Capítulo III

1584 Words
Narra Evangelina Antes de ingresar a la habitación VIP del club, ingresé a ducharme en el baño privado de la oficina de Beltrán, odiaba oler a sexo provocado por ellos. Me puse la ropa interior de encaje rojo que había traído para la ocasión, por encima me puse una chaqueta de cuero que me llegaba a las rodillas, los zapatos de aguja combinaba con todo mi vestuario. Cuando salí mire a un castaño que me esperaba en el pasillo. —Sie wissen bereits, was Ihre Mission ist, Sie können nicht von unserem Ziel abweichen—tradución:Ya sabes cuál es tu misión, no puedes desviarte de nuestro objetivo—me recordó Adler. —No es necesario que me lo digas, ya lo sé—respondí en español enojada—. Ahora vete y dile a mi padre que mañana le llevaré el informe—le pedí. Adler se marchó con un gesto molestó, sabía que odiaba cuando le hablaba de esa manera, especialmente después de que follaramos. Me desplace hasta llegar a la habitación, abrí la puerta he ingresé. La bestia cuyo nombre era Dalton, me esperaba tranquilamente sobre un sofá que se encontraba en la habitación, que por cierto estaba equipada con baño, comida y objetos sexuales: era realmente impresionante. —Espero no haberte hecho esperar mucho tiempo—le dije quitándome la chaqueta, dejando expuesto mi ropa interior. Él simplemente me miraba sin ninguna expresión, solo sostenía en su mano un vaso con alcohol. Observé la botella sobre la mesa, al parecer había bebido más de la cuenta ya que la botella estaba por la mitad. Él dio un último trago, colocó el vaso sobre la mesa y se puso de pie. Su expresión era de furia pura, se acercó a mí realmente enojado. —Nadie me hace esperar, mucho menos una desconocida—me dijo tomándome del cuello fuertemente, me acorraló contra la pared, lo hizo de una manera brusca. No me queje de dolor ya que estaba acostumbrada a este tipo de hombre, además estaba entrenada para situaciones como está. —geh zum fick i***t—traducción: vete al carajo imbécil —le dije con una sonrisa—.Follame de una vez, quiero sentir el poder de la bestia—le dije desafiándolo lo más calmada posible, resistiendo la presión de sus dedos en mi cuello. Él simplemente se quedó en silencio por unos segundos, analizado mis palabras. —Lo siento preciosa, pero el amo aquí soy yo—respondió cerca de mi boca, como queriéndome intimidar. Poco después me soltó del cuello para quitarse su traje, el cual lo dejó sobre el mismo sofá donde estaba sentado con anterioridad. Al parecer el rumor sobre que le gustaba cuidar sus trajes eran ciertas, pensé que era una estúpida y innecesaria manía. Luego se acercó a mí y me ordenó que me quitará la ropa, que solo me quedará en tacones. Lo obedecí sin protestar, debía por los momentos dejar que él tomara el control de la situación. Cuando lo hice su mirada se oscureció, me vio de arriba hacia abajo observando mi cuerpo—.Eres muy bella—pronunció acariciando mi mejilla—.Ahora dame el placer que dicen que eres capaz de dar—mencionó con picardía. Sabía su significado y no comprendía porque a todos los hombres les gustaba comenzar con una mamada, como si fuera una especie de prueba para ellos; sin embargo, no era el momento de pensar en esas cosas debía concentrarme en lo que iba hacer y poner en práctica una de mis técnicas. Me arrodille hasta quedar frente a su polla, no comencé lamiendo su polla como lo solían hacer otras mujeres, sino al contrario bese sus bolas(testículos) esa era también una zona sensible y excitante para ellos, mientras lo hacía tome con mi mano derecha su polla para masturbarlo, lo jalaba de arriba hacia abajo lentamente, poco a poco sentí humedad en la cabeza de su m*****o, eso provocó que me detuviera para chuparle en esta ocasión su polla, la cubrí por completo con mi boca, mire que su expresión en su rostro había cambiado, a una de placer. Se la chupe, pero haciendo presión con mis dientes, mientras lo hacía sentí su polla completamente dura, sus venas estaban hinchadas, coloque mi dedo pulgar y el índice en forma de anillo en la base de su polla para presionarlo por unos segundos, esa presión más la chupada que le estaba dando provocó que la bestia gimiera en casi un susurro. Luego alejé mi boca para hacer la misma presión con mis dos dedos en la punta de su polla donde estaba la uretra, presioné ese lugar por cuatro segundos, luego lo seguí masturbando con mi mano por unos segundos más, volví a presionar su orificio para evitar que eyaculara—.