CAPÍTULO 2

1789 Words
- Que se case conmigo – dice mirándome a los ojos. - ¡¿Qué?! – digo sorprendido – Creo que acabo de escuchar mal – se me escapa una carcajada. - No escucho mal – dice seria y yo dejo de reírme. - Si no escuche mal, entonces usted está completamente loca, porque jamás voy a aceptar algo así a cambio de mi libertad – le digo tajantemente. - Solamente le pido que me escuche – me dice. - Está bien la escucho – le digo. - Primero que nada, quiero que sepa que, aunque me diga que no acepta, yo lo voy a sacar de aquí y en segundo lugar porque casarnos nos conviene a ambos – me dice. - ¿Por qué dice que esto nos conviene a ambos? – le pregunto confundido. - Porque usted y yo tenemos un enemigo en común del cual nos queremos vengar – dice mirándome a los ojos. - ¿De quién habla? – le pregunto. - De Bruno Rey – me dice y veo odio en sus ojos cuando pronuncia su nombre – Ese desgraciado no nada más acabo con su vida, sino también con la mía. A usted le quito su liberta y todos sus bienes, y a mí me quito a mi padre, el hombre que más he amado en mi vida y las ganas de vivir – termina diciendo. - No entiendo que tiene que ver que los dos odiemos a ese desgraciado y queramos vengarnos de él, con que quiere que me case con usted – le digo confundido. - Usted y yo queremos acaba con él. Queremos que lo pierda todo, al igual que él lo hizo con nosotros, pero para ello necesitamos dinero y yo lo puedo conseguir – dice muy segura. - ¿Cómo? – le pregunto. - Así – me dice extendiéndome un folder que pone testamento, el cual agarro – Léalo detenidamente – me ordena. Abro el folder y comienzo a leer … – Como puede ver hay una cláusula donde dice que no podré disponer de todo el dinero que mi padre me dejo a menos de que me case. - ¿Por qué yo? – le pregunto con curiosidad – Pudo haber escogido a otro, seguramente debe de haber más gente que se la quiera cobrar al desgraciado de Bruno. - Porque mi padre dejo esto para usted y para mí – me dice mirándome a los ojos mientras me extiende un sobre donde dice “Para Ángel Salvador y mi hija Venus” y dentro de este hay una carta, la cual empiezo a leer de inmediato. Ángel y Venus Si están leyendo esta carta es porque ya no estoy vivió o porque has encontrado esta carta, quería hija. Quiero que sepan que acabo de descubrir quién es el autor intelectual del intento de homicidio que sufrió el ingeniero Federico Galván y por el cual fuiste acusado Ángel. Sé que se estás preguntando de quién estoy hablando, así que se los voy a decir sin dar tantas vueltas, se trata nada más ni nada menos que de Bruno Rey. Y antes de que se lo pregunten, si tengo pruebas de eso y de muchas otras cosas que ese desgraciado ha hecho. Estas pruebas van a quedar guardadas en el lugar más obvio de la casa, pero donde nadie se le ocurriría buscar. Hija, te quiero informar que modifique mi testamento y acabo de escribir una cláusula donde especifico que nada más vas a poder heredar toda mi fortuna si te casas con Ángel. Sé que se estarán preguntando por qué puse esa cláusula y la respuesta es que lo hice para protegerte, hija, y en la única persona en la que confío para esa tarea es en Ángel. Ángel sé que apenas nos conocemos, pero me he dado cuenta de que eres un hombre bueno y honesto. Yo sé que no tengo ningún derecho de pedirte esto, pero necesito que protegerás a Venus de todo aquel que quiera hacerle daño y la mejor manera que se me ocurrió fue esta. P.D.: Recuerden que la venganza no trae nada bueno, pero la justicia trae paz. Att. Roberto Villaseñor. Al terminar de leer la carta me doy cuenta de que Roberto me está entregando su tesoro más preciado, ¡su hija! Pero antes de decirle que acepto su propuesta hay algo que me gustaría averiguar de Venus, ya que desde que entro trata de mantenerse lo más alejada posible de mí y se tensa si me acerco a ella. - Antes de responder a su propuesta me gustaría saber qué fue lo que le hizo el desgraciado de Bruno, aparte de matar a su padre– le digo y veo como se tensa de inmediato - ¿Cuénteme? Yo tengo todo el tiempo del mundo para escucharla – digo sentándome en una de las sillas junto a la mesa. - Está bien. ¿Quiere la versión larga o la resumida? – me pegunta sentándose en la otra silla que se encuentra al lado mío. - La versión que tú quieras – le digo y veo que se desconcertó un poco cuando le hable de tú – ¿Te molesta si nos hablamos de tú? – le pregunto y está niega en respuesta. - Entonces te contaré la versión resumida. Todo empezó el 2 de septiembre de 2015, tras un día