CAPÍTULO 6

1518 Words
ÁNGEL Me acabo de casar y me acuerdo de la frase que mi padre me decía sobre el matrimonio cada año, cuando celebraba su aniversario de bodas con mi madre. “El matrimonio es como un salto al vacío, pero para que todo funcionara después de la luna de miel hay que tener los pies en la tierra”. Jamás he entendido que me quería decir con eso, y ahora que me acabo de casar sigo sin entenderlo. Por otro lado, mi madre siempre decía que mi padre no era el yerno perfecto que mi abuela deseaba para ella, pero mi abuela siempre supo que cuidaría de mi madre y de mí, aunque se le fuera la vida en ello. El problema era que él se jugaba la vida demasiadas veces y yo creo que herede eso de él porque estoy a punto de jugarme la vida por defender a los míos, al igual que él lo hizo en su momento. - ¡Riiin, Riiin! - ¿Les dejaron entrar con sus teléfonos? – les pregunto después de escuchar un teléfono sonar. - No – responden en coro. - Entonces, supongo que se trata de tu teléfono – le digo al director acercándome a él – ¿O me equivoco? – le saco el teléfono del bolsillo de su chaqueta y al ver el identificador de llamadas no me queda duda de nada de lo que Núñez me advirtió. - ¿Quién es? – me pregunta Venus con curiosidad. - Por su cara de enojo no debe ser alguien que le agrade mucho – dice Hiena. - Es el desgraciado de Bruno – digo y veo como Venus se pone nerviosa – Con esta llamada me queda claro que el Tuerto y este fueron comprados por Bruno para matarme. - ¿Qué? – dice Hiena. - ¡Diablo! – me llama Núñez – Si es verdad lo que acabas de decir. La mejor manera de saberlo con certeza es que contestes la llamada. - Núñez tiene razón – dice Hiena. - Toma – me dice Núñez dándome su teléfono. - ¿Para qué me das tu teléfono? – le pregunto sin entender. - Si pones el speaker del teléfono, cuando contestes la llamada con mi teléfono, vas a poder grabar la conversación y con esa grabación, vamos a poder denunciarlos – me dice Núñez. - Es una excelente idea – dice Venus – A demás, nos ayudaría a demostrar que compro a un preso y al director del penal para que te mataran – termina diciendo y yo me doy cuenta de que tiene toda la razón. Tomo el teléfono de Núñez y lo pongo a grabar para contestar la llamada. Inicio de llamada. - Necesito que se deshagan de Ángel hoy mismo, ya que parece ser que lo van a dejar libre porque se descubrió que es inocente y eso es algo que jamás voy a permitir – dice al otro lado del teléfono alterado – Me estás escuchando o es que acaso te has vuelto mudo primo – nos quedamos en shock sin creer lo que habíamos escuchado. “Primo” - Ahora mismo tu primo no te va a poder atender – le digo con tranquilidad. - ¿Quién habla? – pregunta con sorpresa. - ¿Qué paso Bruno? Como puede ser que te hayas olvidado de mi voz – le digo con sarcasmo y escucho como empieza a respirar pesadamente al otro lado del teléfono. - ¡Ángel! – dice en un tono de voz bajo. - Si soy yo – hago una pausa – Como te dije, ahora mismo tu primo no te va a poder atender, ya que lo tengo amarrado a una silla y amordazado, porque me enteré de que entre él y el Tuerto me querían matar. ¿Lo puedes creer? Pero por alguna extraña razón, me imaginé que tú estabas de tras de todo esto, y al parecer no me equivoque, por lo que acabo de escuchar – le digo en un tono divertido y escucho al otro lado varias cosas romperse. - ¿CÓMO TE ENTERASTE? – me dice gritando y yo me doy cuenta de que conseguimos lo que queríamos que era provocarlo. - Acuérdate que el que se enoja pierde – le digo. - ¡RESPÓNDEME! - Porque no todo el mundo que trabaja en la cárcel es sobornable. Hay policías honestos, aunque no lo creas – le digo. - No vas a salir vivo de ese reclusorio – me dice en un tono amenazante y yo