ÁNGEL
Al tener el teléfono en mis manos marco el número y me lo pongo en la oreja y escucho como empieza a sonar.
Inicio de llamada
- Bueno. ¿Quién habla? – me pregunta al contestar la llamada.
- Wǒ shì Tiānshǐ (Soy Ángel) – le digo en chino para que Núñez no sepa qué estoy diciendo.
- ¿Qué pasa? ¿Estás bien? – me pregunta en un tono de voz preocupado.
- Rúguǒ wǒ méishì bié dānxīn, dàn wǒ xūyào qǐng nǐ bāng gè máng (Si estoy bien, no te preocupes, pero necesito pedirte un favor) – le digo.
- Tú dirás – me dice.
- Wǒ xūyào nǐ zhàogù yīgèrén, yǐmiǎn tā chūshì (Necesito que cuides de alguien para que no le pase nada) – le digo.
- ¿De quién se trata? ¿Y por qué quieres que proteja a esa persona? – me pregunta.
- Zhè shì guānyú wéi nà sī·wéi lā sāi nuò de, wǒ xūyào nǐ bǎohù tā, yīnwèi tā yǒu zhèngjù zhèngmíng wǒ shì qīngbái de (Se trata de Venus Villaseñor y necesito que la protejas porque ella tiene las pruebas que demuestran mi inocencia) – le digo.
- Eso es una excelente noticia – dice con alegría – No te preocupes, yo la protejo, es más, si es necesario la llevo a Liànyù para que no le pase nada mientras el juez evalúa las pruebas y decide dejarte libre – me dice muy seguro.
- Wǒ rènwéi méiyǒu bìyào zǒu nàme yuǎn, dàn wǒ xūyào de shì ràng nǐ lìjí lái dào zhèlǐ. Wǒ bùxiǎng ràng tā yīgèrén méiyǒu bǎohù (No creo que sea necesario llegar a tanto, pero lo que si necesito es que te vengas para acá de inmediato. No quiero que ande sola sin protección) – le digo.
- Ahora mismo salgo para haya – me dice – ¿Necesito saber cómo es físicamente? – me pregunta.
- Tā yǒu cuì lǜsè de yǎnjīng, zhǎng Zhang de jīnsè bōlàng zhuàng tóufà, hé báixī de fūsè (Tiene los ojos de color esmeralda, cabello largo ondulado color rubio y es de tez blanca) – le digo mientras la miro detenidamente y ella me mira con sus ojos llenos de confusión.
- Ok. Nos vemos - me dice para después colgar.
Fin de la llamada
- Toma – le digo a Núñez mientras le doy su teléfono después de borrar el número al cual llame en el identificador de llamadas – Ahora déjanos solos – le digo y este asiente para después volver a salir del despacho.
- ¿Qué fue todo eso? – me pregunta - ¿Por qué hablaste en chino?
- Hable en chino para que Núñez no supiera lo que estaba diciendo, ahora necesito que me escuches con mucha atención – le ordeno poniéndome en frente de ella – A estas alturas estoy seguro de que Bruno ya sabe que recuperaste la memoria y lo más probable es que trate de matarte nuevamente – le digo serio y veo como ella se pone nerviosa – Tranquila. No te preocupes porque no va a poder acercarse a ti – le digo en un tono de voz bajo, pero a la misma vez con seguridad mirándola a los ojos.
- ¿Cómo puedes estar tan seguro? – me pregunta.
- Porque acabo de hablar con la única persona en la que confío y le acabo de pedir que te proteja – le digo y veo como sus ojos se le quieren salir de las órbitas – Cuando salgas de aquí te va a estar esperando a fuera – le digo.
- ¿¡Que!? – me dice con sorpresa.
- Que a partir de ahora no vas a andar sola. Esta persona va a cuidar de ti durante las veinticuatro horas del día, todos los días de la semana – le digo.
- No voy a andar con un gorila detrás de mí todo el día – me dice seria.
- No es un gorila – digo pensando en que cuando lo vea va a arrepentirse de lo que acaba de decir - Por otra parte, esto es por tu seguridad, a menos de que prefieras que Bruno logre matarte.
- Visto de esa manera no me queda de otra – me dice con resignación.
- Así es – le digo.
- ¿Cómo se llama? – me pregunta.
- Se llama Qiang Liú, pero todos le dicen Hiena – le digo y ella me mira con miedo.
- ¿Por qué le dicen así? – me pregunta con curiosidad.
- Porque es capaz de matar y comer del muerto como las hienas – le digo y veo como ella me mira con terror – Eso es lo que dice la gente que no lo conoce bien – le digo.
- ¿Con eso me estás queriendo decir que tú lo conoces bien? – me pregunta.
- Sí – le digo con seguridad y ella me mira con curiosidad.
- ¿Te puedo preguntar algo? – me dice mirándome.
- Por supuesto – le digo.
- ¿Por qué confías tanto en él? – me pregunta.
- Porque él me salvo la vida cuando yo solo tenía unas horas de nacido después de que me abandonaron en una isla en china – le digo y ella me mira aún confundida para después ponerse de pie y darme la espalda.
- Eso no puede ser. Yo te mandé a investigar y según me dijo la persona que contrate tú naciste aquí en México – me dice mientras niega con su cabeza.
- A veces los detectives no pueden averiguar ciertas cosas de la vida de los demás – le digo quedando perdido por unos segundos en mis recuerdos – Eso ahora no importa. Lo importante es que el cerdo de Bruno no te haga nada. Después de que salga de aquí yo me voy a hacer responsable de tu seguridad, pero mientras tanto Hiena se hará cargo de eso – le digo y ella me mira.
- ¿Eso quiere decir…? – me pregunta.
- Que acepto casarme contigo – digo interrumpiéndola provocando que ella me sonríe - Pero con dos condiciones.
- ¿Qué condiciones? – me pregunta nuevamente poniéndose seria.
- Quiero que firmemos un contrato de separación de bienes, no quiero que tengas miedo de que me vaya a aprovechar de la situación al final para dejarte sin la herencia que tu padre te dejo una vez que nos divorciemos – le digo y ella vuelve a sonreír nuevamente.
- Me parece bien – dice - ¿Y cuál es la segunda? – me pregunta.
- Bueno, no es una condición, más bien es una petición – digo provocando que me mirara confundida – Te pido que por ningún motivo trates de alejarte de Hiena y que confíes en él.
- Está bien. Te lo prometo – dice mirándome a los ojos.
- Bien – digo en un tono suave – ¿Cuándo quieres que nos casemos? – le pregunto.
- Pues la verdad es que no había pensado en eso, pero no puede ser de la noche a la mañana porque la gente podría sospechar que nos casamos para que yo herede la fortuna que mi padre me dejo – me dice pensativa.
- Si tienes razón, además, no nos conviene que la gente empiece a desconfiar de nosotros – digo algo pensativo – ¿Qué te parece si ponemos de plazo para la boda dos meses, después de que yo salga de aquí? – le pregunto y ella me mira confundida – Yo creo que es el tiempo que necesitamos para conocernos el uno al otro y así también vamos a poder crear una historia coherente de cómo nos enamoramos cuando la gente nos pregunte.
- Sí. Me parece buena idea – me dice y noto algo de preocupación en su voz.
- ¿Te preocupa algo? – le pregunto y ella me mira.
- ¿Por qué me lo preguntas? – me pregunta.
- Porque note tu preocupación cuando me respondiste – le digo y ella asiente - ¿Qué es lo que te preocupa?
- La prensa – me dice.
- ¿Qué pasa con la prensa? – le digo.
- Que va a empezar a indagar y a acosarnos para descubrir todo sobre nuestra supuesta relación – dice preocupada.
- Eso no va a pasar porque nosotros les vamos a contar como nos conocimos realmente – le digo y ella me mira sin creérselo.
- Pretendes contarle que nos conocimos porque a ti te condenaron por ser el autor intelectual del intento de homicidio en contra del ingeniero Federico Galván y que yo decidí tomar tu caso – me dice en un tono irónico y yo asiento en respuesta – Estás loco – me dice y yo me rio.
- Un poco – le digo juntando mi dedo índice y pulgar – Pero es la mejor manera para evitar que nos acosen y que lo descubran por sí mismos.
- En eso tienes razón – me dice.
- Bueno, cambiando de tema. ¿Cuándo vas a presentar las pruebas ante el juez para que me deje libre? – le pregunto.
- En cuanto salga me voy directamente a hablar con el juez y presentarle las pruebas – dice mientras guarda los folders en su maletín – Puede que esto tarde unos días, así que no te desesperes y por favor, no agredas a nadie, mientras tanto – termina diciendo para después dirigirse a la salida del despacho, pero se detiene y se gira para mirarme – Mi padre tenía razón – me dice.
- ¿Razón con respecto a qué? – le pregunto.
- A que eres un buen hombre, aunque trates de demostrar lo contrario – me dice para después salir y yo no puedo evitar que una media sonrisa se me escape.