(16) A la mañana siguiente, un hermoso sol me despierta deslumbrando mi cara deslavada. Yo me siento muy feliz y completa. A mí lado ya no está el doctor Mark, así que me levanto y me pongo sus pantuflas y su suéter de lana que me tapa lo suficiente como para salir hacia la sala. Yo lo busco como una loca y al llegar a la sala, me doy cuenta que está sentado ahí con un nuevo traje color azul marino y su bata. Parece tranquilo leyendo el periódico, con una sonrisa me acerco a él mientras mis piernas desnudas son más atractivas con este suéter. -Buenos días.-Le dejo un beso en su mejilla inesperadamente, mientras me siento en el sillón y trató de atraer el calor, pasando mis manos por mis brazos. Él me mira muy poco, parece frio y no el de anoche. -Tomate una ducha y puedes llevarte alg