me rio. - ¿Quieres apostar a que sí? – le digo divertido – Y cuando lo haga, te aconsejo que te escondas muy bien, porque te voy a estar buscando hasta por debajo de las piedras, y cuando te encuentre te vas a arrepentir de todo lo que has hecho incluso te vas a arrepentir de haber nacido. - Eso mismo me dijo el ingenuo de tu abogado, y pues, me toco matarlo, porque metió sus narices donde nadie lo llamo, al igual que su hija, a la cual traté de matar, pero se salvó y eso que le metí un balazo en la cabeza – dice con arrogancia y veo a Venus llorando después de escuchar todo esto. - A propósito, hablando de ella. Ya me contó lo que le hiciste y eso lo vas a pagar más caro que todo lo demás, te lo juro – le digo en un tono amenazante mientras Hiena y Núñez me miran sin entender de qué estoy hablando. - ¿Por qué tengo la sensación de que te importa más lo que le hice a esa perra que todo lo demás? – me pregunta divertido - Porque ahora es mi esposa y todo aquel que se meta con ella se mete conmigo directamente – le digo enojado y se escucha un pi… pi… unos segundos después. Fin de la llamada - Se tienen que ir ya – digo – Y tú también Núñez – lo señalo – Si Bruno hace lo que estoy pensando, esto se va a convertir en un campo de batalla en menos de quince minutos. - Pero como te vamos a dejar solo – me dice Núñez. - No te preocupes por él – le dice Hiena colocándose a su lado – Sabe cómo defenderse. - ¿Cómo puede decir eso con tanta tranquilidad? – le pregunta Núñez. - Porque fui yo quien lo enseño a pelear. Yo lo convertí en un arma letal – le dice y este lo mira sin creérselo, mientras tanto yo me acerco a Venus. - ¿Estás bien? – le pregunto y está niega con su cabeza. - Escucharlo hablar de lo que paso aquella noche … - me empieza a decir, pero se ahoga en lágrimas y yo siento la necesidad de abrazarla. - Puedo… ¿Darte un abrazo? – le pregunto y ella me mira con sus ojos, todos llenos de lágrimas. - La verdad es que lo necesito, pero cada vez que un hombre se acerca o me toca, siento asco – me dice. - Hagamos una cosa. Yo abro mis brazos y tú me abrazas. Te prometo que no los voy a cerrar – le digo y abro mis brazos mientras ella me mira sorprendida. Veo en sus ojos dudas, pero finalmente me abraza y yo tal y como le dije no los cierro. - Gracias – me dice con su rostro hundido en mi pecho. - No tienes nada que agradecer – le digo en un tono de voz suave. - Siento interrumpirlos, pero tenemos que irnos – dice Hiena haciendo que Venus deje de abrazarme. - Llévense esto – les digo entregándoles el teléfono con la grabación – Preséntenselo al juez – digo y miro a Hiena – Zài tāmen xiàng fǎguān chūshì zhè duàn lùyīn hòu, wǒ xūyào tāmen dài Núñez qù xúnzhǎo tā de jiārén, bìng wèi tā zhǎodào yīgè tā zhǎo bù dào tāmen de ānquán dìfāng (Después de que le presenten esta grabación al juez, necesito que lleven a Núñez a buscar a su familia y le consigan un lugar seguro donde no los encuentren). - Bié dānxīn, wǒ huì chǔlǐ hǎo de (No te preocupes, yo me encargo) – me dice Hiena. - Voy a tener que aprender chino para saber qué dicen – dice Venus en un tono divertido limpiándose las lágrimas. Hiena y yo nos reímos. - No va a ser necesario, cuando salgan de acá, Hiena te va a decir de qué estábamos hablando – le digo y comenzamos a escuchar mucho alboroto acercándose. - ¿Qué está pasando? – dice Venus asustada. - Que el Tuerto y sus matones viene a buscarme – le digo con tranquilidad – Tienen que irse ya – les digo y Venus me mira, y yo me doy cuenta de lo que está pensando – No te preocupes, que no te voy a dejar viuda tan rápido. - ¿Cómo sabías qué estaba pensando? – me pregunta. - Te lo respondo cuando nos volvamos a ver – le digo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD