Sentí como dos brazos fuertes me sostuvieron y miré a Aramis a mis espaldas, él se veía un poco molesto y no entendía el motivo. — Así que consideras a Izan apuesto — él me susurró con cierto enfado y vio al chico mencionado — y tú, ¿Qué carajos estás haciendo aquí? — Alfa, he venido a darle el informe de la vigilancia nocturna, como siempre. — ¿Acaso no puedes venir en forma humana? — él me sostenía de los hombros como si fuera de su propiedad — ¿O es qué te gusto que Dagny te besará dos veces el otro día? — ¡¿Qué yo qué?! — mis ojos por poco se salen de mis cuencas — ¿Acaso… Ese día…? — Sí, besaste a Izan y esa fue mi molestia — pude sentir cómo él estaba enojado —. No me enojé contigo, nunca lo haría. — Alfa, yo no sabía que ella era tan importante para usted — Izan bajó la cabez

