¡Mierda! —La pasaremos genial —agrega. Se pone de pie y se tambalea hacia atrás en el proceso. Le pongo atención a la mesa y noto varias botellas de cervezas de vacías. —Ha bebido demasiado —contesto, tratando de que mi tono suene lo más frío posible. —Estoy bien —responde, obstinado tomándome por la cintura. Miro con desesperación a Emma, quien afortunadamente entiende lo que mis ojos casi llorosos le suplican. —Señor —se apresura—, creo que no es buena idea que usted… —¡No! —interrumpe—. Tengo suficiente dinero para pagar una noche con ella. Él deja un fajo de billetes en la mesa y comienza a empujarme hacia las habitaciones. —Emma —chillo, como la primera vez. —Lo siento —responde, tomando los billetes de la mesa—. Conoces las reglas, si tiene suficiente dinero debes estar co

