La mañana había comenzado con una calma inquietante para Nyx. Ella se había abstenido de salir de su habitación, atenta a su ventana con la esperanza de que pronto Aleksei se largara para salir libremente. Habían pasado dos días en los cuales, ambos parecían evitarse. Lo cual para Nyx estaba bien, aunque sabía que tarde o temprano tendría que verlo. Eran casi las nueve de la mañana y Nyx moría de hambre, rehusándose a esperar más tiempo a que el hombre con el que vivía se fuera, decidió bajar para desayunar algo, y o primero que vio fue a Aleksei al pie de la escalera. —El compromiso es en dos días —dijo Aleksei con un tono serio, apenas dirigiendo su mirada hacía ella, se encontraba ajustando los botones du chaqueta negra—. Necesito que elijas la decoración, hay un lugar donde seguro en

