-Can… can, cariño despierta.- escucho la voz de mi madre a lo lejos, no me quiero levantar.- Debes dar tu declaración, mi amor. -Can cariño.- esta vez es la voz de papá, el cariño impreso en su tono. -Voy en un momento.- murmuro aún dormida. -Está bien.- siento como besan mi frente antes de escuchar la puerta cerrarse. Me levanto al saberme sola, me quito el pijama, tomo algo más cerrado, incluso cuello alto. Salgo cuando me siento lista. Todos están allí, nadie parece haber salido y vuelto. Sonrío como puedo para hacerles ver que estoy bien. -Lista.- murmuro. -Bien, ¿Quieres hacerlo aquí o prefieres hacerlo en privado?.- pregunta José, midiendo mis reacciones. -Aquí.- digo seguro, es mejor que cada uno se entere por lo que pase al mismo tiempo. No creo que pueda estarlo repitiendo.