Durante los combates de practica que hemos tenido el señor Cornelius y yo en los últimos años solo ha utilizado una de sus magias únicas a la vez ya que me dijo que el cuarto de entrenamiento de la biblioteca no podría soportar ambas magias al mismo tiempo, pero hoy es diferente por primera vez estamos fuera de la biblioteca y el señor Cornelius no planea contenerse, estoy tan nervioso que mis piernas no dejan de temblar, de pronto la voz firme y fuerte del señor Cornelius interrumpió mis pensamientos.
— ¡Si tienes tiempo para fantasear frente a tu oponente será mejor que estés preparado para morir Alexander! —
No paso ni un segundo después de que el señor Cornelius terminara de hablar cuando una presión mágica inmensa rodeo todo el campo y una gran tormenta cubrió el sol sobre nosotros, y antes de que pudiera parpadear el señor Cornelius apareció frente a mí envuelto en una armadura de electricidad de color blanco que cubría todo su cuerpo y con uno de sus puños apuntando a mi estómago, por el susto apenas logre recubrir mi cuerpo con mana para recibir el impacto con el menor daño posible, pero creo que fui muy positivo al respecto, en el momento en que el puño del señor Cornelius impacto contra mi estómago pude sentir un inmenso dolor agudo recorriendo todo mi cuerpo justo antes de salir volando sin control, y cuando creí que no podría ser peor el señor Cornelius apareció tras de mí y volvió a golpearme pero esta vez en la espalda cambiando mi dirección en pleno vuelo sin dejarme reaccionar y así sucedió repetitivamente, durante algunos segundos fui brutalmente golpeado sin posibilidad de defenderme y justo antes de perder la conciencia pude escuchar la voz del señor Cornelius como un ligero susurro.
— Esta es la diferencia de la afinidad, ahora te toca a ti buscar la forma de acortar esa diferencia hi… —
No logre escuchar por completo las palabras del señor Cornelius ya que perdí la conciencia, no sé cuánto tiempo paso pero cuando abrí mis ojos me encontraba en mi habitación dentro de la biblioteca, me duele todo el cuerpo y tengo partes de piel cauterizada en donde me golpeo el señor Cornelius, después de examinar mi condición actual un sentimiento de frustración y enojo me domino por completo que no pude evitar gritar con todas mis fuerzas y con lágrimas en mis ojos.
— ¡Maldita sea! ¡Ni un maldito rasguño! ¡8 años y ni un maldito rasguño! —
Solo podía repetir esas palabras mientras golpeaba el colchón de mi cama repetidas veces, después de unos minutos mi ira se redujo y tras un enorme suspiro solté en un leve susurro.
— Supongo que aún no soy rival para el señor Cornelius —
Tras decir esas palabras me dispuse a buscar al señor Cornelius para agradecerle por su tiempo el día de hoy, pero justo después de ponerme de pie 2 inmensas presiones mágicas azotaron mi cuerpo agonizante, se podía sentir como el aire era tan denso que apenas podía respirar, me concentre en distribuir mi mana en mi cuerpo para resistir el cambio de atmosfera y poder pensar con lucidez, poco segundos después logre reincorporar mis sentidos y centrarme en las dos presiones mágicas, con tranquilidad cerré mis ojos y me concentre.
— Una de las dos presiones es la del señor Cornelius, pero la otra no la conozco y lo peor aún es que la otra presión mágica se siente más fuerte y oscura —
Mientras sentía las presiones mágicas algo me inquietaba, poco a poco la presión mágica del señor Cornelius se vuelve más y más débil, al sentir esto entre en pánico y salí corriendo lo más rápido que pude de mi habitación que se encuentra en el 4to piso de la biblioteca con rumbo a la salida, pero de pronto unos temblores generados por el choque mágico comenzaron a deteriorar la estructura de la biblioteca que comenzaba a derrumbarse sobre mi cabeza, intente moverme más rápido pero mi cuerpo estaba en un estado deplorable por mi encuentro anterior, tambaleándome por los continuos terremotos me acerque lo más rápido posible a la puerta de la biblioteca, pero cuando me encontraba justo al frente de ella una gran explosión de luz derribo la biblioteca y me cegó.
