ELY. Nos despedimos después de agradecerle a la doctora y caminamos fuera del consultorio. Alex se detiene un en el camino, haciendo que refleje su acción. —Esta es, sin duda, la mejor experiencia de mi vida —dice tomando mis manos con gran delicadeza —La pequeña vida que crecer en tu vientre es el mejor regalo que alguien haya podido darme —sus ojos brillan con gran intensidad, mi corazón se calienta al escucharlo y mis palabras se quedan atrapadas en mi garganta, acaricia mi mejilla, secando una traviesa lágrima que ha caído, me sonríe y yo correspondo en medio de un suspiro que intento ocultar. —Oh, linda —la señora que encontré hace tiempo cuando me dieron la noticia de que estaba embarazada, se acerca con la misma cálida sonrisa con la cual la conocí. —Qué gusto verte otra vez —t