¿Que haces?—preguntó con dificultad. Quite mis dedos por unos segundos, pero volví a presionar esa zona una y otra vez. Él estaba un poco desesperado porque estaba deteniendo que se viniera. Decidí dejarlo de torturar, quite mis dedos para que tuviera la libertad de hacerlo, solo fue cuestión de segundos cuando su semen salió de él. Me puse de pie y me senté a la orilla de la cama, esperando que terminara su momento privado. Segundos después, él se dio la vuelta para acercarse a mi—.Ahora es mi turno preciosa—dijo lanzándome levemente sobre la cama Se acomodó entre mis piernas, y me penetró de golpe, sin ninguno cuidado. Era como un animal salvaje. Yo no dije ni pronuncié nada, no iba a permitir que el tuviera poder sobre mi. Gemidos, ni llantos de dolor salían de mi boca, esos sentimientos los había reprimidos hace mucho tiempo con tipos con él, quienes eran unos monstruos. Él al darse cuenta que no gemía de placer se detuvo y de nuevo su mirada era de rabia—.¿Por qué?— preguntó sin formular por completo la pregunta por su desconcierto. Sonreí ante sus palabras, pase mi brazo detrás de su cuello para acercarlo más a mí boca. —No Siempre tendrás lo que quieres bestia— le dije seductoramente—. En ocasiones es bueno dejarse dominar por otra persona—musite besándolo apasionadamente. Mi beso lo tomó por sorpresa, pero poco a poco él se dejó llevar por mi. De una manera a otra la excitación creció en ambos, me penetró de nuevo, pero está vez era diferente más sutil, más apasionado, eso provocó que está vez si gimiera de placer, él me silenció con otro beso, sentía mis labios hinchados. Con su boca beso mi pezones para luego morderlos levemente, sus embestidas era exquisitas y profundas y eso me sorprendió ya que no se estaba comportando salvajemente. Era increíble cómo había cambiado su manera de follar, ¿Será que pude dominar a la bestia? No tenía la respuesta con certeza, pero este momento lo iba a provechar al máximo. Decidí dar el broche de oro con otra de mis técnicas para dejarlo con una buena impresión. Cuando sentí su polla dentro de mi lo capturé con fuerza usando mis músculos vaginales, sabía que esa presión excitaba a los hombres, practicándolo se podría tener buenos resultados. Hice la misma técnica una y otra vez, la bestia al parecer estaba disfrutándolo, deje de torturarlo ya que por su expresión sabía que pronto se vendría. Él de un momento a otro, colocó mi pierna a un costado, para tener otro ángulo para follarme, me cogió de una manera tan deliciosa que la humedad en mi coño creció considerablemente, en esta ocasión la que estaba disfrutando era yo. Sus embestidas provocaban que mi cuerpo se moviera con fricción y que mis senos rebotaran levemente por las embestidas, estaba a punto de venirme y aunque no quería hacerlo para demostrarle que él no tenía control sobre mi, no pude evitarlo: Gemí por última vez en esta ocasión de placer y satisfacción, él también había llegado al clímax dentro de mi. Nuestras respiraciones eran agitadas, mi corazón latía más rápido de lo normal. En ese momento cuando salí del frenesí, caí en cuenta de mi misión. Me levanté de la cama, me puse de espalda para colocarme mi ropa interior, luego me coloqué mi chaqueta. No lo hice tan rápido para darle tiempo a que él hablara, de eso dependía el resto de mis planes. Esperé por varios segundos pero él no habló. Así que me desplace a la puerta, pero cuando iba a tomar el pomo pronunció: —Quiero volver a verte. Me di vuelta, estaba casi vestido, solo le faltaba el saco. —Me volverás a ver, te lo aseguro—le dije antes de salir de la habitación. Caminé por aquel pasillo con una sensación diferente, y no sabía porque. Alejé ese tipo de pensamiento de mi cabeza. Estaba feliz de haber logrado mi objetivo: había dominado a la bestia y ese era mi primer paso. *** Diccionario: —p***s captiva. Es una práctica s****l común en Tailandia, que genera mucho placer. Consiste en “capturar” con fuerza el pene usando los músculos de la v****a. —Técnica del Press: Cuando el orgasmo del hombre se aproxima, se oprime con el pulgar y el índice el extremo del glande durante cuatro segundos para taponar la uretra; después, se aprieta la base del pene otros cuatro segundos. Se repite tres veces y se permite la eyaculación. Así, el clímax del hombre es más intenso
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