitarra a la cual deseas acariciar y deleitarte con la melodía de sus gemidos, la vista de sus hermosos pechos llenos, la pequeña cintura que parece no querer perderse durante el embarazo, piernas con los contornos perfectos, pero ahora, ahora parece una bomba sexy, mierda ni siquiera sé si es c