de poco trabajo en el bufete decidí irme a la casa más temprano, cuando llegue escuche a mi padre discutiendo con Bruno en su despacho a gritos. Empecé a caminar hacia el despacho y los gritos eran cada vez más fuertes, y yo no pude evitar quedarme en la puerta del despacho escuchando la discusión. Mi padre le estaba reclamando por haberle robado, pero sobre todo por haber fabricado pruebas en tu contra, por lo del intento de homicidio en contra del ingeniero, cuando de repente Bruno saco un arma y apunto a mi padre con ella, en ese momento yo entre para tratar de evitar que lo matara, pero fue peor, este me golpeo y termine en el suelo desmallada cuando desperté mi padre estaba amarrado a una silla y estaba inconsciente. Cuando Bruno se dio cuenta de que yo ya me había despertado le echo una jarra de agua a mi padre para que este despertara para después matarlo delante de mí – dice haciendo una pausa – Pero antes de matarlo lo obligo a ver cómo me… como me… violaba – termino diciendo mientras llora. - ¡¿Qué?! – digo en shock – Aparte de ser un ladrón, ese desgraciado es un asesino y lo que es peor, un violador – digo y ella asiente – Alguna vez pensé en entregarlo a la policía para que pagara por todo lo que ha hecho, pero ese pensamiento se acaba de ir por completo. ¡Lo voy a matar! – digo gritando furioso levantándome de la silla donde estaba sentado. - ¡No! – dijo gritando alterada mientras yo la miro sin creerme lo que acaba de decir. - ¡¿Qué?! – digo sorprendido - Como puedes decir que no quieres que lo mate – le digo. - Porque la muerte sería poco castigo para ese desgraciado, por otra parte, no quiero que te manches las manos de sangre por una basura como él – me dice asustada. - A mí no me importa mancharme las manos de sangre con un cerdo como ese, al fin de cuentas yo ya no tengo nada que perder gracias a él – digo enojado. - Si te conté lo que ese desgraciado me hizo, no fue para que lo mates, si no para que entiendas por qué lo odio y me quiero vengar de él – me dice algo más calmada. - Deberías de querer verlo muerto – le digo serio acercándome a ella nuevamente. - No te voy a negar que en un principio pensé en matarlo, pero luego me di cuenta de que la muerte solo sería un regalo para él – me dice. - ¿Por qué no lo denunciaste? – le pregunte. - Porque ese desgraciado me metió una bala en la cabeza – dice enseñándome la cicatriz que tiene en el lado derecho del cráneo, la cual no se ve a simple vista gracias a su cabello – Lo que provocó que quedara en coma durante seis meses. Cuando salí del coma no recordaba nada, ni siquiera como me llamaba, pero con el paso del tiempo empecé a recordar todo poco a poco. Esta mañana antes de venir para acá fui al hospital donde me atendieron después de lo que paso para pedirles las muestras de esperma que habían tomado de mi cuerpo para denunciarlo, pero me dijeron que hubo un fallo en el sistema y que las muestras se habían borrado – me dice y yo me pongo a pensar. - No hubo ningún fallo en el sistema – le digo después de unos minutos con seguridad provocando que ella me mire. - ¿Cómo puedes estar tan seguro de eso? – me pregunta. - Porque durante todos estos años he tenido tiempo para armar el rompecabezas y he aprendido a conocer al cerdo de Bruno y sé cómo actúa. Por eso estoy seguro de que tiene a alguien comprado en el laboratorio del hospital que provoco un fallo en el sistema para que las pruebas se borrara y así no pudieras denunciarlo – le digo levantándome de la silla. - ¿Quién? ¿Quién pudo haberse dejado comprar por él? – me pregunta. - No lo sé – le digo y de repente me doy cuenta de algo – ¡MALDITA SEA! – digo gritando provocando que se asuste. - ¿Qué pasa? – me pregunta con su voz llena de miedo. - ¿Tienes tu teléfono o te lo quitaron cuando entraste? – le pregunto acercándome a ella. - ¡No! Me lo quitaron en cuanto entre, pero ¿para qué lo quieres? – me dice retrocediendo unos pasos. - ¡Núñez! ¡Núñez! – le grito para que venga. - Para que estás llamando a Núñez – me pregunta cuando de repente entra Núñez por la puerta. - ¿Qué… que pasa Diablo? – me pregunta tartamudeando. - Cierra la puerta – le ordeno y este obedece – Necesito tu teléfono – le digo acercándome a él mientras muevo mi mano. - ¿Para qué lo quieres? – me pregunta nervioso. - Para llamar a tu madre y decirle que se va a quedar sin hijo como no me dejes el puto teléfono ya – le digo enojado. - To… toma – me dice tartamudeando del miedo pasándome el teléfono.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD