La gerente de la villa se mostraba un tanto sorprendida, no entendía su asombro totalmente, puesto que a lo mejor existían otras explicaciones. —Quizás has utilizado menos fuerza conmigo porque no querías tener problemas con Aramis. De igual manera, no importa mucho, no quiero una niñera, así que te puedes ir tranquila. —Pero señorita Dagny… —Te voy a pedir dos cosas, la primera es que me dejes de decir, señorita Dagny. La otra es que me digas tu nombre porque no quiero vivir diciéndote la gerente de la villa. —Soy Selene, ¿Cómo desea que le diga? —Quiero que me digas Dagny, tanta formalidad no va conmigo —le sonreí y puse mi mano en su hombro —. Gracias por ser tan amable, Selene. —Le ofrezco disculpas por el comportamiento de mis hermanos, tanto de Helena como de Dimitri. Ellos son

