Alicia Pov. Me quedo helada tratando de encontrar la diversión en su rostro que me diga que se trata de una mala broma, pero me es imposible encontrarla. En su lugar me topo con la inquietud y el miedo que crecen cada vez más en la mirada de mi hermano. —Enzo, somos nosotros. Tú familia —contesta Tanya. — ¿Enzo? —pregunta, con el ceño fruncido. —Mi amor —solloza mi madre —por favor no juegues con nosotros ¡No es divertido! Todos contemplamos la reacción de mi hermano, pero su semblante de confusión no cambia en ningún momento y la inquietud y el miedo continúan creciendo conforme pasa el tiempo. —¡Doctor, doctor! —grita mi madre, saliendo de la habitación con el rostro bañado en lágrimas. —Enzo, por favor —grita Emilio desde el otro lado de la habitación—. No nos hagas esto. El alu

