Aleksei se colocó de rodillas sobre la cama, tomó el vibrador que había dejado junto a ella, observando como los ojos de Nyx se encontraban desorbitados. Su cuerpo era hermoso, pero se veía aun más hermosa disfrutando del placer que solo él podía brindarle. Observó el aparato morado en su mano y con la voz grave preguntó: —¿Lo has introducido? —preguntó él con la mirada profunda. Nyx tragó con dificultad y con su voz rasposa por el placer que la estaba consumiendo, negó con la cabeza. Ella jamás había tenido algo dentro de su v****a, ni siquiera ese vibrador. —Perfecto —dijo Aleksei con una sonrisa ladeada, con el pecho hinchado por su creciente ego de saber que no había nadie antes que él—. Porque mi polla, será lo primero que entre en tu dulce coño, malyshka —agregó antes de regresa

