¡Podría ser tu padre!

6- La mejor villana

Lilian

— Fue increíble todo señor Echeverría, me quede con mucha información valiosa — Ámbar habla con mi papá supongo que de trabajo.

— ¿Vamos querida? — la empujo.

— Lil hija — mi papá me regaña y lo miro mal.

— ¿Qué? Es mi amiga y deja de tratarme como si tuviera 12 años — abro los ojos y lo regaño.

Sacude la mano y se va seguramente ofendido, pero tiene que entender que casi tengo 24 años no puede ponerse así.

— Lil sos muy agresiva con tu papá, él es amable y...

— Y es tu jefe, deja de chuparle las medias, porque también es mi jefe, pero no me va a mandar, además hay otras cosas de que hablar — salimos para buscar mi auto.

— Si, es verdad, pensé que dijiste que no te gustaban los ejecutivos o empresarios — ruedo los ojos mientras subo al auto.

— Es que a este lo conocí antes, así que puedo hacer una excepción. — suspiro.

— Te tiene bien desquiciada — la miro con una sonrisa pícara.

— Ambi a este no me lo quita nadie, juro porque me llamo Lilian que Danniel termina en mi maldita cama sea como sea. — abre los ojos sorprendida.

— Si él quiere ¿No? — ruedo los ojos y lanzo una risa mientras conduzco.

— Él quiere estoy muy segura — ya me imagino a Ámbar mirándome confundida y preguntándose.

— ¿Cómo podes saberlo? — exactamente eso, la conozco.

— Lo sé, porque veo como me mira, siento como me mira cuando no estoy viéndolo y analizo su expresión corporal. — freno en su casa y la veo pensativa.

— Y la edad, quizás la edad lo frene, que sos la hija de su amigo, ¿Él no es amigo de tu papá?— asiento tranquila.

— Ambi, en la vida hay que ser decidido sin importar los obstáculos, yo no soy solo una mujer decidida, soy demasiado obstinada y aprendí que cuando quiero algo no existe traba para conseguirlo — se sonríe y niega.

— Si fueras la villana de una historia serías la peor — lanzo una carcajada.

— La mejor dirás, siempre soy la mejor — rueda los ojos y abre la puerta.

— Creo que a veces no hay forma de conseguir a todo hombre que nos guste, hay ciertas limitaciones— resoplo y niego mirándola.

— Créeme Ámbar, si te gusta alguien no dejes que nada te frene, nada es nada — se sonríe dudosa. — Nada Ámbar, siempre hay un punto débil al donde atacar y ahí es tuyo — baja y gira para saludarme en la mejilla por la ventana.

— Quizás tenes razón, no lo sé, pero estás loca Lil — me comienzo a reír.

— Lo sé y los locos siempre tienen la razón— se aleja riéndose.

— Te amo amiga — le lanzo un beso y arranco el auto.

— Yo también te amo — respondo mientras me alejo.

..........

— Dale Demiancito no seas amargado — camino tras él mostrándole ropa.

— ¿Vos me viste cara de asesor de imagen Lilian? — sonrío apenada y a la vez rogándole.

— Necesito opinión masculina, ¿Qué te cuesta? Ahora sos mi Liv — se gira serio, no le gustó mucho mi comentario.

— Dale Lilian, no jodas, ¿Siempre te ayuda tu hermana a vestirte? — asiento avergonzada

— Más aún si es para conquistar a alguien — rueda los ojos y niega caminando escaleras abajo.

— Que patética — se empieza a reír y quiero matarlo, pero lo dejo, porque sé que no se ríe seguido este amargado.

— ¿Me vas a ayudar entonces?— se gira riéndose.

— Si, te voy a ayudar diciéndote esto — se aclara la voz — Ese tipo no está interesado, quizás tiene novia, mujer inclusive esposa e hijos — ruedo los ojos.

— Si quizás, pero no me importa — me mira horrorizado.

— No te tenía roba novios o maridos — resoplo.

— No lo soy — me mira sin entender — Bueno a veces digo que si haría lo que sea por conseguir lo que quiero, pero siempre y cuando vea que yo no estoy destruyendo nada que no estaba destruido antes — arquea una ceja confundido. — No voy a romper una relación, sé que Danniel es soltero, como mucho tendrá alguna amante casual por ahí, pero no mucho más y si tuviera novia y me mira como me mira, no es un buen novio — Demián analiza lo que le dije.

— ¿Entonces para que lo querés si es un mal novio? — me acerco y apoyo mi mano en su hombro.

— Antes eras chévere primito, lo quiero para sexo, pura y exclusivamente para sexo — rueda los ojos— Yo estoy joven para atarme — me alejo subiendo las escaleras.

— ¡La blanca! — Me giro sin entender lo que dice — La camisa blanca es más traslúcida — sonrío— Solo digo y no me molestes más — camina a la cocina y sonrío ante el gesto de mi primo.

— ¡Te amo primito! — grito subiendo.

— Si lo volves a decir te echo — me empiezo a reír mientras me preparó para hoy.

¡Danniel no sabrá que lo golpeo!

Termino de arreglarme y no veo a Demián, supongo que estará encerrado en su habitación como de costumbre. ¿No sé qué hace? Creo que... ¿Llorará? No me gusta pensar en eso, me pone mal, él siempre fue tan... ¿Insensible? O era lo que se veía, verlo desanimado y deprimido no está bueno.

Escuché que toca la guitarra y canta, debería dedicarse a eso quizás le devuelve un poco el espíritu y la espera se le hace menos larga.

Ya me encargaré de Demiancito.

.....

Voy llegando a la oficina y lo veo entrar, que hermosura de hombre, me encanta como le quedan los pantalones de vestir, tiene un aire a esos empresarios pero relajado, no usa corbata, cosa que me encanta y sonríe mucho cada vez que saluda a los empleados.

No iba a molestarlo tan temprano, pero viendo que subirá solo al ascensor, no puedo perder la oportunidad, apresuro el paso y entro casi antes de que cierre.

Me observa solo por un micro segundo y mira su teléfono como si no me conociera. ¡Qué mal educado!

— ¡Bueno días Danniel! — No me mira.

— ¡Buenos días Lilian! — sigue mirando su teléfono. ¡Este hombre es frustrante!

No voy a arrastrarme por su atención, la voy a conseguir.

Me apoyo mirando los números del ascensor correr ¿Tendrá cámaras? Me vale.

Lo miro tan "Concentrado", fingiendo que no me presta atención.

Subo solo un poco el dobladillo de mi falda, para subir mis manos y poder quitarme la ropa interior y tendrían que ver su cara.

¡Yo sabía que no me era indiferente!

Porque la forma en la que acaba de mirarme, lleno de deseo, como si me hubiera imaginado empotrada contra la pared del ascensor gimiendo por él, es prueba de que lo desea tanto como yo.

¿Por qué sufrir no?