Débil y con mis sentidos aturdidos intente salir de los escombros lo más rápido posible para encontrar al señor Cornelius, avance por los escombros asustado y herido cuando de pronto me percaté de que las inmensas presiones mágicas habían desaparecido, el miedo y la preocupación desbordaron mi mente y comencé a arrastrarme con desesperación por los escombras los más rápido posible y de pronto la figura de un hombre de por lo menos 2m de alto y tan musculoso como una bestia apareció a lo lejos, una gran melena de color n***o azabache, una ondeante barba rojo y negra como si de fuego se tratase y una sonrisa de oreja a oreja que me daba escalofríos, pero después de reincorporarme tras esa impresión algo aún más aterrador capto mi intención en las manos de aquel hombre yacía el señor Cornelius completamente inerte como si fuese un muñeco, después de unos segundos una voz espeluznante y sombría retumbo por todo el lugar.
— ¡El mago más poderoso decían! ¡No crees que ese apodo ya te queda muy grande R – A – I – J – I – N! ¡Hahahaha! ¡Que bromas tan buenas les gusta hacer a estos malditos nobles! ¡Y pensar que antes eras tan temido en todo el continente! —
Tras el espeluznante discurso del hombre solo pude ver como él se acercó al señor Cornelius y susurro algo en su oído, segundos después la mano del hombre se cubrió con una magia de color n***o brillante y en menos de un parpadeo atravesó el pecho del señor Cornelius, y un grito ahogado salió de mi boca.
— ¡Nooooo! —
Poco después de eso aquel hombre viro su cabeza en mi dirección y sentí como si estuviera frente a un monstruo, todo mi cuerpo comenzó a temblar y sudar, antes de que lo pudiese notar el hombre apareció frente a mi cubierto por un mana oscuro que no me permitía ver su apariencia más allá de su complexión y sus espeluznantes ojos color violeta, que de completamente helado, no podía respirar y justo cuando creí que era mi fin cerré mis ojos con fuerza y poco después pude escuchar la voz del hombre susurrándome al oído.
— Tranquilo polluelo aun no es tu turno, aun tienes que saborear la desesperación y la soledad —
Tras escuchar esas palabras un silencio absoluto gobernó el ambiente y tras algunos segundos abrí los ojos lentamente, el hombre había desaparecido, cuando me recupere del susto, no pude evitar gritar con todas mis fuerzas.
— ¡Padre! ¡¿Dónde estás?! —
Después de unos segundos la sutil y débil voz del señor Cornelius se escuchó a lo lejos.
— Alex…….ander —
Me arrastre lo más rápido que pude al origen de la voz y cuando llegue me encontré con una imagen que se quedara grabada en mi mente, el hombre que me crio y a quien consideraba mi única familia se encontraba frente a mi acostado en el suelo cubierto de sangre y con un agujero inmenso en el centro del pecho, sus ojos parecían vacíos y apagados, al verlo no pude evitar acercarme, llorar, gritar y suplicar.
— ¡Por favor no me dejes! ¡Por favor padre! ¡Los magos de la escuela de van a curar! ¡Por favor resiste! ¡Voy a buscar ayuda! ¡Tú resiste! —
Al terminar de hablar me dispuse a buscar ayuda pero antes de que pudiera voltearme la mano del señor Cornelius me toco el rostro, tras ese gesto mire fijamente al señor Cornelius con lágrimas en mis ojos, el señor Cornelius limpio las lágrimas de mi mejilla con su pulgar y con una leve sonrisa me dijo.
— Vive tu vida…… Viaja por el mundo……. Enamórate……. Sé un hombre que cuide a su familia y a los suyos……. Y…….. Nunca olvides……… que tu…….. Eres Alexander Nihil……. Mi……. Y……… Mi orgullo……. Nos vemos después……. Hijo……………………. —
Las lágrimas brotaron más y más de mis ojos al escuchar las últimas palabras del hombre que me acogió y me cuido como un padre, entre lágrimas interminables y sollozos le dije a mi padre.
— Lo juro, juro que viviré esta vida al máximo y gracias por todo padre —