Punto de vista de Phera:
Después de dejar detrás el remanso de serenidad que era el parque, finalmente llegué a casa, una modesta casa de dos pisos no muy lejos del corazón de la ciudad. En el momento en que entré, la ausencia de ruido se sintió como un vacío, atrayéndome hacia su vacuidad. Era como si las paredes mismas se cerraran sobre mí, como si también ellas sintieran la gravedad de las decisiones que se avecinaban en mi vida. Fui directamente a mi habitación, lanzando mi bolso sobre la cómoda. El espejo reflejaba un semblante de contradicciones: ojos llenos de coraje pero marcados por el cansancio, labios que habían conocido el amor pero permanecían sellados con secretos. Sin pensarlo más, me puse el pijama y me sumergí en la cama que se había convertido en un campo de batalla de e
