—Que sea vodka entonces —responde con una sonrisa, apoyando ambos brazos sobre la mesa.
Nyx me observa, sus ojos chispean de curiosidad y algo más que no alcanzo a definir. Apoya los codos sobre la mesa, entrelazando las manos, y eso me hace notar un mechón rebelde de su cabello cayendo sobre su rostro. Ella lo aparta con un movimiento rápido, casi impaciente, y yo tengo que contener la sonrisa que amenaza con formarse en mis labios.
—Quiero saber más de ti, —empieza, su voz es suave pero decidida. Inclino la cabeza, llevando el vaso que acaban de dejar frente a mí a mis labios.
—Ah, ¿sí? —pregunto con sorpresa a su curiosidad. Mientras dejo que el licor me queme la garganta y la miro por encima del borde del vaso. Sus palabras despiertan una chispa de diversión en mi interior, pero ta
