Valentina se tapó los ojos, aún sonrojada, y negó con la cabeza, aunque una sonrisa divertida se asomaba en su rostro. —¡No te burles, Nyx! Todo comenzó cuando fui por un vaso de leche, nos besamos y una cosa llevó a la otra. Pero él es… es tan diferente cuando estamos a solas. Nyx se sorprendió, pero en verdad estaba emocionaba con la idea de Valentina y su primera vez, aunque Dmitry era serio y arrogante, el rostro de su amiga indicaba que lo había disfrutado y eso la tranquilizaba y la alegraba a partes iguales. Nyx se quedó un momento más en la habitación de Valentina, mientras las dos hablaban de la intensidad de los dos rusos. Después de una extensa charla con detalles incluidos de la experiencia de ambas en su primera vez, Nyx ordenó que le llevaran el desayuno a Valentina, pues,

